La precariedad laboral y el paro generan más de 170.000 casos de depresión al año

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26/03/2023 - 08:30
Un empleado con discapacidad, en su oficina

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Cerca del 33 % de los casos de depresión de los trabajadores en España podrían evitarse si no sufrieran precariedad laboral, circunstancia que afecta de manera más intensa a las mujeres, a los jóvenes, a los empleados de más edad y a las personas con discapacidad.

Estas son algunas de las conclusiones del ‘Informe precariedad laboral y salud mental: conocimientos y políticas’, encargado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social a una comisión de expertos en el marco de un acuerdo parlamentario con Más País.

La precariedad laboral se traduce directamente en una pérdida de salud mental

Uno de cada tres casos de depresión podrían haberse evitado si los afectados hubieran contado con mejores condiciones del trabajo. 

El líder de Más País condiciona su apoyo a la reforma laboral a la creación de una comisión de expertos para abordar la salud laboral, y fruto de ello se produjo el primer encuentro entre Errejón y Díaz hace ahora un año. En aquel encuentro acordaron la creación del informe que ahora se presenta, y que recoge una investigación que muestra una clara relación entre la precariedad laboral y la mala salud mental de la población trabajadora, apuntando algunos factores como la temporalidad. Así, establece que los trabajadores temporales tienen un 25 % de riesgo más de morbilidad psiquiátrica, siendo más susceptibles a padecer las patologías más frecuentes en este ámbito: la depresión y la ansiedad. 

El 5,8 % de la población en España sufre ansiedad crónica

Una patología que afecta en mucha mayor medida a los desempleados (1 de cada 12) que a las personas en activo (1 de cada 23). En el caso de la depresión, la sufre el 5,3 % de la población, donde la incidencia es hasta tres veces mayor en las personas en paro: 1 de cada 13 personas que desempleadas la sufre frente a 1 de cada 40 trabajadores. 

La psiquiatra Belén González detalló que, con datos de 2020 recogidos en el estudio, de los 511.000 casos de depresión que padecieron personas trabajadoras, se podrían haber evitado 170.000 “si no estuvieran en condiciones de precariedad laboral”. A su juicio, los condicionantes sociales como la precariedad “condicionan en buena medida” los casos que se encuentran en las consultas de salud mental y son solo “la punta del iceberg del sufrimiento psíquico”, aunque avisó de que estas circunstancias son “modificables” mediante las políticas públicas.

Sobre los colectivos más afectados, la profesora titular del Derecho del Trabajo (Universidad Carlos III de Madrid) Gema Quintero explicó que destacan especialmente las mujeres, los jóvenes, los trabajadores sénior y las personas con discapacidad, especialmente cuando es sobrevenida.

Mientras, el coordinador de la comisión de expertos, Joan Benach, lamentó que, con “los pocos datos disponibles”, se estima que en torno a la mitad de la población activa sufre precariedad de alguna manera (en torno a 12 millones de personas).

“A peor situación de empleo, peor es también la salud”, alertó este experto, que indicó que la “peor situación” se da en las mujeres, los migrantes, las obreras y obreros y “en colectivos olvidados” como los autónomos, sector cultural, personas trans o personas con discapacidad.

Para afrontar esta situación, exigió eliminar la “precariedad” del propio sistema sanitario y que la salud mental y dar “seguridad” a la ciudadanía sea una “prioridad” de los poderes públicos.

No hay terapia que cure o repare no llegar a final de mes o que sane a una trabajadora precaria del sistema de la dependencia que se está deslomando

Entre las recomendaciones del estudio, Díaz destacó la importancia de mejorar la medición de los casos de problemas de salud mental derivadas del mercado laboral y así, “desde el conocimiento, poder reparar estos daños”. Además, subrayó que este país “necesita una reforma empresarial” y proclamó que “ha llegado la hora”, con el fin de cambiar los mecanismos de organización empresarial.

Al hilo, la vicepresidenta segunda señaló que las jornadas largas y presencialistas empeoran la productividad y apostó por reforzar la “democracia en el trabajo”, porque “ha llegado la hora” de ello.

“Esto va de la salud de un país; va en serio y no nos lo podemos permitir”, previno Díaz, que calificó de “”demoledores” los datos de este estudio, que reflejan elevados consumos de fármacos, “vidas demediadas, sociedades cansadas, hastiadas y abatidas, y “nuestro país no es esto”.

Propuestas contra la precariedad laboral

El informe plantea tres recomendaciones generales: luchar contra la precariedad laboral y sus efectos en la salud mental, mejorar las condiciones de protección, salud y cuidados de las personas trabajadoras y medir, analizar y evaluar la precariedad y los problemas de salud mental.

El Comité también propone desarrollar un sistema de salud mental “universal, equitativo, gratuito, humano y de calidad”.

A juicio de los expertos, la salud mental debe ser un “objetivo estratégico” y se debe abordar con perspectiva de género.

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