Nueva etiqueta energética para móviles y tablets en la UE desde junio de 2025

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06/06/2025 - 17:30
Conoce la nueva etiqueta energética para los dispositivos móviles

Lectura fácil

A partir del 20 de junio de 2025, los teléfonos móviles y tablets que se comercialicen dentro de la Unión Europea deberán incorporar una nueva etiqueta energética informativa. Esta medida busca ofrecer mayor transparencia al consumidor y fomentar un consumo más responsable y sostenible de dispositivos electrónicos.

La nueva etiqueta no solo indicará el consumo energético del aparato, sino también detalles sobre su durabilidad, capacidad de reparación, resistencia y otras características relevantes.

La etiqueta energética surge como una herramienta para decidir mejor

La intención de esta nueva normativa de la etiqueta energética es facilitar que los usuarios elijan productos no solo por su apariencia o funcionalidades, sino también por su eficiencia y sostenibilidad.

De este modo, la etiqueta energética se incentiva la compra de dispositivos que consuman menos energía, duren más y sean más fáciles de reparar, apoyando así la economía circular y reduciendo el volumen de residuos electrónicos.

La etiqueta energética está diseñada para ofrecer una visión clara y directa sobre distintos aspectos técnicos y de durabilidad de cada dispositivo. A continuación, se detallan los elementos que forman parte de este nuevo etiquetado:

  • Identificación del producto: Cada etiqueta mostrará el nombre del fabricante, el modelo del dispositivo y un código QR. Este código permite acceder a una ficha técnica completa en el Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL), donde se encuentra toda la información verificada sobre el aparato.
  • Clasificación energética: Uno de los principales elementos de la etiqueta es la calificación energética del dispositivo. Esta se presenta mediante una escala que va de la letra A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente). El nivel de eficiencia depende de varios factores técnicos como el tipo de procesador, la pantalla, el sistema operativo y el método de carga.
  • Autonomía de la batería: La etiqueta también especificará cuánto tiempo puede usarse el dispositivo antes de requerir una recarga, basado en condiciones de uso estandarizadas (brillo, volumen, conexión a red, etc.). Esta información ayuda al consumidor a entender cuán práctica será la batería en el día a día.
  • Resistencia ante caídas: Este apartado evalúa cuán robusto es el dispositivo frente a caídas accidentales. Se usa una escala de la A a la E, siendo la A la más resistente. Para obtener una buena nota, un smartphone debe sobrevivir al menos 45 caídas sin funda ni protector. Las tablets, sin embargo, no están sujetas a esta prueba.
  • Reparabilidad del dispositivo: La etiqueta incluirá una calificación del grado de dificultad que implica reparar el aparato. Se consideran factores como el acceso a piezas de recambio, la facilidad de desmontaje y la disponibilidad de manuales técnicos. También en este caso, se utilizará una escala de la A (más fácil de reparar) a la E (más difícil).
  • Vida útil de la batería: Además de la duración por carga, se indicará la vida útil de la batería en función de los ciclos de carga. La normativa exige que las baterías mantengan al menos el 80 % de su capacidad original después de 800 ciclos de carga completa.
  • Protección frente a agua y polvo: La etiqueta mostrará la certificación IP del dispositivo, que mide su resistencia al agua y al polvo. Para los teléfonos móviles, el estándar mínimo es IP44, que garantiza protección contra salpicaduras y partículas de más de 1 mm. En el caso de las tablets, el mínimo requerido es IP40.
  • Número de regulación oficial: Finalmente, cada producto tendrá un número de registro único dentro del sistema EPREL, lo que garantiza su trazabilidad y la validez de la información proporcionada.

Un paso hacia un consumo más responsable

Con esta nueva medida de la etiqueta energética, la Unión Europea da un paso significativo hacia el fomento de productos tecnológicos más duraderos, eficientes y sostenibles.

Los consumidores podrán tomar decisiones mejor informadas, comparando fácilmente entre modelos no solo por sus características, sino también por su impacto ambiental y facilidad de reparación. En definitiva, esta etiqueta energética pretende proteger tanto el bolsillo de los usuarios como el futuro del planeta.

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