Explicar a nuestros hijos e hijas que viven en un mundo repleto de desigualdades sociales es importante

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10/06/2021 - 10:26
Niños jugando al fútbol / Pixabay

Lectura fácil

En una sociedad global las desigualdades sociales son visibles. Los niños y niñas de hoy en día viven en un entorno en el que hay un reparto desigual de la riqueza, pero ¿cómo explicárselo?

La psicóloga infantil y madre Sara Tarrés asegura para EL PAÍS que, tarde o temprano, nos van a preguntar si somos pobres o ricos, o por qué aquella persona pide dinero en la puerta del súper, o por qué otra duerme en la calle rodeada de basura. Preguntas que deberemos contestar con la mayor sinceridad posible, adecuando nuestro lenguaje a su edad y nivel de comprensión.

“Explicarles a nuestros hijos que existen estas diferencias nos permite educar en valores tan importantes y necesarios como son la humildad, el sentido de la justicia, la generosidad, la compasión, el altruismo o la empatía. Valores que deben ser potenciados desde la familia y la escuela para contrarrestar la injusticia, el egoísmo, la insolidaridad y la arrogancia con la que tantas veces nos topamos en nuestro entorno y que esta sociedad consumista nos empuja hacia esos abismos”, afirma Tarrés.

¿Cómo lograr este objetivo a través de ejemplos sencillos?

Explicar a nuestros hijos e hijas que viven en un mundo repleto de desigualdades sociales es importante. En primer lugar porque no podemos dejarles al margen de la realidad, meterles en una burbuja y evitarles todos los desengaños o desilusiones con los que se toparán a lo largo de la vida, adoptando un estilo sobreprotector que, como consideran los psicólogos, acaba produciendo a largo plazo más dolor del que pretende evitar.

En segundo lugar, porque aún intentando mantenerles alejados de la realidad más cruda, descubrirán más pronto que tarde que existen diferencias, desigualdades e injusticias en el mundo. Lo descubrirán por casualidad, jugando en el parque, paseando por la calle, viendo la televisión o bien, lo vivirán en sus propias carnes.

Hablarles de la abundancia de los recursos naturales, de la biodiversidad, y del equilibrio entre el ser humano y su entorno sería una buena manera de comenzar. Además, Ayuda en Acción nos deja algunos consejos a tener en cuenta a la hora de afrontar esta parte de la educación de los más pequeños:

1. Por ejemplo, un hábito muy importante para concienciar al niño o niña sobre el hambre en el mundo es ofrecerle el ejemplo de que resulta una irresponsabilidad tirar comida a la basura cuando otras familias pasan hambre.

2. Puedes explicarles que existen partes del mundo en la que los niños y niñas no pueden ir al colegio. O, también, familias que sufren como consecuencia de la falta de empleo.

3. Los colegios están muy implicados con la transmisión de valores solidarios tan importantes como la construcción de un mundo mejor. En ese caso, desde tu posición, muestra interés por conocer los detalles de esa actividad.

4. Tu hijo o hija te hará preguntas de un modo natural porque vive en un entorno en el que recibe información continua. Por ejemplo, puede que te haga una pregunta al observar a una persona que pide dinero en la calle. En ese caso, no pases el asunto por alto. Ofrece un ejemplo positivo a tu hijo al tener un trato humano hacia ese alguien que observáis cada día en el barrio.

5. Selecciona material pedagógico para explicar a tu hijo o hija la realidad de la pobreza en un lenguaje adaptado a su edad. Por ejemplo, selecciona un libro infantil que aborde esta temática.

6. Lee de forma habitual los periódicos para seleccionar noticias que tienen un enfoque esperanzador e inspirador. Es decir, no transmitas a tu hijo el dramatismo alarmante de la realidad de los que más sufren a través de datos y sucesos que pueden angustiarle.

7. Habla a tu hijo o hija sobre la labor que realizan distintas entidades en la lucha contra la pobreza. Pon ejemplos concretos de qué hacen esas entidades y cómo gracias a ese trabajo constante existe una lucha activa contra la pobreza.

8. Deja que tu hijo o hija desarrolle la empatía desde su posición. Por ejemplo, puedes preguntarle qué haría él para que los niños no pasen hambre.

9. Evita el consumismo y el materialismo. Para hacer tomar conciencia al niño de la realidad de la pobreza en el mundo, es conveniente que tengas la sensibilidad de ser coherente con esta realidad social

Pobreza y sufrimiento son dos realidades difíciles, pero no solo en la infancia

En cualquier etapa de la vida. Por tanto, confía en tu propia intuición para hablar de este tema a tu hijo o hija en el momento adecuado. Tú conoces mejor que nadie a tu hijo. No se trata de saturar al niño o niña con este tema, sino de integrarlo de forma natural cuando se presente la ocasión.

La psicóloga y experta en literatura infantil Gemma Benito cuenta en EL PAÍS: “Hablarles de las desigualdades sociales forma parte de su acercamiento al mundo, conocer sus maravillas y también sus miserias, para poco a poco ir formándose sus propias ideas y quizás, creativas soluciones”. Respecto a cómo plantear el tema considera que el día a día ofrece muchas escenas a partir de las cuales podemos plantearles preguntas, “cuánto, más abiertas, menos condicionamos su respuesta. En los viajes, el teatro y la literatura infantil, también podemos encontrar diversos contextos de desigualdad social, que les ayuden a pensar. Considero que ayudar a nuestros hijos y hijas a pensar, y extraer sus propias ideas, es una de las mejores herencias que podemos dejarles”.

Como padres tendemos a proteger a nuestros hijos de aquello que consideramos feo, malo o desagradable. Pero esto no debe impedirnos hablar con ellos sobre las tristes realidades del mundo en el que vivimos. Desigualdades sociales como el hambre y la pobreza son dos ejemplos que, tarde o temprano, nuestros hijos descubrirán de oídas en una reunión familiar o en el colegio, lo verán en la calle, en un viaje o en las noticias.

Lo importante es que tus hijos puedan descubrir estas realidades a tu lado. ¿Quién mejor que tú para ayudarle a procesar, a hacer las preguntas necesarias y quizás, a pensar en cómo puede ayudar? 

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