Aumentan un 30 % los gastos de vivienda y casi el 10 % de la población está sumida en la pobreza extrema

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20/11/2023 - 09:14
Las familias españolas no pueden enfrentarse a un alquiler

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La vivienda se ha convertido en una carga financiera insostenible para el 16,8 % de las familias en España, afectando a más de tres millones de personas que caen por debajo del umbral de pobreza severa después de cubrir los costos del hogar , suministros básicos y alimentación.

Estos gastos han aumentado un 30 % en el último año debido a la inflación, desbordando la capacidad económica de muchas familias ya vulnerables.

Un 16,8 % de las familias españolas se encuentran por debajo del umbral de pobreza severa

La vivienda ha pasado a ser una carga financiera abrumadora para el 16,8 % de las familias en España, lo que significa que más de tres millones de personas caen por debajo del umbral de pobreza severa después de afrontar los costos de la vivienda, suministros básicos y alimentación. 

Los principales gastos han experimentado un aumento del 30 % en el último año debido al contexto inflacionario, exacerbando las dificultades económicas de familias ya vulnerables. Según el informe "Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida" presentado por Cáritas, esta problemática afecta de manera significativa a los hogares más desfavorecidos, muchos de los cuales aún no se han recuperado de los impactos de la crisis económica y social derivada de la pandemia.

La secretaria general de Cáritas Española destaca que eventos como el conflicto en Ucrania, el incremento en los costos de los suministros energéticos y la crisis inflacionaria siguen poniendo a prueba la capacidad de los hogares para hacer frente a gastos esenciales como la alimentación y la vivienda.

Esta situación se agrava aún más por la brecha entre el aumento del 30 % en los gastos y el incremento prácticamente nulo de los ingresos (0,5 %) en las familias más humildes, intensificando las dificultades económicas que enfrentan.

La vivienda como factor determinante dentro del informe sobre las condiciones de vida actuales

La vivienda se erige como un factor determinante según un informe que destaca un preocupante aumento del 189 % en el número de familias incapaces de mantener su hogar a una temperatura adecuada, comparado con datos de 2008 según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE (2022). En particular, los costos de electricidad han aumentado un 82 %, mientras que los combustibles líquidos para calefacción han experimentado un incremento del 180 %.

Este escenario se traduce en un delicado equilibrio entre garantizar el pago mensual y sus servicios, con el riesgo de caer por debajo del umbral de pobreza severa y descuidar otras necesidades esenciales del hogar. La lucha por encontrar este equilibrio se convierte en un desafío constante, ya que, a pesar de los esfuerzos implementados, resulta difícil alcanzar un nivel de vida digno, según explica Daniel Rodríguez, miembro del equipo de estudios de la Fundación FOESSA.

Simultáneamente, el esfuerzo necesario para que una familia adquiera un hogar está en aumento. Actualmente, se requieren 7,7 años de renta bruta anual para comprar una vivienda, en comparación con los 2,9 años necesarios en 1987. Rodríguez destaca que no solo se necesitan más años, sino que los ingresos provienen de diversas fuentes, reflejando la creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral.

¿Cómo afrontan las familias esta situación?

En medio de esta realidad, cada vez más familias se ven forzadas a adoptar estrategias como subarrendar habitaciones. En apenas cinco años, el porcentaje de familias recurriendo a esta medida ha experimentado un notable aumento, alcanzando el 6,6 % en 2022, lo que representa más de 1,2 millones de hogares.

Simultáneamente, el número de familias que residen en viviendas inadecuadas, aquellas que no cumplen con las condiciones mínimas dignas para la vida diaria, ha experimentado un aumento "preocupante". Este índice pasó del 25  % en 2018 al 30% en 2021, afectando a 5,6 millones de familias.

Estamos viendo cómo muchas familias se enfrentan a un dilema aparentemente insuperable: la difícil elección entre vivir en condiciones no dignas, como compartir espacios reducidos, enfrentarse al hacinamiento y soportar malas condiciones de vida, o enfrentar una presión económica marcada por un estrés financiero abrumador, que a su vez puede tener graves repercusiones en la salud, especialmente en la salud mental, según concluye Rodríguez.

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