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En 2023, más de 18 millones de personas fueron diagnosticadas con cáncer y más de 10 millones murieron a causa de esta enfermedad en todo el mundo. Un estudio reciente de The Lancet alerta que 44 factores de riesgo, muchos modificables, están detrás de gran parte de estas muertes, y que, sin medidas de prevención, para 2050 los casos podrían superar los 30 millones y las muertes llegar a 18 millones.
Cáncer en el mundo: cifras alarmantes
En 2023 se registraron 18,5 millones de nuevos diagnósticos de cáncer y 10,4 millones de muertes en todo el mundo. Para 2050, los casos podrían alcanzar 30,5 millones y los fallecimientos 18,6 millones, lo que supone un aumento cercano al 75 % respecto a 2024. Estas cifras reflejan la magnitud del problema y la necesidad de actuar con rapidez.
El estudio de la Carga Global del Cáncer, publicado en The Lancet, identifica 44 factores de riesgo que influyen en la incidencia y mortalidad. Muchos son modificables, lo que abre la puerta a la prevención y a la intervención desde políticas de salud pública.
Entre los riesgos más relevantes se encuentran el tabaco, la dieta poco saludable, la falta de actividad física, el consumo excesivo de alcohol y la exposición a contaminantes ambientales. Estos factores contribuyeron a 4,3 millones de muertes en 2023, aproximadamente el 42 % del total.
Diferencias por género
El estudio revela que los factores de riesgo influyen de manera distinta en hombres y mujeres, afectando la incidencia y mortalidad de los tumores.
En los hombres, hasta el 46 % de las muertes por neoplasias están asociadas a estos riesgos. Los más relevantes incluyen el tabaco, que sigue siendo la principal causa prevenible de muerte; la dieta, especialmente alta en carnes procesadas y baja en frutas y verduras; el consumo excesivo de alcohol; la contaminación ambiental; y los riesgos laborales, como la exposición a sustancias químicas o tóxicas. Estos factores combinados aumentan significativamente la probabilidad de desarrollar cáncer y complican los tratamientos.
En las mujeres, el impacto de estos riesgos es menor, alrededor del 36 %, pero sigue siendo significativo. Entre los factores más importantes se encuentran el tabaco, las relaciones sexuales sin protección, que pueden favorecer infecciones por virus oncogénicos; la dieta, relacionada con varios tipos de tumores; la obesidad, que incrementa el riesgo de cáncer de mama y endometrio; y los niveles elevados de glucosa en sangre, asociados a problemas metabólicos y mayor susceptibilidad a ciertos tumores.
Impacto por regiones
El aumento proyectado de la mortalidad será mayor en los países de ingresos bajos y medios. Esto se debe al envejecimiento de la población, el crecimiento demográfico y el acceso limitado a servicios de salud. Los autores advierten que la carga real podría estar subestimada en estas regiones debido a la falta de datos completos. Aunque el cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, muchas muertes podrían evitarse.
La reducción de los factores de riesgo, la educación sobre hábitos saludables y el acceso a servicios médicos son fundamentales. La prevención y las políticas sanitarias efectivas son la clave para salvar millones de vidas en las próximas décadas.
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