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Dayane llegó desde Brasil a Madrid con la esperanza de comenzar una nueva vida. Había dejado atrás su país con un plan claro y una promesa laboral que se desvaneció cuando supo que estaba embarazada. Fue en ese momento crítico cuando una conocida le habló del Hogar Santa Bárbara, un recurso de Cáritas Madrid dedicado a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.
Durante los últimos dos meses de gestación y los seis primeros después del nacimiento de su hijo, Dayane encontró en este centro un lugar seguro y acogedor. Actualmente, vive en una habitación junto a su pequeño, se está formando como peluquera y espera pronto insertarse en el mercado laboral.
Cáritas Madrid da una ayuda que alcanza a miles
La historia de Dayane es una entre las 106.382 personas atendidas por Cáritas Madrid durante el año pasado. La organización presentó recientemente su memoria anual, en la que alerta sobre un preocupante aumento del 20 % en la tasa de exclusión social en la región, según el informe AROPE. Aunque los datos económicos generales de Madrid muestran cierta recuperación, Carmen Polo, directora adjunta de Cáritas, advierte: “Esa mejora no llega a quienes más lo necesitan”.
Un dato alarmante: el 44 % de quienes solicitaron ayuda lo hicieron por primera vez, muchos de ellos en situaciones de extrema urgencia. Entre los atendidos, el 30 % eran menores, el 57 % mujeres y el 24 % vivía en familias monoparentales. Más de la mitad no tenía empleo, y en este contexto, Cáritas Madrid otorgó 25.800 ayudas económicas, sumando más de 7,4 millones de euros, de las cuales el 58 % se destinaron a cubrir necesidades de vivienda.
Hogar Santa Bárbara, un refugio en tiempos difíciles y San Felipe Neri donde se apoya la salud mental para reconstruir vidas
La falta de vivienda se consolida como una de las mayores urgencias. El Hogar Santa Bárbara, con 29 plazas, representa una respuesta concreta de Cáritas ante esta crisis. Solo en 2024, el centro acogió a más de 60 personas, incluyendo a mujeres como Dayane y Danielita, otra madre acogida, recuerda cómo vivió sola su embarazo y los primeros meses de su bebé.
El acompañamiento del equipo le dio fuerzas para seguir adelante. Hoy, ha logrado reunir a sus dos hijos mayores, tiene un trabajo estable y vive con sus tres hijos.
Además de la exclusión social y la vivienda, Cáritas Madrid pone el foco en otro problema creciente: la soledad no deseada en personas mayores. Con más de 666.000 personas mayores en la capital, el envejecimiento es un reto importante. Cáritas ha acompañado a más de 1.000 mayores a través de 37 proyectos específicos.
María José Serrano es voluntaria y visita semanalmente a personas mayores en sus domicilios o residencias. “Les escuchamos, les hacemos compañía, les demostramos que no están solos”, explica.
Una de sus visitas más queridas es una mujer de 104 años con quien comparte largas conversaciones y hasta mensajes por WhatsApp. “Es un enriquecimiento mutuo”, dice María José, convencida de que seguirá colaborando mientras pueda.
Otro eje central del trabajo de Cáritas Madrid es la salud mental, especialmente en personas sin hogar. En este ámbito, el proyecto San Felipe Neri, ubicado en Puente de Vallecas, se ha consolidado como un espacio integral de atención psicosocial.
Este año, 67 personas han sido atendidas en este centro de día, donde se les ofrece desde lo más básico como alimentación, higiene, descanso, hasta apoyo emocional y psicológico. El proceso comienza con una evaluación individual y un plan personalizado para recuperar su autonomía. “No solo ayudamos, también aprendemos. Estas personas tienen historias duras, pero una fortaleza increíble”, afirma Jesús Polo, coordinador del proyecto. “Nos enseñan que siempre hay un camino de regreso”.
Una sociedad que no puede dejar a nadie atrás
Los datos y las historias muestran una cara de Madrid que muchas veces pasa desapercibida. Aunque la economía mejora, la exclusión y la desigualdad aumentan.
Cáritas Madrid lo denuncia con hechos, no con palabras vacías. A través de sus programas, da voz y apoyo a quienes más lo necesitan, ofreciendo no solo recursos, sino también esperanza, dignidad y segundas oportunidades.
Detrás de cada estadística, hay una historia como la de Dayane, Danielita o los mayores que reciben una visita esperada. Cáritas Madrid recuerda que la justicia social no es un ideal lejano, sino una responsabilidad compartida.
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