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La Unión Europea (UE) y Marruecos han dado un nuevo paso en su relación económica con la extensión del trato arancelario preferencial al territorio del Sáhara Occidental, una medida que se aplica de forma provisional desde el pasado 3 de octubre, según informó la Comisión Europea en un comunicado oficial difundido este lunes.
El acuerdo comercial, que ahora deberá pasar por el examen del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo, establece un marco más amplio de colaboración comercial entre Bruselas y Rabat. Sin embargo, la decisión vuelve a reabrir un debate político y jurídico que ha acompañado históricamente a las relaciones entre Europa, Marruecos y el pueblo saharaui.
Según el texto del acuerdo, los productos procedentes del Sáhara Occidental que estén bajo el control de las autoridades aduaneras marroquíes se beneficiarán de las mismas preferencias comerciales que los originarios del propio Marruecos. Esto significa que dichos productos podrán acceder al mercado europeo con las ventajas arancelarias que contempla el Acuerdo de Asociación entre la UE y el Reino de Marruecos.
El documento también establece que las pruebas de origen y el etiquetado deberán especificar claramente la región de producción, incluyendo las zonas de Dajla y El Aaiún, dos de las principales ciudades del territorio saharaui. Con esta medida, la Comisión Europea pretende garantizar la transparencia y el reconocimiento del origen geográfico de los productos, así como asegurar que los beneficios del acuerdo comercial lleguen a los “beneficiarios interesados” de la región.
Próximos pasos: aprobación institucional del acuerdo comercial en Bruselas
Aunque el acuerdo comercial ya se aplica de manera provisional, su ratificación definitiva depende de los debates y votaciones que tendrán lugar en las próximas semanas en el Consejo de la Unión Europea y en el Parlamento Europeo. Solo tras recibir la aprobación de ambas instituciones, el pacto podrá celebrarse formalmente.
La Comisión Europea ha manifestado que este acuerdo comercial representa un paso adelante en la cooperación bilateral y ha expresado la voluntad de ambas partes de “llevar esta cooperación al siguiente nivel en los próximos meses”, mediante la creación de un Acuerdo de Asociación Estratégica. Este nuevo marco buscaría reforzar las relaciones políticas, económicas y de seguridad entre la Unión Europea y Marruecos.
El Frente Polisario reitera su papel como interlocutor legítimo
Sin embargo, la inclusión del Sáhara Occidental en este tipo de acuerdo comercial vuelve a generar tensiones diplomáticas y jurídicas. El Frente Polisario, movimiento que representa al pueblo saharaui, ha recordado a la Unión Europea que cualquier negociación que afecte al territorio o a las aguas del Sáhara Occidental debe realizarse directamente con ellos, y no con Marruecos.
El representante del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, subrayó la semana pasada que el Polisario es “el único interlocutor legítimo” en lo que respecta al futuro económico y político del territorio. En declaraciones a Servimedia, Arabi afirmó que la UE no puede firmar acuerdos con Marruecos que incluyan recursos o productos del Sáhara Occidental sin violar el derecho internacional.
La jurisprudencia europea respalda la postura saharaui
Las advertencias del Frente Polisario se apoyan en decisiones previas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). En octubre de 2024, el tribunal dictaminó que cualquier acuerdo comercial entre la UE y Marruecos firmados en 2019, relativos a pesca y productos agrícolas, fueron aprobados sin el consentimiento del pueblo saharaui, lo que constituye una violación del principio de autodeterminación reconocido por las Naciones Unidas.
Dicho fallo dejó claro que Marruecos y el Sáhara Occidental deben ser tratados como territorios distintos, y que cualquier pacto que involucre a este último requiere la aprobación del pueblo saharaui a través de su representante legítimo, el Frente Polisario.
Por este motivo, Abdulah Arabi ha insistido en que “la única vía para garantizar la viabilidad jurídica de un nuevo acuerdo” es reconocer formalmente al Frente Polisario como el interlocutor exclusivo en la materia. De lo contrario, advirtió, la UE se arriesgaría a que el nuevo pacto fuera nuevamente anulado por el TJUE.
Una relación en equilibrio entre la legalidad y la diplomacia
La posición de Bruselas es delicada. Por un lado, la UE considera a Marruecos un socio clave en la región del Magreb, especialmente en cuestiones de comercio, migración y seguridad. Por otro, los fallos judiciales europeos y las resoluciones de la ONU limitan su margen de maniobra a la hora de incluir al Sáhara Occidental en acuerdos bilaterales sin el consentimiento del pueblo saharaui.
El nuevo entendimiento comercial busca mantener el flujo de intercambios y evitar un vacío legal que afecte a las exportaciones, especialmente en sectores agrícolas y pesqueros. Sin embargo, la cuestión política subyacente (el estatus del Sáhara Occidental) continúa sin resolverse.
En los próximos meses, el Parlamento Europeo deberá decidir si respalda el acuerdo comercial o si, como ya ocurrió en ocasiones anteriores, exige que se respeten los principios de autodeterminación y legalidad internacional antes de otorgar su visto bueno definitivo.
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