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Con la llegada del verano, nuestros ojos se enfrentan a condiciones que pueden comprometer su salud y bienestar. Altas temperaturas, exposición solar, cloro, aire acondicionado y pantallas son solo algunos de los factores que favorecen la sequedad ocular. ¿Cómo podemos protegerlos sin renunciar a disfrutar de la temporada? Descubre qué hábitos sencillos pueden marcar la diferencia para mantener una mirada sana y libre de molestias durante todo el verano.
Cuida tus ojos durante el verano
El verano es una época ideal para disfrutar del aire libre, viajar o simplemente relajarse. Sin embargo, también es una estación que puede pasar factura a nuestros ojos si no tomamos ciertas precauciones. Las altas temperaturas, la radiación solar, el cloro de las piscinas, el uso continuo de pantallas y los ambientes con aire acondicionado son factores que favorecen la sequedad ocular y otras molestias visuales.
Por eso, igual que protegemos la piel con protector solar o el cabello del sol, también deberíamos adoptar una rutina de cuidado visual específica para el verano.
Durante los meses de calor, la superficie de los ojos está más expuesta a agentes externos que provocan irritación, enrojecimiento o sensación de arenilla. Uno de los problemas más comunes es la sequedad ocular, que aparece cuando disminuye la cantidad o calidad de la lágrima que recubre el ojo. Esto puede deberse al calor extremo, al aire seco o al uso prolongado de dispositivos electrónicos.
Además, estar muchas horas en ambientes con ventilación artificial, como oficinas, hoteles o coches, puede reducir aún más la hidratación ocular natural, provocando fatiga y malestar.
Hábitos diarios para evitar la sequedad ocular
Prevenir la sequedad ocular no requiere tratamientos complejos. En la mayoría de los casos, basta con incluir una serie de hábitos sencillos en tu día a día:
- Beber suficiente agua: La hidratación interna es fundamental para una buena producción lagrimal. Intenta beber al menos dos litros de agua al día, especialmente si estás al sol o haces ejercicio.
- Usar gafas de sol adecuadas: Las gafas con filtro UV protegen los ojos del sol, reducen el riesgo de irritación y evitan que el viento o el polvo aumenten la sequedad.
- Consumir alimentos ricos en vitamina A y omega 3: Una dieta saludable ayuda a mantener la salud visual. Zanahorias, espinacas, aguacate y pescado azul son aliados naturales para tus ojos.
- Hacer pausas frente a las pantallas: La regla del 20-20-20 sigue siendo efectiva. Cada 20 minutos, aparta la vista durante 20 segundos mirando a unos 6 metros de distancia.
¿Cómo podemos prevenirla en verano?
La sequedad ocular en verano puede prevenirse con una higiene visual adecuada. Lavar los ojos tras un día de piscina o playa ayuda a eliminar residuos de sal o cloro que puedan irritarlos. También es recomendable no abusar de las lentes de contacto, alternándolas con gafas para permitir que el ojo respire mejor.
Evitar ambientes con humo o contaminación es otro punto clave. Si no puedes evitarlos, intenta parpadear con más frecuencia y, si es necesario, utilizar lágrimas artificiales sin conservantes para aliviar la molestia.
Incorporar estos pequeños gestos puede marcar una gran diferencia en la salud de tus ojos. Recuerda que prevenir la sequedad ocular es tan importante como protegerte de una quemadura solar. Con cuidado diario y conciencia, tus ojos estarán tan listos como tú para disfrutar del verano al máximo.
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