Los abuelos "son los guardianes de nuestra historia familiar"

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
09/05/2020 - 10:40

Lectura fácil

En este momento en el que estamos activos gracias al teletrabajo, otros preparan la apertura de su empresa analizando cuales son las medidas de seguridad, aforo… y otras personas, desde la preocupación contemplan el momento presente desde la posición de un ERTE o un futuro incierto en el entorno laboral.

Entre toda esta situación, es bueno parar, dedicarte tiempo. Por ello, durante el fin de semana te proponemos este cuento. Pensar en las personas que durante esta pandemia se están marchando, lo vulnerables que somos, y quizás, no habíamos pensado en esto, hasta el día de hoy. Valorar lo que tenemos, así como las personas que nos rodean, es una píldora recomendable para el fin de semana, en este caso, la vamos a centrar en los abuelos.

El cuento 'Los abuelos aún tiene mucho que contar', que podéis escuchar en este link, nace del dolor y de una tristeza grande (recordemos que la tristeza es una emoción diseñada para decir “adiós a algo o a alguien” y es una emoción muy creadora, solo tenemos que mirar el mundo del arte, está lleno de grandes tristezas) y eso hizo Marta, abrazar la tristeza por la partida de tantos abuelos, de tantas abuelas y decirles adiós recordando lo que nos habían legado (el baúl que todos tenemos dentro)

Hoy entrevistamos a Marta Bustos, enfermera, formadora en Inteligencia Emocional, redactora de contenidos para Rincón del Cuidador y experta en Neuro-felicidad.

¿Qué papel tiene los abuelos?

A nivel de crianza los abuelos y abuelas tienen un papel grande; son una fuente de amor incondicional y sabiduría, y son los guardianes de “nuestra historia familiar”, nos dicen quiénes somos, de dónde venimos, nos cuentan cómo eran sus vidas, las de sus padres y abuelos, y toda esta información es como un pequeño “tesoro familiar” puesto que va a formar parte de nuestra identidad como individuos y como familia.

A nivel social son una fuente de apoyo muy potente, mucho más de lo que pensamos, hay muchas familias que cuentan con el apoyo y el trabajo de los abuelos para su día a día; llevar los niños al colegio y recogerlos, ir a hacer la compra, limpiar la casa (propia y de sus hijos) en fin, pudiera parecer que están jubilados y tranquilos, pero no es cierto. Existe el “síndrome de la abuela esclava”, recogido por la OMS, donde lo característico es la sobrecarga física y emocional de nuestras abuelas, para el Dr. Antonio Guijarro, esta enfermedad es muy común en nuestra población de mujeres mayores del Siglo XXI.

¿La situación que estamos viviendo nos invita a recapacitar sobre el papel de nuestros abuelos?

Sí, hay muchas cosas sobre las que recapacitar, muchas invitaciones a crecer como individuos y como sociedad y tareas pendientes:

  • La primera es llorar a nuestros muertos. No ha sido posible acompañarles en el proceso de la enfermedad y este acompañamiento para nuestra sociedad es muy importante, ese ya ha sido un primer dolor importe (como individuos y como sociedad) Nos ha dolido; no poder estar presentes con nuestros mayores y saberlos solos en hospitales, residencias pasando la enfermedad. El hecho, además, de no poder decirles adiós, ni hacer ceremonias en calidad de dolientes, ha hecho que ese dolor aumente. Y hablamos de un dolor psicológico fuerte para el que vamos a necesitar apoyo, de un colectivo, psicólogos y psicólogas, que reivindican desde años estar más presentes en los planes de salud.
  • Otro aspecto importante como sociedad es reconocer la fragilidad y la vulnerabilidad, la de nuestros mayores y la nuestra propia. Esto socialmente es complicado, incluso “de abuelos” tenemos que estar súper sanos, ser eficaces, seguir siendo atractivos…

¿Puedes explicar la idea?

Hay que saber diferenciar términos. Una cosa es promulgar el “envejecimiento activo”, tener un auto-cuidado sano y saludable y otra cosa es pretender que a los 70 años (por poner un ejemplo) podamos correr una maratón, no tener arrugas y vivir una segunda juventud, si te fijas socialmente está mal visto envejecer, nos teñimos las canas, nos hacemos operaciones de cirugía estética…

Una sociedad madura y sana venera a sus mayores, aprende de ellos, capitaliza su conocimiento y revaloriza ese saber. Es decir, no intenta “ocultar el envejecimiento”, lo ensalza. Desde la antigüedad y basándonos en otros modelos sociales se ha cogido ese saber ancestral de los mayores y se ha utilizado. Nosotros no lo hacemos, estamos luchando por cosas como erradicar el edadismo (que es la discriminación por edad) hay patologías psicológicas como la gerascofobia, (donde se tiene miedo a envejecer) Estas cosas nos dicen mucho como sociedad.

En España nuestros abuelos han tenido un papel muy importante; en la última crisis -la de 2008,-han ayudado a mantener a una población activa (que no estaba siendo activa) que no pudo aguantar el tirón, hubo familias que comieron y se mantuvieron gracias al apoyo económico de sus mayores.

Muchos de estos mayores de hoy; han vivido una postguerra, son fuente de resiliencia y capacidad psicológica ante la adversidad, vivieron una dictadura con todo lo que eso conlleva, emigraron (bien del medio rural al urbano o incluso a otros países) para poder hacer llegar más dinero a casa. Esos mayores de hoy vivieron una transición, levantaron un país, lucharon porque hoy seamos libres y tengamos la vida que tenemos, así que se merecen mucho más que un cuento, se merecen como poco que les escuchemos para aprender de ellos.

Otras publicaciones

Portada del cuento: "Alicia y la libreta de las emociones"
Portada del cuento: "Alicia y la libreta de las emociones"

'Alicia y la libreta de las emociones', explica Marta Bustos a lo largo de esta entrevista que, este cuento es un proyecto compartido entre las hermanas Bustos. A este cuento, su hermana Lluvia, le pone la voz.

Se trata de un cuento para todos. “Es un libro de inteligencia emocional que tiene un taller al final del libro, para que los padres trabajen con los niños”. Cuenta la historia de una niña que “por no hablar de sus emociones se las guardó dentro y se hinchó tanto que comenzó a flotar y se fue a una nube.... La nube es el recurso para trabajar las emociones y ahí entran los adultos que tienen que hacer el taller junto a los peques”, añade la autora, mientras afirma que: ¡“es muy divertido”!

Añadir nuevo comentario