Cantabria lidera la caída de la natalidad en la UE desde 2008, según Eurostat

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01/09/2025 - 08:05
Un bebé agarra la mano de su madre

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Cantabria se ha convertido en el foco de atención demográfica de Europa tras conocerse los datos de Eurostat: es la región de la Unión Europea donde más ha caído la natalidad desde 2008. Con un descenso del 44,7 % en el número de nacimientos en estos 15 años, supera ampliamente la media nacional y europea. Este dato, más allá de lo estadístico, revela una profunda transformación social y económica en el territorio cántabro.

Las causas son múltiples y complejas: la precariedad laboral, el retraso en la emancipación de los jóvenes, la falta de conciliación real entre vida laboral y familiar, el encarecimiento de la vivienda y la inestabilidad económica son algunos de los factores más influyentes. Todo ello ha generado un entorno poco propicio para formar familias, lo que ha derivado en un descenso continuado de los nacimientos.

Además, Cantabria no es un caso aislado. Muchas regiones del norte de España presentan tendencias similares, aunque ninguna alcanza las cifras registradas en esta comunidad autónoma.

“La cifra actual de nacimientos en España, de poco más de 300.000 al año, apenas alcanza la mitad de los registrados antes del desplome de la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado”, destacó Funcas, al tiempo que explicó que, hasta entonces, la cifra anual de nacimientos se había mantenido por encima de los 600.000, “con pocas excepciones, desde mediados del siglo XIX”.

Consecuencias de una natalidad en mínimos históricos

El desplome de la natalidad no es un fenómeno sin impacto. En primer lugar, está generando un acelerado envejecimiento poblacional, con más personas mayores y menos jóvenes en edad de trabajar, estudiar y emprender. Esto repercute directamente en el sistema de pensiones, en la sostenibilidad de los servicios públicos y en el dinamismo económico regional.

A largo plazo, se corre el riesgo de despoblación en zonas rurales, cierre de escuelas por falta de alumnos y una creciente carga fiscal sobre las generaciones activas. El desequilibrio generacional afecta también a la cohesión social y al relevo intergeneracional en el mundo laboral.

Además, el descenso de la natalidad se suma a otros desafíos, como la baja inmigración en ciertas zonas de Cantabria o la falta de políticas efectivas para revertir la tendencia.

¿Qué soluciones se plantean ante el reto demográfico?

Ante este escenario, la comunidad científica, las instituciones y la ciudadanía coinciden en que es urgente un cambio estructural en las políticas públicas. No se trata solo de incentivar la natalidad con ayudas económicas, sino de crear un entorno que facilite la vida familiar: guarderías asequibles, horarios laborales flexibles, vivienda accesible y mayor seguridad económica para los jóvenes.

A Cantabria le siguen Asturias (45 %), La Rioja (43 %), Canarias (42 %), Castilla y León (41 %) y Galicia (40 %). La persistencia de tasas de fecundidad inferiores al nivel de reemplazo repercutirá en una reducción muy sustantiva de la población activa y tensionará la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, sanitario y de atención a mayores dependientes”, apuntó la directora de Estudios Sociales de Funcas, María Miyar, al tiempo que indicó que estas perspectivas en Cantabria implicarán también “grandes transformaciones” en el mercado de vivienda así como en la provisión de servicios como los educativos.

Organizaciones como el Comisionado para el Reto Demográfico o iniciativas locales en Cantabria ya trabajan en propuestas que abordan la cuestión desde múltiples frentes. Sin embargo, los resultados no serán inmediatos: recuperar la natalidad perdida exige una visión a largo plazo, compromiso político y un cambio cultural que devuelva valor al proyecto familiar como opción viable y sostenible.

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