La Generalitat admite dificultades ante los disturbios pero no pide ayuda

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06/03/2021 - 13:30
Agentes de los Mossos durante los disturbios por Hasél / Lapoliticaonline.com

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Los altercados en Cataluña por la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél desbordaron el despliegue de los Mossos d'Esquadra. Los agentes se vieron sobrepasados ante la violencia desatada en las calles durante varios días consecutivos. Sin embargo, el dispositivo policial no fue reforzado con agentes de la Policía Nacional o la Guardia Civil.

El Gobierno catalán ha asumido la dificultad de atajar los disturbios desatados durante las protestas a favor del rapero Pablo Hasél

Pero ni el Govern de la Generalitat ni la dirección de los Mossos d'Esquadra solicitaron la presencia de más agentes de los cuerpos de seguridad estatales.

Un contingente extra hubiera sido de gran ayuda. Sobre todo, para dar protección a instalaciones dependientes de la Administración General del Estado, contra las que los manifestantes dirigían sus ataques. 

La respuesta contra la represión del rapero se vio tanto en la Universitat de Lleida, donde decenas de jóvenes rodearon a Hasél para resistir ante su detención, hasta en Girona, Tarragona, Vic, donde los concentrados destrozaron una comisaría de los Mossos d'Esquadra, o la capital catalana.

La situación es de una complejidad inaudita”, admitió esta semana el consejero de Interior en funciones, Miquel Sàmper, por la violencia “desmedida y desbocada” de las manifestaciones y los disturbios. El consejero, que hizo frente común con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no se ha planteado por ahora la posibilidad de solicitar el auxilio del Cuerpo Nacional de Policía. Confió en no tener que hacerlo: cree que el “momento álgido” de las protestas ya ha pasado.

"Habría sido un detalle que se hubiesen enviado refuerzos desde el Ministerio porque estábamos desbordados"

A juicio de agentes de los Mossos consultados por el diario 'La Política Online (LPO)', "hubo comisarías de Policía Nacional como la de Reus o Lérida que tuvieron que ser protegidas por agentes de los Mossos de la unidad de Seguridad Ciudadana, sin protección ni formación suficiente". "Habría sido un detalle que se hubiesen enviado refuerzos desde el Ministerio porque estábamos desbordados", añaden. 

Desde la Delegación del Gobierno en Cataluña señalan a ese mismo diario, que tanto Policía Nacional como Guardia Civil están "siempre a disposición" de la Administración autonómica y que "lo piden si lo necesitan". Fuentes oficiales del cuerpo policial regional aseguran que no se ha cursado en esta ocasión ninguna demanda de refuerzo de los agentes ante dichos disturbios.

Las fuentes sindicales consultadas denuncian una falta de planificación. En los primeros días "la mitad de la BRIMO -antidisturbios- no estaba trabajando", explican. 

Desde el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande Marlaska aseguran que hay "suficiente" Policía Nacional en Cataluña

Los Mossos d’Esquadra han gestionado desde hace más de una década episodios de orden público de primera magnitud: las manifestaciones de estudiantes contra el plan Bolonia, el movimiento 15-M, las huelgas contra la reforma laboral o por la crisis económica, el desalojo del centro okupa Can Vies y las más recientes protestas por la sentencia del procés, en 2019, que fueron más numerosas y provocaron más destrozos que las marchas por la libertad de Hasél.

Estas últimas, sin embargo, se prolongan desde hace ya más de dos semanas y llegan en un momento político frágil, con un Govern en funciones y en plenas negociaciones con la CUP para la formación de un nuevo Ejecutivo independentista.

Además, destacan que "la colaboración con Mossos es muy buena". Según fuentes policiales, en Cataluña están desplegados dos grupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), que suponen cerca de 200 agentes en total y que se reparten entre la ciudad condal y el paso fronterizo de La Junquera, en Gerona.  

El malestar por los incidentes, que han afectado con especial intensidad a Barcelona, va en aumento

Vecinos y comerciantes exigen su fin. Los empresarios han reclamado públicamente al Govern que “ejerza su autoridad democrática” y se muestre capaz de “recuperar la paz y la convivencia”.

La primera noche de disturbios, una manifestante perdió un ojo al impactarle un proyectil de foam lanzado presuntamente por la Brigada Móvil, la unidad antidisturbios de los Mossos que la CUP pretende suprimir. Aquella actuación provocó las críticas de los anticapitalistas, que llevaron el modelo de orden público a la mesa de las negociaciones

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