Los científicos piden cautela ante los anuncios de los gobiernos sobre cuándo y cómo alcanzaremos la inmunidad de rebaño

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26/05/2021 - 08:30
Personas con mascarillas en Valencia / EFE

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Es engañoso hablar de inmunidad de rebaño refiriéndonos a un 70 % de la población vacunada contra el coronavirus. Los expertos no tienen claro que con ese porcentaje se alcance la ansiada inmunidad de grupo.

Cada día que pasa es un día menos para el 18 de agosto

Fecha en que deberíamos alcanzar ése objetivo autoimpuesto. El 10 de mayo comenzó la cuenta atrás. Al menos, la de Pedro Sánchez, que aquel día decidió poner fecha a la inmunidad de rebaño y trasladar a los ciudadanos la idea de que el ansiado objetivo estaba ya muy cerca: “Estamos a 100 días de la inmunidad de grupo”. Para finales del verano, anunció el presidente del Gobierno, estará vacunado un 70 % de la población adulta en España.

La ciencia y la política libran una sutil batalla desde que comenzó la pandemia, y es en el ámbito de la comunicación. Si en política triunfan los mensajes cortos, fáciles y directos, la ciencia necesita los matices, las explicaciones largas y el tiempo para confirmar o desmentir una información. 

Por eso todavía muchos epidemiólogos e inmunólogos se desesperan cuando se les pregunta por fechas exactas en las que uno podrá quitarse la mascarilla, o cuando el propio presidente del Gobierno, en este caso Pedro Sánchez, anuncia una ‘cuenta atrás’ de cien días que termina el 18 de agosto, cuando España habrá llegado, según sus palabras, a la inmunidad de rebaño. 

No es que estos cálculos sean falsos, y es evidente que la gente necesita mensajes optimistas y de ánimo, pero los científicos le pondrían más de un ‘pero’ a este anuncio del presidente. En primer lugar, porque no se sabe todavía con qué porcentaje se alcanza la inmunidad de grupo.   

No solo Sánchez está con la cuenta atrás, algunas autonomías siguen su ejemplo

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anuncia ahora que allí se alcanzará antes, a principios de julio. Y fuera de España, Biden, por ejemplo, también ha puesto fecha a la inmunidad de grupo de EE.UU: el 4 de julio.

Lo que se está 'vendiendo' ahora como inmunidad de rebaño no es realista. Se sabrá que hay inmunidad una vez que la consigamos, no antes. Lo demás es hacer previsiones. Con el ritmo actual, España sí podría llegar a mediados de agosto con el 70 % de la población vacunada (32,9 millones de personas), pero lo más seguro es que este porcentaje no sea una cifra mágica.

Quedarse clavados en esta cifra no es científicamente válido. Habrá menos contagios, menos ingresos y muchas menos muertes, pero esto no es inmunidad de rebaño.

Como si de una competición se tratase, los políticos olvidan que alcanzar la meta en la fecha prevista no depende solo de ellos

Tú puedes estar muy tranquilo en tu país, pero si de repente entra una nueva variante contra la que tus anticuerpos no funcionan tan bien, volverá a haber otro pico de casos.

De las decisiones y los anuncios de los políticos depende solo una de las variables en juego para conseguir la inmunidad: las vacunas. 

Es la más importante, pero hay muchas otras: que aparezcan nuevas variantes del virus, que alguna de ellas sea capaz de sortear a las vacunas, que el virus se extienda más rápido de lo previsto entre la población no vacunada, que aumente el rechazo a las vacunas… Factores que tienen que ver con cómo se comporte el virus y cómo se comporten las personas. Los gobiernos no controlan ninguna de las dos cosas.

En el imaginario colectivo, alcanzar la inmunidad de rebaño se identifica con la vuelta la normalidad, la vida sin mascarillas, los besos y los abrazos, poder comer en un restaurante lleno o volver a un concierto. Pero en ciencia, el concepto se refiere al porcentaje de población que ha de estar inmunizada (ya sea por la vacuna o por haber pasado la infección) para mantener al virus bajo control, e incluso conseguir erradicarlo.

Una vez que se alcanza ese umbral determinado, en teoría la transmisión del virus se ralentiza rápidamente hasta que, finalmente, desaparece. En teoría. 

Con todo esto, lo que queremos decir es que debemos tener cuidado, algunas personas pueden pensar erróneamente que no necesitan ser vacunadas, que están protegidas por todas las personas que las rodean y que ya han sido vacunadas. Y porque se está utilizando la inmunidad de rebaño como argumento para relajar las restricciones de distanciamiento social demasiado rápido.

La inmunidad de rebaño, o es global o no será

Mientras avanza la vacunación en los países ricos, todavía permanecen sin acceso a las vacunas grandes zonas del mundo, en las que el virus sigue propagándose libremente. 

Lo ocurrido en India con la reciente aparición de la nueva variante B1617 no es casual, ni anecdótico. Porque los países donde más circula el virus suelen ser, además, los que menos capacidad tienen para seguirle la pista y para vacunar a su población.

Si esta situación se prolonga, por mucha inmunidad de rebaño que se alcance en algunos países, los movimientos de población a medida que se normalice la situación pueden desencadenar nuevos brotes de covid.

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