Libia rescata a más de 125 niños migrantes en una semana

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06/05/2021 - 10:37
Patera semihundida en las aguas entre Italia y Libia. Olmo Calvo para Eldiario.es

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Al menos 350 personas se han ahogado o han desaparecido en el Mediterráneo desde principio de año y en la última semana 125 niños fueron rescatados en el mar frente a la costa de Libia, de los cuales 114 eran menores no acompañados, según los datos que difundió Unicef.

El Mediterráneo central sigue siendo una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo

Ted Chaiban, director regional de Unicef para Oriente Medio y África del Norte, y Afshan Khan, directora regional de Unicef para Europa y Asia Central y coordinadora especial de la respuesta a Refugiados y Migrantes en Europa, señalaron que ‘‘el Mediterráneo central sigue siendo una de las rutas migratorias más peligrosas y mortíferas del mundo’’. Además, desde que comenzó 2021 más de 8.600 migrantes han llegado a los puertos europeos, de los cuales uno de cada cinco son niños.

Unicef indicó que mayoría de estos menores, actualmente cerca de 1.100, se encuentran en centros de detención de Libia masificados en condiciones extremadamente difíciles. Estos recintos albergan a 51.828 niños migrantes y a unos 14.572 niños refugiados sometidos a situaciones de vulnerabilidad, explotación y abuso. Además, no tienen acceso a agua limpia, electricidad, educación y atención sanitaria.

Las cifras son increíblemente alarmantes

De los 256.000 inmigrantes que Unicef estima hay en Libia 28.031 son mujeres (11 %) y 23.102 (9 %) niños, un tercio menores no acompañados. 

Pese a los peligros, es muy peligroso que aumenten los intentos de cruzar el Mediterráneo. En los próximos meses, a medida que aumenten las temperaturas y mejore el clima, podríamos ver un número cada vez mayor de personas, incluidos menores no acompañados, que intentan llegar a la seguridad de Europa para una vida mejor.

Uno de los casos más recientes fue la muerte de 130 migrantes. Durante dos días una organización humanitaria pidió ayuda para rescatarlos, pues se encontraban en una frágil embarcación. Todos murieron porque nadie respondió al llamado de auxilio.

“No sabía que el viaje sería tan peligroso. No me dijeron la verdad pero una vez en el mar no había marcha atrás”

Así comienza el relato de Aza, una joven nigeriana que pagó 1.400 dólares para llegar a Italia. “El hombre nos empujó al bote y nos dijo que miráramos a las estrellas. La embarcación estaba en medio del mar y todo el mundo lloraba”, añade su hija Kamis de 9 años. “Nos rescataron y llevaron a tierra firme y después al centro de detención de Sabratha (Libia). No había comida ni agua. Nos pegaban todos los días. No había médicos. No había nada”, prosigue.

Estos dos testimonios figuran en un nuevo y dramático informe –“Un viaje mortal para los niños”- publicado por el fondo de Naciones Unidas para la infancia (Unicef) en el que recogen el relato de 122 mujeres y niños de once nacionalidades distintas que emprendieron el viaje en busca de una vida mejor y se toparon con abusos, agresiones, violencia sexual y maltrato generalizado a lo largo de toda la ruta y muy especialmente en Libia.

Más de la mitad de las mujeres y niños entrevistados aseguran, no obstante, haber sido objeto de abusos sexuales en múltiples lugares. Un tercio de ellos han sido asaltados por hombres uniformados, en general en controles de seguridad y a lo largo de los caminos, aunque la gran mayoría no denunciaron la situación por miedo. Un tercio de los entrevistados también declaró a Unicef haber sufrido abusos en Libia aunque no aclararon por parte de quien.

La organización de protección de la infancia urge a la Unión Europea a poner fin a la detención de niños en Libia, a apoyar la puesta en marcha de programas de prevención en el país, formar a las patrullas fronterizas, exigir el acceso a los campos controlados por las milicias y ayudar al gobierno libio a poner en marcha un sistema para hacer un seguimiento de los menores no acompañados.

Es hora de detener la explotación, el abuso y la muerte de mujeres y niños en esta ruta de miseria

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