Solo el 20 % de los jóvenes cree poder identificar bulos sobre el medioambiente

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24/08/2025 - 09:00
Bulos y desinformación sobre el medio ambiente

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Cada vez más jóvenes españoles están expuestos a bulos sobre el medioambiente, pero pocos se sienten preparados para identificarlos. En un contexto donde las redes sociales dominan el consumo de información, la desinformación climática se convierte en un obstáculo real para la acción ecológica y la conciencia crítica.

Jóvenes frente a los bulos ambientales: una brecha crítica que preocupa

En una época donde la información circula a una velocidad vertiginosa, los jóvenes españoles se enfrentan a un reto cada vez más complejo y es al de identificar qué contenidos sobre el medioambiente son verídicos y cuáles responden a intereses ocultos o a teorías sin fundamento. Los bulos están muy presentes en la actualidad, sobre todo en las redes sociales.

De hecho, casi uno de cada dos jóvenes ha estado expuesto a bulos relacionados con el cambio climático en el último año, y solo una minoría se siente capaz de distinguirlos con claridad.

Un entorno digital saturado de desinformación

Las redes sociales son, para la mayoría de jóvenes de entre 15 y 29 años, la principal puerta de entrada a la actualidad medioambiental. Pero lo que debería ser una herramienta de información accesible se convierte, muchas veces, en un canal de desinformación. La viralización de bulos o contenidos manipulados es común, especialmente en temas como la energía, el reciclaje, o las causas del calentamiento global.

Las teorías infundadas circulan con fuerza: desde negacionismo climático hasta mensajes alarmistas sobre tecnologías limpias, pasando por teorías conspirativas que vinculan políticas urbanas sostenibles con intentos de control poblacional. Este tipo de mensajes, aunque puedan parecer marginales, están presentes en el día a día digital de muchos adolescentes.

Uno de los grandes problemas señalados por diversos expertos en cuanto a la situación de los bulos es que los jóvenes carecen, en muchos casos, de formación suficiente para analizar con criterio los contenidos que consumen. Aunque más de la mitad asegura que intenta contrastar la información cuando tiene dudas, la falta de conocimientos sólidos en ciencia, medioambiente y pensamiento crítico complica esta tarea.

La escuela juega aquí un papel clave. Según encuestas recientes, casi la mitad de los jóvenes considera que durante su etapa educativa recibió poca o nula formación medioambiental. Esto se traduce en un bajo nivel de comprensión sobre conceptos fundamentales, especialmente entre los más jóvenes del grupo.

Una juventud preocupada pero poco equipada

A pesar de estas carencias, la preocupación por el cambio climático está muy presente. Ocho de cada diez jóvenes cree que el calentamiento global es una realidad, aunque no todos coinciden en sus causas. Esta confusión puede limitar la acción individual o colectiva, y abre la puerta a discursos que minimizan la responsabilidad humana o la urgencia de actuar.

Lo positivo es que hay una clara disposición a saber más. La juventud muestra interés en acceder a información fiable, y muchos manifiestan la necesidad de recibir herramientas para saber distinguir entre información y manipulación.

Educación y acción: claves para frenar la desinformación

El desafío es claro, reforzar la educación ambiental y la alfabetización mediática desde edades tempranas. Para ello, se requieren programas educativos adaptados a las nuevas formas de comunicación y que integren la verificación de datos como una habilidad básica. También es esencial que las instituciones públicas y los medios se comprometan con la divulgación científica y la transparencia ante los bulos informativos.

Porque combatir la desinformación ambiental no es solo una cuestión de conocimiento: es también una condición necesaria para que las nuevas generaciones puedan liderar la transformación ecológica que el planeta necesita.

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