Así será la primera Nochebuena 'post-pandemia' tras las restricciones del pasado año

Cuando pasen los años y recordemos el 2020 y 2021, y contemos cómo fueron sus Navidades, lo haremos con un sabor agridulce.

Que esta Nochebuena no será como las de otros años ya está prácticamente asumido por todos, especialmente aquellos que han sufrido la enfermedad o la pérdida o la enfermedad de algún familiar e incluso para aquellos cuyos miembros de la familia se han contagiado por la nueva variante Ómicron.

El 31 de diciembre habremos puesto fin a otro de los años más terribles de los que guardaremos memoria y las copas brindarán por dejar atrás lo vivido y que llegue pronto la normalidad, la normalidad de antes, la verdadera. Aquella en la que no será necesario realizarse test de antígenos con cada constipado.

Nadie se atreve a descartar que la Nochebuena coincida con un pico de contagios de covid-19

Esperemos que pese a que no haya restricciones impuestas por el Gobierno, la gente sea responsable y no se apunte a fiestas o cotillones ni comidas de empresa.

Los aficionados a cantar villancicos en coros tendrán que dejarlo para otra Nochebuena. 

Toca pues, reinventar la Nochebuena y la Navidad y adaptarla a las limitaciones que impone la pandemia. Si no podemos visitar a nuestros mayores, sí podemos enviarles un regalo personal hecho por nosotros mismos. Si no podemos participar en eventos multitudinarios, sí podemos decorar la casa con motivos navideños. Será una buena ocasión para aprovechar el espíritu de los niños, hacer manualidades y recuperar la vieja tradición de mandar christmas.

Precisamente, los menores son los que, según todas las previsiones, llevarán con más normalidad esta Navidad tan extraña que nos espera. Los más pequeños, porque en su mundo mágico Papá Noel y los Reyes Magos seguirán llegando puntuales cargados de regalos. Los

Más allá de las noticias de contagios y fallecimientos, la pandemia marcará la próxima Pascua de nuevo hasta en sus mínimos detalles.

Abuela, no quiero que sea tu última Nochebuena con nosotros porque seamos tontos, nos reunamos y nos contagiemos

Sin reuniones multitudinarias, muchos han tenido que ponerse creativos para buscar alternativas. 

El riesgo de juntarnos me parece tan alto que no merece la pena, teniendo el WhatsApp y las videollamadas. En concreto, mi abuela descubrió las videollamadas durante el confinamiento, cuando cada domingo se tomaba un aperitivo virtual con todos sus sobrinos.

Otras familias han organizado una Nochebuena bastante veraniega, y planean reunirse, si el virus lo permite, en una casa de campo con jardín, para hacer una barbacoa, tirar cohetes y tirar la casa por la ventana.

Algunos se consuelan organizando planes futuros, para cuando todo haya pasado, es lo que hay.