La postura corporal también cuenta para nuestro estado anímico

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
04/09/2022 - 09:00
Mejorar nuestra postura corporal

Lectura fácil

Pocas veces nos damos cuenta de nuestro lenguaje corporal, porque suele salirnos de forma automática. Eso se debe a que mantiene una estrecha relación con nuestro sistema nervioso y por tanto también con nuestras emociones. Seguramente te ha pasado que, sin pretenderlo, has puesto una cara de desagrado enorme al ver o enterarte de algo, pues lo mismo ocurre con nuestra postura corporal. Cuando tenemos una serie de emociones, tendemos a adquirir ciertas posturas acordes.

Por ejemplo, quizá hayas notado que cuando tienes un buen día vas más erguido/a o con una sonrisa que no puedes esconder. Por el contrario, si el mundo te está pesando demasiado, tu espalda nota ese peso ficticio y de repente te ves con una postura corporal encorvada y con una cara más seria. A esto se le conoce como 'pensamiento corporal' y viene a definir esa relación que existe entre nuestras emociones y su expresión física.

¿Cómo influye mi postura corporal en mis emociones?

Ahora bien, de la misma forma que hay un camino de ida, es decir, nuestras emociones influyen en nuestra postural corporal, también hay un camino de vuelta. Seguramente hayas escuchado alguna vez aquello de que si sonríes, tenderás a estar más feliz. Parece una tontería, pero lo cierto es que funciona, y lo mismo ocurre si adoptamos una 'buena' postura que genere en nuestro cerebro una conexión con emociones más agradables.

“Una postura encorvada, cerrada sobre sí misma, con piernas y brazos cruzados favorece la aparición de pensamientos y recuerdos negativos, mientras que una postura abierta, erguida y de plenitud facilita la activación de pensamientos positivos", explica la psicóloga Aurora Vallejo en una entrevista para la revista 'Vogue'. Esta especialista propone mejorar nuestra postura corporal, para que esto active mecanismos en nuestro cerebro y acabe repercutiendo en una mejoría en nuestro estado de ánimo. Lo mismo que sonreír.

3 formas para empezar a practicar

Una de las principales dificultades con las que nos encontramos a la hora de cambiar nuestra postura corporal es que es inconsciente, es decir, lo hacemos sin darnos cuenta y realmente escapa a nuestro control, así que lo primero que debemos hacer es recuperarlo, ¿cómo?, muy sencillo:

  1. Presta atención: para hacer de una reacción inconsciente algo que lo sea, basta con prestar atención. A veces puede resultar complicado, pero con la práctica y teniendo la finalidad en mente, cada vez se nos hará más fácil. Es importante que tomes en cuenta principalmente la postura de la espalda, ya que es el eje central de nuestro cuerpo, continua por acomodar los hombros, las piernas y si puedes intenta sentir la tensión de tu expresión, tendemos a acumular mucho estrés en el rostro, de esta forma puedes relajarlo y sentirás los beneficios enseguida.
  2. Utiliza un espejo: Un punto importante para poder mejorar nuestra postura corporal es ver si lo estamos haciendo bien. Puede parecer tonto, pero a veces lo que sentimos y lo que hacemos no coincide, así que prueba a practicar delante de un espejo observando la postura adecuada y prestando atención a lo que tu cuerpo siente para poder repetirlo cuando no tengas uno delante.
  3. Sí, toca hacer ejercicio: el ejercicio tiene tantos beneficios para nuestra salud que ya solo por eso es necesario introducir rutinas de actividad física en nuestro día a día. Con el ejercicio nuestros músculos ganan fortaleza, lo que nos ayudará a mantener una postura corporal más abierta, ya que estas requieren algo más de esfuerzo que el estar encorvado, pero las ventajas de hacerlo sin duda merecerán la pena.

Añadir nuevo comentario