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Tragacete, en la Serranía de Cuenca, es un ejemplo poco común dentro de la España rural. Mientras muchas localidades siguen perdiendo población y servicios, este pequeño municipio ha dado pasos firmes para cambiar su destino. Desde que Diego Yuste asumió la alcaldía en 2019, ha trabajado para ofrecer una solución real a uno de los problemas más urgentes de la zona: la falta de vivienda disponible para nuevos residentes.
Tragacete: un pueblo que abre sus puertas a nuevos vecinos
El caso de Tragacete es particular. Aunque muchas casas se encuentran cerradas o en desuso, pocas están en condiciones de ser habitadas. Además, buena parte de ellas pertenecen a propietarios que no viven en el pueblo y que, en muchos casos, no están interesados en alquilar ni vender. Esta situación limita gravemente la llegada de nuevas familias que podrían revitalizar la vida en el municipio.
Para enfrentar este desafío, el Ayuntamiento de Tragacete decidió rehabilitar inmuebles de propiedad pública, como la antigua casa cuartel de la Guardia Civil y unas viviendas destinadas anteriormente a maestros. El objetivo era claro: ofrecer alquileres asequibles a personas interesadas en comenzar una nueva vida en el entorno rural.
El impacto no se hizo esperar. En pocos años, Tragacete ha conseguido atraer a familias que han devuelto actividad a la escuela local y dinamismo a la vida del pueblo. Hoy, gracias a estas nuevas incorporaciones, el colegio ha pasado de tener apenas dos alumnos a contar con ocho, lo que garantiza su continuidad a corto plazo.
Entre los nuevos habitantes está Jesús Patón, un artesano madrileño que decidió establecerse en el municipio tras pasar un tiempo en Escocia. La posibilidad de acceder a un alquiler económico en una vivienda rehabilitada le permitió iniciar un nuevo proyecto de vida, con la intención de crear una iniciativa cultural ligada al patrimonio arqueológico.
Aunque reconoce que encontrar una vivienda en propiedad sigue siendo difícil, valora el esfuerzo del Ayuntamiento por ofrecer soluciones reales.
Medidas que contrastan con la España vacía
Este tipo de medidas contrastan con lo que ocurre en otros pueblos de la llamada “España vacía”, donde el auge del turismo rural y el uso de casas como segundas residencias han reducido aún más las opciones para quienes desean instalarse de forma permanente. La rentabilidad del alquiler turístico y la falta de incentivos para la rehabilitación de viviendas antiguas agravan el problema.
A esto se suma la fragmentación de la propiedad, las dificultades para acceder a una hipoteca o la falta de infraestructura básica. Son obstáculos que requieren políticas públicas valientes y coordinadas. La experiencia de Tragacete demuestra que es posible actuar desde lo local si se cuenta con voluntad política y un mínimo de recursos.
Impulso de modelos cooperativos e innovadores
Sin embargo, la realidad es que casos como este siguen siendo excepcionales. Muchos municipios carecen del parque público necesario para ofrecer viviendas en alquiler. Por eso, desde distintos ámbitos académicos y sociales se reclama un mayor impulso a modelos cooperativos o fórmulas innovadoras que permitan reutilizar el patrimonio inmobiliario abandonado.
Mientras tanto, Tragacete sigue creciendo. Poco a poco, con paso firme, gracias a las personas que han decidido echar raíces en un lugar que, hasta hace poco, parecía condenado al olvido.
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