La hipertensión, el enemigo silencioso

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06/06/2021 - 11:00
Tensiómetro

Lectura fácil

Entre todos debemos intentar concienciar a la población acerca de las consecuencias de la hipertensión, una enfermedad a la que, en ocasiones, no se le da relevancia adecuada.

Se denomina hipertensión a la subida de los niveles de la presión arterial “de forma continua o sostenida”. Para esto "el corazón ejerce presión sobre las arterias para que estas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano” detallan en la Fundación Española del Corazón (FEC). Al elevarse esta presión se genera mayor resistencia para el corazón que reacciona aumentando su masa muscular para hacer frente a esto.

El enemigo silencioso

Dicho aumento de la tensión es peligroso ya que no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo, generando enfermedades como una angina de pecho o insuficiencia coronaria, por eso se le denomina a la hipertensión como el enemigo silencioso.

Usualmente, la hipertensión no es derivada de ninguna otra enfermedad, aunque existe la predisposición familiar. Claro está, existen otros factores que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular: La vida sedentaria, el alcohol, el tabaco, la sal y el estrés son ingredientes letales que causan hipertensión.

Una presión normal estaría entre los 140 mmhg de máxima o 90 mmHg de mínima. Mmgh es milímetro de mercurio, unidad de presión manométrica.

Estos son los distintos niveles de presión arterial:

  • Óptima: presión arterial sistólica inferior a 120 y diastólica inferior a 80.
  • Normal: presión arterial sistólica inferior a 130 y/o diastólica inferior a 85.
  • Normal-alta: presión arterial sistólica entre 130-139 y/o diastólica entre 85-89.
  • Grado 1: presión arterial sistólica entre 140-159 y/o diastólica entre 90-99.
  • Grado 2: presión arterial sistólica entre 160-179 y/o diastólica entre 100-109.
  • Grado 3: presión arterial sistólica igual o superior a 180 y/o diastólica igual o superior a 110.

¿Qué nos puede ayudar contra la hipertensión?

Mantener un estilo de vida saludable es esencial para prevenir una presión arterial elevada. Por supuesto, eliminar los factores de riesgo mencionados arriba también nos arrojarán increíbles beneficios.

De tener obesidad es imperativo perder peso, también se recomienda la reducción del consumo de sal y cafeína en todas sus formas especialmente las ligadas a azúcares. El alcohol y el tabaco quedan completamente descartados.

En muchas ocasiones la hipertensión no se trata con fármacos, ya que los cambios de hábitos suelen hacer el efecto necesario. Sin embargo, esto lo decidirá el médico en cuestión evaluando, sobre todo, si existen riesgos cardiovasculares.

En este caso, los medicamentos suelen ser diuréticos, ya que favorecen la excreción renal de agua y sales de sodio, betabloqueantes para bajar el ritmo cardíaco, antagonistas de calcio para relajar las arterias, entre otros.

Tener una rutina saludable es la mejor manera de cuidarnos y de evitar este tipo de sobresaltos, una buena alimentación y algo de ejercicio. No hace falta ser el más fitness, pero sí lo suficiente como para cuidarnos

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