El cambio climático provoca el hundimiento de tres ciudades

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13/03/2022 - 10:30
Ciudades flotantes

Lectura fácil

Tangier (EE.UU.), Fairbourne (Reino Unido) y Tuvalu, en el Pacífico, se hunden sin remedio. El aumento del nivel del mar y las frecuentes inundaciones sumergirán bajo las aguas a 36 ciudades en todo el mundo. Son datos de la investigación de Matthew H. Nash, cofundador de The Swiftest, basándose en datos, herramientas e informes de Climate Central, Climate.gov y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático

El cambio climático ha llegado para quedarse

Ya son ciudades enteras, con miles de habitantes en algún caso, las que preparan su evacuación general porque se hunden y dentro de unos treinta años, sencillamente, no existirán. Es una nueva fase de un proceso por desgracia irreversible y que irá sumando más ciudades cada vez más poblados, cada vez más grandes y con consecuencias cada vez más dramáticas. El cambio climático está aquí. 

Tangier es una ciudad, situada en la isla del mismo nombre, en la bahía de Chesapeake (Virginia, EE.UU.), ubicada a muy baja cota sobre el nivel del mar. Cada milímetro que suben las aguas puede parecer irrelevante para la mayoría de las personas, pero para enclaves como este representa varios palmos de terreno que desaparecen. En 1900 tenía aproximadamente 1.100 habitantes, pero la subida del mar ya ha reducido la población a 436 vecinos, pues la inundación de su territorio se ha acelerado desde hace unas pocas décadas. Se espera que dentro de 15 o 30 años pierda la totalidad de sus tierras habitables.  Tangier ha perdido el 67 % de su masa terrestre desde 1850 debido al calentamiento global. 

Al otro lado del océano, en Gran Bretaña, los 700 habitantes de Fairbourne, un pequeño núcleo costero al norte de Gales, se han encontrado de la noche a la mañana con que este pueblo será desmantelado, después de las autoridades hayan llegado a la conclusión de que para el año 2054 ya no será seguro vivir allí. Estos 700 vecinos serán los primeros refugiados climáticos de Gran Bretaña. 

Simon Kofen, ministro de Exteriores de Tuvalu.
Imagen de Agencia.

Los científicos aseguran que debido al cambio climático el nivel de las aguas ha subido 10 centímetros en el último siglo y para 2100 habrá aumentado entre 70 centímetros y un metro, dependiendo de las emisiones de gases de efecto invernadero que se lancen en adelante. Fairbourne, igual que Tangier, está casi al nivel del mar, en una marisma de agua salobre. Las autoridades han invertido millones de libras para reforzar un muro marino y unos tres kilómetros de barreras frente a los temporales

Tuvalu, la nueva Atlantis

Pero ni  Fairbourne ni Tainger sufrirán tanto las consecuencias de la subida del nivel del mar como el pequeño país-isla de Tuvalu, situado en el Pacífico y rodeado de muchas otras islas, como Kiribati, Samoa o Fiyi. A diferencia de los dos pueblos británico y norteamericano, los habitantes de Tuvalu no tienen el continente cerca. Están literalmente en medio de la nada. 

Este pequeño estado insular ha adquirido relevancia con motivo de la reciente cumbre de Glasgow cuando su ministro de Exteriores, Simon Kofe, compareció por videoconferencia con el agua, literalmente, hasta las rodillas. Con traje y corbata, detrás de su atril y con las banderas a su lado, el político decidió hablar desde el agua para hacer visible el drama de su pueblo. 

Según Naciones Unidas, cerca del 10 % de la población mundial —unos 790 millones de personas— vive en la costa. La subida del nivel del mar, el cambio climático y las inundaciones causadas por lluvias torrenciales ponen en jaque a estos lugares, los primeros en riesgo de desaparecer. 

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