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Greenpeace ha presentado recientemente un informe en el que defiende un cambio urgente en el modelo alimentario actual. La organización ecologista subraya que el sistema de producción y consumo de alimentos tiene un impacto ambiental muy alto, especialmente por el elevado consumo de carne en los países desarrollados. Para revertir esta situación, propone una dieta más sostenible basada en la reducción del consumo de carne y el aumento del consumo de legumbres y otros alimentos vegetales.
“La necesidad está, hace falta la voluntad de cambio. La alimentación es un derecho y no una excusa para el lucro de unos pocos a costa del daño general. Se debe priorizar un modelo que funcione dentro de los límites planetarios, que proteja la agricultura familiar y social, la ganadería extensiva y la pesca artesanal y que permita abastecer a la población con dietas sostenibles, saludables y locales”, según Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace.
El problema del consumo excesivo de carne
Según Greenpeace, la ganadería industrial es responsable de una gran parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, contribuye a la deforestación, el uso intensivo del agua y la pérdida de biodiversidad. El informe destaca que el consumo de carne en Europa es tres veces superior al recomendado por la comunidad científica para una dieta equilibrada y respetuosa con el medio ambiente.
La ONG advierte de que este modelo alimentario no solo perjudica al planeta, sino también a la salud de las personas. Un exceso de productos cárnicos, especialmente procesados, se ha relacionado con enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Legumbres, clave para un cambio sostenible
Para construir un modelo alimentario más saludable y sostenible, Greenpeace propone aumentar el consumo de legumbres como lentejas, garbanzos, judías o habas. Estos alimentos son ricos en proteínas, fibra y minerales, además de tener una huella ambiental muy baja en comparación con la carne.
La organización defiende que las legumbres pueden jugar un papel central en una dieta equilibrada y respetuosa con el planeta. Además, su cultivo es beneficioso para el suelo y requiere menos recursos naturales, lo que ayuda a combatir la crisis climática.
Medidas políticas y sociales para impulsar el cambio
Greenpeace pide a los gobiernos que promuevan políticas públicas para facilitar este cambio alimentario. Entre sus propuestas están incluir más legumbres en los menús escolares, fomentar la agricultura local y de temporada, e informar mejor a los consumidores sobre el impacto ambiental de los alimentos.
También insta a las grandes cadenas de distribución y restauración a ofrecer más opciones basadas en proteínas vegetales y reducir la presencia de carne en sus productos. El objetivo es lograr un cambio estructural que facilite decisiones más sostenibles sin que recaiga toda la responsabilidad en los consumidores.
El informe de Greenpeace propone una transformación del sistema alimentario actual para hacerlo más sostenible, justo y saludable. Apostar por una dieta con menos carne y más legumbres no solo beneficia al medio ambiente, sino también a la salud pública. Esta propuesta se enmarca dentro de una estrategia global para enfrentar la crisis climática y asegurar el acceso equitativo a una alimentación de calidad.
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