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Cada día, miles de maletas y objetos personales desaparecen en aeropuertos y medios de transporte. Lo que para muchos es una pérdida definitiva, para otros se convierte en una oportunidad para darles una nueva vida. Gracias a un proyecto social gestionado por personas con discapacidad, estos objetos olvidados encuentran un propósito, promoviendo la inclusión y la solidaridad.
Objetos perdidos en aeropuertos: de lo olvidado a lo recuperado
Cada día, miles de maletas y objetos personales desaparecen en aeropuertos, barcos y otros medios de transporte. Violines, vestidos, souvenirs, ropa, libros, juguetes e incluso tablas de surf, son solo algunos ejemplos de lo que puede extraviarse durante un viaje. Tras un tiempo de espera y sin reclamaciones, la legislación vigente indica que estas pertenencias pasan a ser propiedad del aeropuerto o la compañía responsable.
En 2016, la organización sin ánimo de lucro Envera recibió el encargo de gestionar estos objetos perdidos en el aeropuerto de Barajas. David Ferrero, subdirector de Comunicación, recuerda la gran cantidad de maletas acumuladas en hangares y depósitos, muchas con artículos en perfecto estado. Esta asociación, formada por empleados de Iberia y personas con discapacidad, decidió darles una segunda oportunidad.
Un proceso manejado por personas con discapacidad
Envera creó centros de reciclaje solidario en Madrid y Barcelona, donde un equipo de personas con discapacidad intelectual y sensorial se encarga de clasificar, reparar y preparar los objetos para su reutilización o venta. Desde la recogida en el aeropuerto hasta la organización del material, cada paso es realizado por ellos, fomentando así su inclusión laboral y social.
Además de los centros de reciclaje, Envera abrió varios “puntos de inclusión” en centros comerciales. Allí, estos trabajadores venden los artículos a precios simbólicos, generando ingresos que sostienen sus empleos. Desde cunas hasta maletas o zapatos de lujo, todo tiene una nueva oportunidad y contribuye a mantener un proyecto social estable y sostenible.
Este modelo no solo aporta beneficios a quienes trabajan directamente en él, sino que también tiene un impacto positivo en la comunidad. Al recuperar y reutilizar objetos que de otro modo quedarían en el olvido, se reduce el desperdicio y se promueve una cultura de consumo responsable. Al mismo tiempo, se sensibiliza al público sobre la importancia de la inclusión social y el valor que aporta hacia las personas con discapacidad.
Impacto social y colaboración con otras organizaciones
El proyecto no solo beneficia a personas con discapacidad. Envera colabora con más de veinte ONG, donando materiales escolares, ropa o artículos diversos según la necesidad. También ha recibido propuestas para reciclar uniformes y ropa de trabajo, que luego entregan a personas en situación vulnerable. La iniciativa promueve la reutilización, ayuda social y conciencia.
David Ferrero destaca que este modelo es escalable y podría implementarse en cualquier aeropuerto del mundo. La unión de inclusión social, reciclaje y ayuda a quienes más lo necesitan ha convertido lo que antes era basura olvidada en una fuente de esperanza y oportunidades. Envera invita a conocer sus centros y apoyar esta iniciativa que transforma objetos perdidos en vidas recuperadas gracias a las personas con discapacidad.
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