Auroras boreales en el cielo español: un espectáculo celeste cada vez más cercano

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15/11/2025 - 18:00
Auroras boreales en España

Lectura fácil

Durante siglos, las auroras boreales han sido un fenómeno reservado para las regiones más septentrionales del planeta: Noruega, Islandia, Canadá o Finlandia. Sin embargo, los cielos españoles podrían volver a teñirse pronto de tonos verdes, violetas y rojizos gracias a una intensa actividad solar que está empujando los límites de lo que antes se creía posible.

Aunque parezca propio de la ciencia ficción, España ya ha sido testigo de este espectáculo natural en varias ocasiones, la más reciente en mayo de 2024, cuando miles de personas, desde Cádiz hasta Lugo, se sorprendieron al ver cortinas luminosas danzando sobre el horizonte nocturno. El responsable de aquel suceso fue un fenómeno solar tan poderoso como inusual: una tormenta solar caníbal.

Las auroras boreales son fenómeno que une el Sol y la Tierra

Las auroras boreales se originan a más de 150 millones de kilómetros de la Tierra, en la superficie del Sol. De allí parten partículas cargadas —principalmente electrones y protones— que viajan por el espacio impulsadas por explosiones solares. Cuando estas partículas llegan a las proximidades de nuestro planeta, chocan con el campo magnético terrestre, que actúa como un escudo.

Sin embargo, en ciertos momentos, este escudo se ve “empujado” por la fuerza del viento solar. Cuando eso ocurre, las partículas logran infiltrarse en la atmósfera superior y colisionan con moléculas de oxígeno y nitrógeno, produciendo destellos luminosos que se manifiestan como auroras boreales en el hemisferio norte y australes en el sur.

El color y la intensidad del fenómeno dependen de la altitud y el tipo de gas con el que interactúan las partículas: el oxígeno genera tonos verdes y rojos, mientras que el nitrógeno produce matices azulados o violetas.

La sorprendente tormenta solar de mayo de 2024

En mayo de 2024, una tormenta geomagnética excepcional iluminó los cielos de gran parte de Europa, y España fue una de las protagonistas. Las redes sociales se llenaron de fotografías de cielos teñidos de rosa y púrpura sobre lugares tan dispares como Tarragona, Zaragoza o incluso Cádiz, donde este tipo de fenómeno parecía impensable.

El evento se debió a una tormenta solar del tipo “caníbal”, un nombre tan gráfico como certero. Pero ¿qué significa exactamente este término?

¿Qué es una tormenta solar caníbal?

Una tormenta solar caníbal se produce cuando el Sol lanza dos eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) en rápida sucesión. Cada una de estas eyecciones consiste en una enorme nube de plasma cargado y campos magnéticos que el Sol expulsa hacia el espacio.

En condiciones normales, una CME viaja de forma independiente y puede provocar pequeñas perturbaciones en el campo magnético de la Tierra. Sin embargo, cuando la segunda eyección es mucho más rápida que la primera, termina alcanzándola y “engulléndola”. En este proceso, las dos se fusionan y liberan una cantidad de energía descomunal, amplificando la intensidad del impacto cuando llegan a nuestro planeta.

El resultado es una tormenta geomagnética mucho más fuerte que las habituales, con la capacidad de deformar temporalmente el campo magnético terrestre y extender el “óvalo auroral” —la zona donde pueden observarse las auroras boreales— hasta latitudes mucho más bajas.

Por qué España podría volver a ver este fenómeno astronómico

En circunstancias normales, las auroras boreales se limitan a los polos, donde las líneas del campo magnético terrestre canalizan las partículas solares hacia la atmósfera. Sin embargo, durante episodios extremos, como los provocados por una tormenta solar caníbal, ese óvalo se expande.

Esto significa que lugares inusuales como España, Italia o incluso el sur de Estados Unidos pueden disfrutar del espectáculo. En esos momentos, la atmósfera se convierte en un lienzo de luces que parecen danzar, en un juego de energía y color visible a simple vista incluso desde zonas urbanas.

El Sol, en uno de sus momentos más activos

Los expertos en meteorología espacial han advertido que nos encontramos en una fase particularmente intensa del ciclo solar número 25, que se acerca a su punto máximo de actividad. Durante esta etapa, las manchas solares, las llamaradas y las eyecciones de masa coronal son mucho más frecuentes, lo que eleva las probabilidades de que se produzcan nuevas tormentas de gran magnitud.

Aunque los científicos monitorean constantemente estas explosiones mediante satélites y observatorios solares, la predicción exacta del impacto sigue siendo un reto. No obstante, cuando una tormenta de este tipo se anuncia, astrónomos y aficionados al cielo de todo el mundo preparan sus cámaras con la esperanza de capturar el instante en que la naturaleza decide pintar el cielo con su luz.

Un espectáculo natural y una advertencia tecnológica

Las auroras boreales son la cara más bella de un fenómeno que, en su faceta más intensa, puede tener consecuencias menos agradables. Las tormentas solares severas pueden afectar satélites, redes eléctricas y sistemas de comunicación. Sin embargo, en la mayoría de los casos, sus efectos se limitan a este impresionante ballet de luces que inspira asombro y curiosidad científica.

Por eso, si en los próximos días se anuncian condiciones propicias para la observación de auroras en latitudes medias, mirar hacia el cielo nocturno podría ser mucho más que un acto de contemplación: podría ser una oportunidad única para presenciar uno de los espectáculos más extraordinarios del cosmos, un puente de luz entre el Sol y la Tierra que, por unos instantes, convierte la oscuridad en pura magia.

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