El desafío de las nuevas tecnologías: La ONCE y Kiabi crearán aulas virtuales con tecnología accesible para alumnos ciegos en Madrid

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30/09/2021 - 12:52
Material escolar

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La ONCE y Kiabi España han firmado un acuerdo de colaboración para la puesta en marcha de diez aulas virtuales dotadas de tecnología accesible que multiplicará las posibilidades formativas de niños y niñas ciegos y con discapacidad visual grave en el Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE en Madrid.

La digitalización de las aulas representa una gran oportunidad para avanzar en una educación inclusiva

El acuerdo se enmarca en el Fondo de dotación Kiabi Life que, a través de Kiabi España financiará el proyecto ‘Dreams School’, consistente en la creación de espacios educativos de carácter híbrido y semipresencial que permitirán el acceso a la enseñanza a niños y niñas con discapacidad visual o ceguera, dotando a estos espacios de la tecnología necesaria para que estos alumnos puedan recibir una educación adecuada en caso de que tengan que permanecer en sus domicilios.

Este espacio, formado por diez aulas virtuales implementadas en el CRE de la ONCE de Madrid, permitirá la completa interacción entre el profesor y sus alumnos, manteniendo esta relación ininterrumpida en momentos en que las restricciones de movilidad o las propias circunstancias personales de cada niño o niña les imposibiliten acudir presencialmente al centro educativo.

Las aulas virtuales que se instalarán en el CRE de la ONCE en Madrid servirán también para el desarrollo a distancia de cualquier actividad educativa, cultural o lúdica de las que habitualmente se desarrollan en el centro.

La tecnología ayuda a que las clases sean accesibles para niños con discapacidad

Entre los dispositivos necesarios figuran sistemas de audio que recojan el sonido del profesor y de los alumnos de forma que quede integrado tanto en el espacio presencial como virtual; cámara de vídeo de 340º, manejable a distancia y con zoom avanzado, que permita al profesor manejarla en función de las necesidades de la materia; sistemas para la exposición de contenido: pizarras interactivas que pueden transmitirse por videoconferencia y que posibilitan la exposición y la interacción con los contenidos de las materias; pantalla ubicada al fondo de la clase presencial que sirva para mostrar a los alumnos conectados online e integrarlos en el aula mediante presencialidad virtual, o software de videoconferencia que permita a los alumnos asistir y realizar todas las tareas necesarias durante las sesiones de clase.

Kiabi España se comprometió a formar a los alumnos en la utilización de herramientas de educación a distancia y en el uso de las TIC, introduciéndoles en el pensamiento computacional y en nuevas tendencias como la robótica.

También dotará a los alumnos de autonomía en la realización de operaciones informáticas de carácter habitual, como la consulta de datos personales, acceso a informes médicos o a datos bancarios o, incluso, la interacción en redes sociales. Así como acceso, a través de herramientas y programas informáticos específicos, a asignaturas que presentan una dificultad añadida para las personas con ceguera o discapacidad visual, como las matemáticas o la interpretación de partituras en música.

Las aulas virtuales han venido a revolucionar el contexto educativo

Muchas veces se ha confundido el empleo de una aplicación determinada con este tipo de escenarios, pero la realidad es que el aula virtual tiene un contexto de aprendizaje bien definido que requiere la predisposición de los docentes y una óptima preparación de los estudiantes.

El auge de las nuevas tecnologías exige que los profesores tengan conocimientos más actualizados sobre el tema y diseñen aulas virtuales que no solo tengan como propósito complementar el aprendizaje presencial, sino que defina nuevos procedimientos y prácticas para la construcción del conocimiento.

Una de las ventajas es que con la aplicación de este proceso el aprendizaje se da de forma autónoma y permite a los estudiantes acceder a recursos educativos a través de Internet. Con ello el proceso de enseñanza-aprendizaje se convierte en una práctica personalizada en la que los participantes encuentran una motivación mayor para acceder al conocimiento disponible a través de nuevos recursos educativos que la tecnología ofrece.

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