¿Son nuestras fiestas realmente para todas las personas? Una mirada inclusiva a la celebración

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31/07/2025 - 19:00
Fiestas locales de verano, una gran ausencia de la accesibilidad

Lectura fácil

Con la llegada del buen tiempo, las calles se llenan de color, música y alegría. Es temporada de fiestas patronales, ferias, romerías y celebraciones tradicionales que forman parte esencial de nuestra identidad cultural.

Son momentos esperados, donde la convivencia, el disfrute y el sentimiento de comunidad florecen. Pero en medio de todo ese ambiente festivo, surge una pregunta esencial: ¿puede realmente participar toda la ciudadanía? ¿Son nuestras fiestas inclusivas y accesibles para todas las personas?

Disfrutar de las fiestas patronales es un derecho que va más allá de la diversión

A menudo, se tiende a pensar que el ocio es un lujo o una opción secundaria. Sin embargo, organismos como la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas reconocen que la participación en la vida cultural, el esparcimiento y el deporte es un derecho fundamental.

El acceso al ocio y la cultura no solo permite divertirse: también favorece la inclusión social, rompe con el aislamiento y mejora la calidad de vida. Para las personas con discapacidad, poder asistir a un concierto, disfrutar de una procesión o bailar en una verbena puede ser una forma poderosa de ejercer ciudadanía.

Sin embargo, aún hoy muchas personas encuentran obstáculos que les impiden participar plenamente en las fiestas locales. Esos obstáculos pueden ser arquitectónicos, como calles empedradas o escenarios sin rampas, pero también sensoriales, cognitivos o comunicativos.

Por ejemplo, el exceso de ruido puede resultar inabordable para personas con autismo o con trastornos sensoriales; la ausencia de señalización clara o de información comprensible deja fuera a quienes tienen dificultades de comprensión; y la falta de intérpretes de lengua de signos o de audiodescripción impide disfrutar a quienes tienen discapacidad auditiva o visual.

Lo que para una parte de la población puede ser un detalle sin importancia, para otra puede suponer la diferencia entre participar o quedarse en casa.

Accesibilidad en los festejos: ¿Qué recursos existen?

Afortunadamente, existen medidas que pueden facilitar que las fiestas sean verdaderamente para todas y todos. Algunas de estas buenas prácticas ya se están aplicando en diferentes municipios, y son un ejemplo a seguir:

  • Espacios reservados y accesibles: Durante desfiles, conciertos o actos multitudinarios, se pueden habilitar zonas específicas para personas con movilidad reducida. Estos espacios, idealmente ubicados en primera fila y con buena visibilidad, permiten que quienes utilizan sillas de ruedas o tienen dificultades para mantenerse de pie durante mucho tiempo, puedan disfrutar en igualdad de condiciones.
  • Audiodescripción: Gracias a sistemas de audiodescripción en directo o mediante dispositivos móviles, se puede ofrecer una narración detallada de lo que ocurre en tiempo real. Así, una persona con discapacidad visual puede saber cómo es el vestuario de una comparsa, entender los movimientos de los personajes en un escenario o seguir la narración de un pregón.
  • Lengua de signos: Contar con un intérprete de lengua de signos en los eventos oficiales o en actividades destacadas, como conciertos, presentaciones o representaciones teatrales, es una medida esencial para garantizar la participación de las personas sordas. Muchas veces, esta presencia es también una forma simbólica de reconocimiento y visibilización.
  • Lectura fácil y señalética accesible: Los programas de fiestas en lectura fácil son materiales adaptados con frases cortas, lenguaje sencillo y apoyo visual mediante pictogramas o imágenes. Estos recursos ayudan no solo a personas con discapacidad intelectual o dificultades de comprensión lectora, sino también a personas mayores o a quienes no dominan bien el idioma.

Más allá de la discapacidad: beneficios para toda la comunidad

Además, es fundamental que la señalización en el entorno sea clara, visible y coherente, permitiendo que todas las personas puedan orientarse con seguridad, especialmente en espacios muy concurridos o desconocidos.

Lo más interesante de estas medidas es que no benefician únicamente a quienes tienen una discapacidad. Son herramientas que hacen que nuestras fiestas sean más amables y accesibles para todos y todas.

Quienes visitan el municipio por primera vez, personas mayores, niños, o quienes tienen alguna dificultad temporal (como un esguince o una sobrecarga sensorial) también se benefician de entornos accesibles.

La accesibilidad como compromiso colectivo

Hacer unas fiestas accesibles no es una tarea exclusiva de los ayuntamientos o las comisiones organizadoras. Es un compromiso que involucra a toda la ciudadanía: desde quienes diseñan los carteles hasta quienes colocan los escenarios, pasando por los medios de comunicación y las agrupaciones culturales.

Según datos del Observatorio Estatal de la Discapacidad, en España hay más de 4 millones de personas con discapacidad, y muchas más que viven alguna situación de dependencia o vulnerabilidad. Ignorar su derecho a participar es dejar fuera a una parte significativa de la sociedad.

Por eso, pensar en todas las personas no es una cuestión de amabilidad, sino de justicia.

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