El desperdicio masivo de alimentos, un problema no solo de los países ricos

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15/05/2021 - 12:00
Los hogares españoles desperdiciaron 1,36 millones de toneladas de alimentos en 2020. Foto | SVM.

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¿Alguna vez te has detenido a analizar cuáles son las consecuencias de desperdiciar alimentos? Si tu respuesta es no, no te preocupes, pues lo cierto es que la verdadera escala del desperdicio de alimentos en el mundo y su impacto no ha sido completamente dimensionado hasta hoy.

Los hogares españoles desperdiciaron un total de 1.363,8 millones de kilos de alimentos durante 2020, lo que supone un 0,8 % más respecto a 2019 (1.352,48 millones de kilos).

Así se refleja en una respuesta parlamentaria del Gobierno a una pregunta escrita del senador Miguel Ángel Heredia, del PSOE, sobre la variación de los datos de desperdicio alimentario en los últimos cinco años.

La mayor parte del desperdicio de alimentos proviene de las casas de cada uno de nosotros

Los datos indicados por el Ejecutivo, aún provisionales, han sido extraídos del ‘Panel de cuantificación del desperdicio alimentario en los hogares’ que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación puso en marcha en 2014, y cuenta ya con una submuestra de 4.000 hogares.

Este ya no es un problema solo de países ricos, donde los consumidores simplemente compran más de los que pueden comer. Ahora, también es de aquellos países que están en vías al desarrollo. El impacto ambiental de este tipo de acciones es enorme. Para que te hagas una idea de la escala de esto, si el desperdicio de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor emisor del planeta, solo detrás de China y Estados Unidos

En los últimos años el desperdicio ha fluctuado entre alrededor de los 1.200 y los 1.300 millones de kilos

Sobre los datos de 2020, el Gobierno subrayó que muestran que el desperdicio en los hogares se ha contenido, a pesar del importante incremento en las compras de alimentos para el hogar derivado de la pandemia (+12,2 %), por lo que “se ha hecho un mejor uso de los alimentos comprados”.

En concreto en 2020 se desperdiciaron 1.308,8 millones de kilos sin utilizar, que se tiraron tal cual se habían comprado por caducidad o deterioro, y 324,9 millones de kilos de recetas, es decir, sobras de platos cocinados en el hogar y que no se han consumido.

Así, se produjo un mejor aprovechamiento de los productos comprados, ya que el volumen de desperdicio de productos sin utilizar se ha redujo un 9,4 % respecto a 2019, conformando el 76 % del total de desperdicio de los hogares. Al tiempo, se observó un importante aumento del porcentaje que supusieron las recetas en el total del desperdicio, algo que el Gobierno calificó como “esperable” y achacó “a que se ha cocinado mucho más en casa”. En concreto, el volumen de desperdicio de recetas aumentó un 57 % en 2020 respecto a 2019, representando el 24 % sobre el total del desperdicio.

Desperdicio fuera de casa

Por otro lado, el Ministerio de Agricultura comenzó en 2020 a medir el desperdicio en los que realizan los consumidores en su consumo fuera de casa, cuyos primeros resultados indican un desperdicio de alrededor de 25,6 millones de kilos en 2020. El 43,8 % de dicha cifra corresponde a desperdicio de alimentos, y el 53,5 % al desperdicio de bebidas, especialmente bebidas frías.

A este respecto, el ministerio advirtió que estos datos están “muy influenciados por el impacto de la pandemia en el consumo extra doméstico”, por lo que “se tendrá que esperar a tener más datos para conocer con certeza el desperdicio generado en el consumo fuera del hogar”.

¿Cómo podemos reducir el desperdicio de alimentos?

  • Lo primero es comprar de forma planificada y la cantidad correcta de porciones. Podemos llevar un registro de lo que se compra y efectivamente se usa. Además, también podemos calcular las porciones: una taza de arroz, por ejemplo, rinde por lo menos para tres adultos.
  • También es importante verificar y entender la fecha de vencimiento de un determinado producto. En el caso de que un alimento vaya a caducar pronto, se puede congelar.
  • Además, es aconsejable no tirar a la basura las frutas y verduras que se vean "feas". Muchos alimentos se desperdician porque no cumplen con los requisitos de forma, tamaño o apariencia que solemos asociar con la "calidad" de un producto.
  • Finalmente, mantener la nevera a una temperatura adecuada de aproximadamente 5°C es esencial para que perduren los alimentos. Según el Programa de Acción de Residuos y Recursos, una organización benéfica británica, por lo general los frigoríficos funcionan a 2°C más de lo recomendado.

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