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El 31 % de los empleados españoles optaría por trabajar 40 horas en cuatro jornadas y el 30 % estaría dispuesto a reducir un día su semana laboral incluso aceptando una bajada de sueldo si en su empresa se lo autorizaran, con el fin de disponer de más tiempo libre y mejorar su conciliación.
Son datos que se recogen en el estudio ‘Compensación salarial e innovación 2025 – Un análisis del mercado español’, elaborado por Coverflex, empresa de retribución flexible, que señala que, precisamente, el 57 % de los empleados define en la actualidad su horario como “flexible”. Además, de quienes teletrabajan, seis de cada 10 refieren que tienen libertad para elegir el día de la semana en el que hacen uso de esa posibilidad.
Aunque el modelo híbrido y el teletrabajo están mejor valorados por los trabajadores -con una media de 7,7 y 8,1 respectivamente-, el formato presencial sigue siendo mayoritario en su día a día para un 74 % de los empleados españoles, frente al 19 % del modelo híbrido y el 7 % del modelo remoto.
En este sentido, el sector de las nuevas tecnologías lidera la implantación del teletrabajo en España, con un 44 % de sus empleados en formato híbrido y dos de cada 10 en remoto. Por regiones, la Comunidad de Madrid se consolida como el epicentro del modelo híbrido en España, con uno de cada tres empleados trabajando en esta modalidad, mientras que la Región de Murcia registra el mayor porcentaje de teletrabajo (14 %), de acuerdo con los datos del estudio de Coverflex recogidos por Servimedia.
Un cambio de mentalidad: priorizar el tiempo sobre el salario
Cada vez más españoles están replanteándose la forma en que trabajan. Según un reciente estudio, uno de cada tres ciudadanos en edad laboral prefiere reducir su jornada y trabajar menos horas aunque eso implique recibir un salario menor. Esta tendencia refleja una transformación en los valores laborales de la sociedad, donde el bienestar, la salud mental y la conciliación empiezan a ganar terreno frente al modelo tradicional centrado en la productividad y la rentabilidad.
Este cambio también está impulsado por el impacto de la pandemia, que provocó una profunda reflexión sobre el uso del tiempo, la importancia de la familia y el autocuidado. Hoy, para muchos, tener tiempo libre se ha convertido en un lujo más valorado que el poder adquisitivo.
Conciliación y calidad de vida: claves del nuevo paradigma
El deseo de reducir la jornada laboral no está necesariamente ligado al desinterés por el trabajo, sino a la búsqueda de un mayor equilibrio entre la vida personal y profesional. Actividades como cuidar a los hijos, hacer ejercicio, estudiar o simplemente descansar se han vuelto esenciales para una vida plena.
Además, la creciente conciencia sobre la salud mental ha motivado a muchos a buscar formas de trabajo menos estresantes y más sostenibles a largo plazo. Trabajar menos no significa rendir menos: diversos estudios han demostrado que una jornada más corta puede incluso mejorar la productividad y reducir el absentismo.
¿Está España preparada para una jornada laboral más corta?
Aunque algunos países europeos han comenzado a experimentar con semanas laborales de cuatro días o una jornada reducida sin reducción salarial, en España el debate aún es incipiente. Sin embargo, iniciativas piloto y movimientos sociales a favor de la reducción de la jornada laboral están ganando fuerza.
Para que esta transformación sea viable, será necesario que las empresas y la administración pública trabajen en conjunto para adaptar modelos productivos, establecer normativas claras y proteger tanto los derechos de los trabajadores como la viabilidad económica de las organizaciones.
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