La Generación Z: jóvenes que viven en un entorno hipersexualizado y con deficiencias en su educación sexual

La Generación Z, esos niños de nacidos en los 2000 que han dejado de serlo y que con la motivación y el ímpetu de la juventud, a veces parecer nadar contra la corriente de sus generaciones predecesoras. Más concienciados por el medio ambiente, con nuevas reglas para el consumo, con una vida completamente entrelazada con la virtual y con una forma algo diferente de relacionarse, también muestran ciertas diferencias en su sexualidad.

Aunque a priori el avance de las tecnologías y de la ciencia en general, parece haber traído importantes comodidades a la Generación Z, también lo ha hecho con muchos retos. Internet es la piedra angular para comprender sus diferencias con generaciones anteriores, y también para saber de donde surgen la mayor parte de sus complicaciones. En lo que se refiere a sexualidad, nos encontramos ante una población joven hipersexualizada, cuya fuente de información primaria es la pornografía.

La Generación Z y la sexualidad

O al menos así se ha interpretado en la mesa de debate "Talk 'n' Sex - Hablar de Sexo te vuelve libre", organizado por la empresa Durex, conocida por su fabricación de profilácticos. En esta charla en la que participaron varios expertos en materia de sexología, como la presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), Francisca Molero, y el sexólogo José Alberto Medina.

Esta mesa de debate ha estado especialmente centrada en las dificultades en el ámbito de la sexualidad con los que se está topando la Generación Z y los riesgos que puede llegar a correr. De hecho, uno de los datos más destacados, fue el ofrecido por la agencia Ipsos, que afirma que solo 1 de cada 4 jóvenes de entre 18 y 24 años no utiliza ningún tipo de protección a la hora de mantener relaciones sexuales.

Unos datos que casan con las cifras oficiales según las cuales, entre 2016 y 2019, la incidencia de infecciones de transmisión sexual como el gonococo, clamidia y sífilis se duplicó en las personas de entre 15 y 19 años en España, es decir, entre la Generación Z. La explicación para encontrarnos con estas cifras, suele estar asentada en la falta de educación sexual, o su mala y deficiente información sobre la misma.

La pornografía como fuente de aprendizaje

Centrándonos en este último punto, nos encontramos con un hecho alarmante. Según el último informe realizado por Save the Children en 2020, 'Desinformación sexual: pornografía y adolescencia', el 40 % de los jóvenes de la Generación Z reconoce a la pornografía tradicional como una fuente de aprendizaje. Este dato viene a confirmar que la educación afectivo-sexual continúa siendo una asignatura pendiente en nuestra sociedad.

Para hacer frente a esta situación, desde la Federación Española de Sociedades de Sexología e impulsado con la colaboración de Durex, lanzaron en 2019 el proyecto #AsignaturaPendiente, con el objetivo de hacer de la educación afectivo-sexual una realidad en las aulas, el lugar adecuado desde el que educar.

“Desde FESS venimos trabajando desde hace muchos años para fomentar una educación sexual real desde una perspectiva holística integradora, libre de ideologías políticas y adecuada a las distintas etapas madurativas”, explica Francisca Molero, presidenta de la FESS. Así pues, la Generación Z, se enfrenta a la abundancia de contenido sexual en la red y una necesidad real de formación afectivo-sexual.