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La historia política de Nueva York ha sumado un nuevo capítulo con la elección de Zohran Mamdani como alcalde. A sus 34 años, este asambleísta estatal no solo se convierte en el primer musulmán que llega al cargo, sino también en el alcalde más joven que ha tenido la ciudad en más de cien años.
Su triunfo, considerado improbable hace apenas unos meses, simboliza un giro en la orientación política de la urbe más grande de Estados Unidos y consolida la fuerza del movimiento progresista dentro del Partido Demócrata.
El camino hacia la victoria de Mamdani no fue fácil. Al comenzar el año electoral, su nombre apenas era conocido fuera de su distrito en Queens. Sin embargo, su mensaje centrado en la justicia social, la vivienda asequible y la inclusión lo catapultó rápidamente al primer lugar de las encuestas. El martes, los votantes le dieron un respaldo rotundo que rompió las expectativas de los analistas y de sus rivales.
Zohran Mamdani, De Kampala a la Gran Manzana
Zohran Mamdani nació en Kampala, Uganda, y se mudó con su familia a Nueva York cuando tenía siete años. Creció en el Bronx, donde asistió a la Escuela Secundaria de Ciencias, y luego estudió Estudios Africanos en Bowdoin College. Durante su etapa universitaria, ya mostraba su activismo fundando el grupo Estudiantes por la Justicia en Palestina.
Su vida personal refleja la diversidad neoyorquina que tanto defiende. Está casado con Rama Duwaji, una artista siria de 27 años residente en Brooklyn, a quien conoció por medio de una aplicación de citas. Mamdani es hijo de dos reconocidas figuras intelectuales: la directora de cine Mira Nair y el profesor Mahmood Mamdani, docente en la Universidad de Columbia. Ambos son exalumnos de Harvard.
Antes de incursionar en la política, trabajó como asesor de vivienda, ayudando a familias de bajos recursos en Queens a evitar los desalojos. Su experiencia en el terreno lo llevó a entender, según sus palabras, “cómo las políticas públicas pueden marcar la diferencia entre la desesperación y la esperanza”.
Durante toda su campaña, Zohran Mamdani integró abiertamente su identidad musulmana en el discurso político. Participó en actos en mezquitas, difundió mensajes en urdu y español, y aprovechó su herencia cultural para conectar con las comunidades inmigrantes. “Manifestarse como musulmán implica perder cierta seguridad, pero también significa ser honesto con uno mismo y con la ciudad”, declaró durante un mitin en primavera.
Su presencia carismática y su habilidad para comunicar en distintos idiomas lo convirtieron en un símbolo de inclusión. Con frecuencia se refirió a Nueva York como “una ciudad de todos los acentos, todas las religiones y todos los sueños”.
Un programa audaz para una ciudad desigual
El nuevo alcalde llega con una plataforma ambiciosa centrada en combatir la desigualdad económica y la crisis de vivienda. Entre sus propuestas destacan:
- Transporte público gratuito, comenzando con el servicio de autobuses.
- Congelación de alquileres y sanciones más severas contra propietarios abusivos.
- Creación de una cadena de supermercados municipales con precios accesibles.
- Guarderías gratuitas para niños desde las seis semanas hasta los cinco años.
- Triplicar la construcción de viviendas con alquiler estabilizado, garantizando que sean edificadas por sindicatos.
En una entrevista con la BBC, Zohran Mamdani resumió su visión: “En la ciudad más cara de Estados Unidos, uno de cada cuatro habitantes vive en la pobreza y medio millón de niños se acuestan con hambre. No podemos aceptar que Nueva York pierda lo que la hace única: su gente trabajadora”.
Su campaña estuvo repleta de gestos simbólicos que le ganaron notoriedad en redes sociales. Se zambulló en el Atlántico para exigir la congelación de los alquileres, rompió el ayuno de Ramadán en el metro para denunciar la inseguridad alimentaria y recorrió Manhattan a pie antes de las primarias, deteniéndose a hablar con los votantes.
Aunque su victoria entusiasma a los sectores progresistas, no todos confían en su capacidad para gobernar. El New York Times se negó a respaldar a un candidato en las primarias y calificó el programa de Mamdani de “poco realista”. Según el diario, una congelación total de los alquileres podría reducir la oferta de vivienda en lugar de expandirla.
El exgobernador Cuomo y otros adversarios lo tacharon de inexperto y demasiado radical para manejar un presupuesto municipal de 115.000 millones de dólares. Sin embargo, sus seguidores lo ven como alguien distinto a los políticos tradicionales. El estratega Trip Yang destacó que la campaña movilizó a “decenas de miles de voluntarios y cientos de miles de donantes pequeños”, un fenómeno poco común en una elección local.
Tensiones políticas y desafíos futuros
Durante la campaña, Mamdani fue blanco de ataques islamófobos, algunos dirigidos a su familia. La policía investiga las amenazas como posibles delitos de odio. El propio alcalde electo afirmó que estos incidentes son una muestra del racismo persistente en la política estadounidense.
Otro frente de controversia fue su postura sobre Israel y Palestina. Zohran Mamdani, crítico del gobierno israelí, impulsó una ley para retirar beneficios fiscales a organizaciones neoyorquinas vinculadas a asentamientos en territorios ocupados. También declaró que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu “debería ser arrestado”. Estas declaraciones lo distanciaron del aparato demócrata, aunque insistió en que “no hay lugar para el antisemitismo en Nueva York” y prometió reforzar el financiamiento contra los crímenes de odio.
Un símbolo del cambio generacional
La victoria de Zohran Mamdani marca un antes y un después en la política neoyorquina. Representa a una nueva generación de líderes que priorizan la justicia social, la diversidad cultural y la transparencia. Para muchos, su triunfo es una señal de que las comunidades inmigrantes y los jóvenes progresistas están reconfigurando el futuro político de Estados Unidos.
En palabras del propio Mamdani, “esta ciudad no me eligió solo por lo que represento, sino por lo que podemos construir juntos: una Nueva York más justa, más humana y más nuestra”.
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