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El uso de chats y plataformas digitales como apoyo emocional se ha disparado en los últimos años, y la terapia se ha convertido en el principal motivo por el que los usuarios recurren a estos sistemas. Aunque ofrecen alivio momentáneo y consejos rápidos, expertos advierten que no pueden reemplazar la atención personalizada de un profesional de la salud mental.
La terapia se posiciona en el ranking de las búsquedas de la IA
Usar ChatGPT u otras plataformas inteligentes como si fueran consejeros o acompañantes emocionales se ha vuelto una práctica cada vez más habitual. Muchas personas recurren a estos sistemas en busca de orientación y alivio, tratando de encontrar consuelo frente a la soledad o la ansiedad.
Un estudio publicado en Harvard Business Review revela que la terapia encabeza la lista de los diez principales motivos por los que la gente interactúa con chatbots, superando otras consultas más concretas. Sin embargo, un informe de la Universidad de Cambridge advierte que la tendencia de estos programas a generar respuestas complacientes puede difundir información incorrecta y afectar la autonomía del usuario.
Malena Sartoretto, psicóloga especializada en infancia y ciudadanía digital, explica: “Con estas plataformas sucede algo parecido a lo que ocurre en redes sociales como TikTok: buscamos soluciones rápidas. Como existen consejos virales para todo, desde limpiar zapatillas hasta calmar la ansiedad, tendemos a esperar fórmulas definitivas para todos los problemas”.
Diferencia con el trabajo profesional
Según Sartoretto, ahí se encuentra la principal diferencia con la terapia tradicional. Los especialistas en salud mental trabajan con la singularidad de cada paciente, creando un espacio para que la persona pueda escucharse y reflexionar. La función del profesional es acompañar, sentarse a dialogar y meditar junto al individuo, guiando un proceso de descubrimiento personal.
En cambio, los sistemas automatizados ofrecen respuestas prediseñadas que no fomentan la introspección. “Con estas plataformas parece que mantenemos una conversación real, pero en realidad recibimos respuestas que no nos invitan a repensar. Debemos usarlas más como una enciclopedia digital que como un compañero”, subraya Sartoretto.
Riesgos y beneficios del acompañamiento digital
Estudios recientes realizados por OpenAI y el MIT Media Lab muestran que, aunque estas interacciones pueden aliviar la sensación de soledad, también pueden incrementar la dependencia emocional y el aislamiento social. Los participantes que confiaban más en los chatbots y dialogaban con frecuencia con ellos reportaron mayor vulnerabilidad, mientras que quienes los usaban en períodos cortos notaron un alivio momentáneo.
OpenAI aclaró: “Estos sistemas no están diseñados para reemplazar relaciones humanas, aunque su estilo conversacional y amplitud de respuestas puede llevar a las personas a usarlos como si fueran un apoyo emocional”.
Limites y reflexiones finales
Sartoretto resalta que un chatbot es un programa y nunca admitirá desconocimiento, a diferencia de los profesionales de la salud mental, que parten del no saber y acompañan el descubrimiento. La terapia auténtica requiere paciencia, escucha y apertura, mientras que las plataformas digitales solo ofrecen soluciones rápidas.
Si bien pueden servir como herramientas auxiliares para organizar sesiones o corregir errores, no sustituyen la atención individualizada. La dependencia de estas herramientas puede llevar a la búsqueda de respuestas universales, en lugar de tratar el malestar específico de cada persona.
En un mundo de soluciones inmediatas y consejos virales, recuperar la lógica singular y humana de la terapia se vuelve fundamental. Por ello, reflexionar, detenerse y escuchar sigue siendo insustituible para abordar emociones profundas y cultivar el bienestar emocional. En este contexto, los sistemas digitales deben ser vistos como un complemento, no como reemplazo del encuentro humano, y la terapia debe mantener su rol central en la construcción de la salud mental.
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