Cómo mejorar la biodiversidad de los olivares sin perder productividad con más plantas y más aves

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31/07/2025 - 18:00
Más plantas atraen a más aves y los olivares mejoran su producción

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Una nueva investigación llevada a cabo en olivares del sur de España revela que conservar la biodiversidad y mantener la productividad agrícola no son objetivos incompatibles. Muy al contrario, una mayor variedad de plantas herbáceas y leñosas dentro y alrededor de las fincas olivareras puede favorecer la presencia de aves, sin afectar negativamente al rendimiento del cultivo.

Así lo demuestra un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y la Universidad de Jaén, en el marco de los proyectos europeos LIFE Olivares Vivos y Olivares Vivos+.

Olivares: paisaje icónico pero degradado

Los olivares son parte esencial del paisaje agrícola mediterráneo, especialmente en España, donde este cultivo tiene raíces milenarias. Sin embargo, el modelo tradicional ha dado paso en las últimas décadas a explotaciones cada vez más intensivas: parcelas extensas, pérdida de vegetación espontánea y un entorno natural cada vez más empobrecido. Esta transformación ha reducido significativamente el valor ecológico del olivar, afectando a numerosas especies que antes encontraban refugio y alimento en estos entornos.

En este contexto, surge la pregunta: ¿es posible hacer compatible la conservación de la biodiversidad con una producción eficiente y rentable?

Para responder a esta cuestión, el equipo científico analizó la relación entre biodiversidad y manejo agrícola en 50 explotaciones olivareras del sur peninsular. Algunas de estas fincas estaban gestionadas de forma intensiva, mientras que otras conservaban cubiertas vegetales y contaban con mayor proporción de hábitat natural en el entorno.

La investigación no se limitó al interior de los olivares. También se consideró el paisaje circundante, la densidad de olivos, la diversidad de plantas herbáceas y leñosas, e incluso la abundancia de hormigas, todo ello como indicadores del grado de intensificación agrícola.

Los resultados obtenidos son claros: cuanto mayor es la cobertura vegetal y más diversa es la flora del olivar, tanto herbácea como leñosa, mayor es también la abundancia y variedad de aves presentes. Esta relación fue consistente entre especies muy distintas, independientemente de sus hábitos alimenticios o comportamientos de forrajeo.

“La respuesta de las aves fue sorprendentemente sincrónica”, explica Vicente García-Navas, investigador principal del estudio. “No vimos saltos bruscos, sino un aumento progresivo conforme mejoraban las condiciones ambientales, lo que sugiere la existencia de umbrales ecológicos”.

El valor de los umbrales

Precisamente uno de los hallazgos más importantes del trabajo es la identificación de ciertos umbrales clave. Por ejemplo, el estudio sugiere que mantener al menos 85 plantas herbáceas y 15 plantas leñosas por finca puede suponer un punto de inflexión: a partir de ahí, la biodiversidad aumenta notablemente, sin que se detecten impactos negativos sobre la productividad del olivar.

Esto demuestra que no es necesario transformar por completo las explotaciones para ver beneficios: con pequeñas mejoras en la gestión de la vegetación y del paisaje, los agricultores pueden contribuir significativamente a la conservación de la fauna.

Otro aspecto destacado del estudio es la importancia de actuar no solo dentro de la finca, sino también en el paisaje circundante. Las acciones de restauración y manejo ambiental deben ir más allá de los límites productivos del cultivo para lograr efectos duraderos y amplios.

Este enfoque multiescalar, finca y paisaje, representa una oportunidad para repensar el modelo agrícola desde una perspectiva más sostenible, integrando criterios ecológicos en las políticas y prácticas agrarias.

Un modelo de futuro para el olivar

La investigación publicada en la revista Ecological Applications ofrece una hoja de ruta para transformar los olivares actuales en espacios más resilientes, ricos en vida y capaces de seguir siendo rentables. Frente a la intensificación descontrolada, se propone un modelo equilibrado, donde la biodiversidad no solo no estorba, sino que puede formar parte activa del ecosistema agrícola.

Proyectos como Olivares Vivos y su continuación, Olivares Vivos+, ya están mostrando en la práctica que esta transformación es viable. Con el respaldo de la ciencia y la implicación del sector agrario, el olivar puede volver a ser lo que fue: un refugio para la vida y una fuente sostenible de riqueza para las comunidades rurales.

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