¿Pasaporte Covid o cuarentena? La próxima batalla en la UE para salvar los viajes este verano

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27/04/2021 - 09:51
FUNCIONAMIENTO DEL AEROPUERTO DE MADRID-BARAJAS EL TERCER DÍA DE CONTROLES A PASAJEROS / Oscar J. Barroso / Europa Press

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¿Qué debe prevalecer para que este verano se pueda volver a viajar dentro de la UE, que un ciudadano europeo tenga un documento que certifique que está vacunado, anticuerpos Covid o una PCR negativa o que proceda de un país con un elevado número de contagios?

Esta es la pregunta que los gobiernos europeos y la Eurocámara tienen mes y medio para responder en la negociación que empezará a partir de la semana que viene para ultimar el funcionamiento del certificado verde digital, el 'Pasaporte Covid', que en teoría debería permitir a los europeos moverse libremente por la UE a partir de final de junio.

El debate del Pasaporte Covid

Ya lo decía Julio Verne: 'El movimiento es vida;' y es bueno poder olvidar el pasado y matar el presente mediante el cambio continuo.

Fue el pasado julio cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presentó un proyecto de 'cartilla Covid' para que, quienes presentasen anticuerpos, pudiesen evitar las medidas de confinamiento.

La propuesta, tan bien intencionada como errónea, provocó las iras de muchas personas y políticos alegando problemas éticos. Cuando volvió sobre la cuestión en noviembre, en medio de la segunda ola, hablaron incluso de que el pasaporte se establecería para “señalar” a las personas con anticuerpos.

En Israel, con un 80 % de la población vacunada con al menos una dosis, ya han empezado a exigir el pasaporte (allí, green pass) para acceder a todos los lugares públicos, desde gimnasios a supermercados.

Todos tenemos ganas de incorporarnos plenamente a nuestra vida anterior, y casi nadie, duda de la necesidad de las vacunas en este proceso; pero somos también conscientes de las dificultades en la producción y su distribución.

Pero muchos pueden pensar que al fin y al cabo, se trata de instrumentos perfectos para controlar aún más a la población bajo el paraguas del Estado, apoyándose en una (falsa) sensación de seguridad y en el miedo a las consecuencias, sin duda terribles en muchos casos, de la enfermedad.

Un instrumento para perpetuar las divisiones entre buenos y malos, que distrae el foco sobre la pésima campaña de vacunación y que evita el debate sobre el verdadero problema: la ausencia de pruebas masivas que permitan al ciudadano autoconfinarse ante la presencia de la enfermedad

En este escenario, el Parlamento Europeo afronta la negociación con los gobiernos nacionales -en el Consejo de la UE- con la idea clara de que no puede haber más restricciones para quienes este verano tengan el 'pasaporte Covid'. 

La UE acelera con el Pasaporte Covid para salvar el verano, pero no a cualquier precio

El coronavirus ha hundido el sector turístico de innumerables destinos, clave para sus economías. Pero ya se empieza ver la luz al final del túnel. Después del peor año de la historia del turismo mundial, con un descenso de hasta 1.000 millones de llegadas internacionales, los programas de vacunación han activado los planes para recuperar la confianza de los viajeros y reducir las restricciones a la libre circulación. 

La próxima semana, el Parlamento Europeo (PE) votará la posición común para negociar con los Estados miembros la implementación del Pasaporte Covid o certificado verde. Este documento, digital o impreso, funcionará como un salvoconducto transfronterizo que garantice una movilidad segura para los europeos que cumplan al menos uno de estos supuestos: estén vacunados, tengan una PCR negativa o hayan pasado la enfermedad.

Eso sí, con cautela y lejos de triunfalismos. El Pasaporte Covid no es más que una herramienta más, que dista mucho de ser perfecta ante los muchos interrogantes sobre la vacuna y la propia enfermedad.

Si la población no tiene acceso a las vacunas, esta medida no tiene mucho sentido, puede generar inequidad y posibles discriminaciones. No hay evidencia científica de que una persona vacunada no contagie. También puede provocar que quienes no tengan acceso a las vacunas quieran contagiarse pronto para tener vía libre y poder viajar.

Además de garantizar la protección de datos, la accesibilidad de las pruebas PCR preocupa especialmente a los eurodiputados, sin distinción de colores políticos, por su carácter discriminatorio. Mientras que en Francia las pruebas son gratuitas, el coste medio de la PCR en laboratorios privados de España asciende a los 100 euros.

Desde el sector turístico se aplaude la llegada del documento

Consideran que el certificado digital verde es un paso en la buena dirección para animar a las personas a que se vacunen y además reactivar el turismo UE, un sector que puede liderar camino de recuperación.

El primer turismo que se recuperará es el local. Europa recibió en 2020 un 70 % menos de viajeros internacionales. Pero las restricciones de movimiento también perjudican a los trabajadores transfronterizos.

Los gobiernos apuestan por un turismo sostenible en la UE que recoge que la pandemia ha cambiado las preferencias de los consumidores hacia opciones más ecológicas. Algunos países están buscando medidas alternativas: este mes, la Asamblea francesa aprobó un borrador que prohibirá los vuelos domésticos que se puedan cubrir en dos horas y media de tren. Pero esta solución única no será la panacea.

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