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La adicción a la tecnología en niños y adolescentes es una de las principales amenazas para su salud mental durante el verano. Así lo advierte Gustavo Rodríguez, doctor en Psicología, docente y voluntario del Teléfono de la Esperanza, manifiesta su preocupación por el regreso a clases tras las vacaciones. “Tengo temor por las dificultades que podríamos enfrentar después del verano”, afirma.
En una entrevista con Servimedia Rodríguez, autor del libro La salud mental de niños y adolescentes. Recursos para familias, profesores y educadores (San Pablo), que ha tenido gran acogida en la Feria del Libro de Madrid, lanzó una recomendación clave para este periodo estival: “Es fundamental que los niños y jóvenes hagan una desconexión digital durante las vacaciones. La tecnología actual cuenta con algoritmos que provocan adicción comparable a sustancias ilegales”.
El reto de la tecnología en la salud mental juvenil
El profesor, que imparte clases en el colegio Beata María Ana de Jesús en Madrid y coordina el área de bienestar y el Proyecto de inteligencia emocional, destacó que la evidencia científica confirma el impacto negativo de las redes sociales, videojuegos y plataformas de contenido en la salud mental de los jóvenes. Por ello, insta a que el verano sea aprovechado para disfrutar de la naturaleza, actividades al aire libre, campamentos y piscinas, dejando de lado la tecnología.
Además, subrayó que esta recomendación es especialmente importante para los menores más vulnerables, como aquellos con discapacidad o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
En su libro, Rodríguez comparte diferentes herramientas que actualmente aplica en el entorno escolar para enfrentar o prevenir los crecientes desafíos de la salud mental. Se trata de estrategias prácticas, como “técnicas de primeros auxilios psicológicos”, conceptos de “inteligencia emocional” y la importancia de mantener “hábitos básicos para el equilibrio personal”.
Enfrentando los desafíos emocionales de la era digital
“Me inquieta la situación de mis estudiantes y el alarmante incremento de los trastornos de salud mental en menores de edad. Por ello decidí plasmar lo que he aprendido y practicado para que pueda servir a otros padres, abuelos, profesores y educadores interesados en prevenir o mitigar estos trastornos tan difíciles de afrontar, especialmente en una era marcada por la tecnología y la sobreexposición digital”, señala el autor. Explica que, tras regresar al aula después del confinamiento por la pandemia de covid-19, percibió en su alumnado un aumento significativo tanto en la frecuencia como en la intensidad de los problemas emocionales.
“Me pregunté por qué ocurría y qué podía hacerse para responder a esta situación. Investigué a fondo, y presenté mis conclusiones en un congreso en la Universidad Complutense de Madrid al que asistí como portavoz del Teléfono de la Esperanza. Al escucharme, un editor me animó a convertir ese material en un libro para que alcanzara a un público más amplio. A mí me pareció una gran idea para que esta información llegara a más profesionales, familias y docentes. El impacto que está teniendo va mucho más allá de lo que inicialmente imaginaba”, destaca.
Problemas graves
A través de su experiencia como profesor y psicólogo, Rodríguez señala que la ansiedad y la depresión son actualmente los trastornos más diagnosticados entre jóvenes. “Y estos, a su vez, traen consigo otras consecuencias alarmantes: alrededor del 35 % de los adolescentes llega a autolesionarse y un 20 % desarrolla ideas suicidas. El año pasado, lamentablemente, alrededor de 100 menores perdieron la vida por suicidio en nuestro país. Es especialmente preocupante que esta tendencia afecte a edades cada vez más tempranas, alcanzando incluso a niños de tan solo 7 años, en parte debido al impacto que la tecnología y las redes sociales tienen en su salud emocional”.
En su libro, el autor presenta estos complejos trastornos en un lenguaje claro y cercano, partiendo de la premisa de que, al comprender qué los origina y cómo afectan a los jóvenes, estamos en mejores condiciones para enfrentarlos. “Vivimos un momento de emergencia educativa que requiere la implicación de todos los actores involucrados en la educación”, señala el docente, que desde su posición en el aula aporta su experiencia para ayudar a otros.
También hace hincapié en el impacto de la tecnología en la vida de los jóvenes. “Los dispositivos móviles, las redes sociales, la pornografía y las apuestas online ejercen una influencia cada vez más poderosa, planteando un reto para la educación tal y como la hemos conocido en los últimos tres siglos”. Por ello, y con el propósito de contribuir al cambio, Rodríguez destinará todos los beneficios de los derechos de autor de esta obra a apoyar iniciativas en favor de la salud mental, a través del Teléfono de la Esperanza y el proyecto solidario Salud Educativa.
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