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La cuenta atrás ha comenzado para los conductores españoles. A partir del 1 de enero de 2026, la seguridad vial en el país dará un vuelco tecnológico con la obligatoriedad de la baliza V-16 conectada, un dispositivo que jubilará definitivamente al tradicional triángulo de emergencias. La Dirección General de Tráfico (DGT) busca con esta medida reducir la siniestralidad asociada a las averías en carretera, eliminando la necesidad de que los ocupantes bajen del vehículo.
Para que estas balizas sean válidas, deberán estar certificadas por laboratorios técnicos autorizados como IDIADA o LCOE, organismos encargados de ratificar que los modelos cumplen con la normativa exigida para su funcionamiento y conectividad con la plataforma DGT 3.0. Aunque el cambio definitivo será en 2026, actualmente convivimos en un periodo de transición que genera muchas dudas sobre el régimen sancionador.
Las multas: de 80 a 200 euros y el adiós al triángulo de emergencias
Uno de los aspectos que más preocupa a los conductores es la cuantía de las sanciones. La normativa es clara al respecto y establece diferentes escenarios. En primer lugar, no llevar la baliza V-16 en el vehículo (o portar una no homologada) a partir de la fecha límite acarreará una sanción considerada leve de 80 euros. Esta es exactamente la misma cantidad establecida actualmente para quien no porte el triángulo de emergencias o el chaleco.
Sin embargo, la multa puede ascender considerablemente en situaciones de riesgo. Si en caso de inmovilización del vehículo se utiliza un elemento de señalización no válido (como una V-16 sin conectividad en 2026 o un triángulo mal colocado que no cumpla su función), la infracción pasa a considerarse grave, con una multa de 200 euros, ya que compromete la seguridad vial al no alertar correctamente al centro de gestión de tráfico.
Además, existe una sanción paralela muy relevante: abandonar el vehículo sin ponerse el chaleco reflectante. Esto se considera una infracción grave que conlleva una multa de 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir. Precisamente, la nueva baliza busca evitar esta situación, permitiendo señalizar desde dentro del coche sin exponerse a ser multado ni atropellado.
La seguridad vial y el riesgo de atropellos
La razón principal de este cambio normativo es la protección de la vida humana más que la recaudación. Las estadísticas son alarmantes: cada año fallecen en España alrededor de 25 personas atropelladas tras haber bajado de su vehículo en vías interurbanas, muchas de ellas mientras intentaban colocar el triángulo de emergencias.
La mecánica de uso del sistema tradicional obliga al conductor a caminar un mínimo de 100 metros por la calzada para señalizar la avería, una acción que aumenta exponencialmente el riesgo de atropello. Países como el Reino Unido ya han prohibido su uso en ciertas vías por este motivo. La nueva normativa erradica este peligro: la baliza se coloca magnéticamente en el techo sin abandonar el habitáculo, haciendo obsoleto el peligroso procedimiento del triángulo de emergencias.
Tecnología, privacidad y convivencia de sistemas
Hasta el 1 de enero de 2026, es perfectamente legal usar los dispositivos antiguos. Pere Navarro, director de la DGT, ha aclarado que "no está prohibido" usarlos conjuntamente ahora, aunque "lo obligatorio será la baliza".
Frente a los bulos sobre privacidad, los fabricantes y la DGT han sido tajantes: la baliza no vigila al conductor. Dispositivos homologados como los de Wottoline (FaseLight e iWottoLight) envían una señal anónima solo cuando se encienden por una incidencia. La conexión, garantizada gratuitamente durante 12 años, permite avisar a otros conductores a través de navegadores, minimizando colisiones secundarias.
Validez internacional
Una duda frecuente es qué ocurre al cruzar la frontera. La baliza V-16 es válida en países firmantes de la Convención de Viena (como Francia, Portugal o Alemania), que permite circular con los dispositivos exigidos en el país de matrícula. Esto significa que un coche español podrá circular por Europa con la baliza, sin necesidad de llevar el triángulo de emergencias, ya que la legislación internacional reconoce la eficacia de ambos.
Correos ya comercializa modelos homologados, facilitando una transición progresiva. El objetivo es que, llegado el 2026, la retirada del triángulo de emergencias sea total y las carreteras españolas sean un entorno más seguro y conectado, evitando multas innecesarias por desconocimiento de la norma.
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