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Este verano, España ha sido escenario de incendios forestales que no solo han arrasado con miles de hectáreas de vegetación, sino que además han tenido un fuerte impacto en el patrimonio natural y en especies de aves amenazadas. Un primer análisis realizado por SEO/BirdLife revela que casi la mitad de la superficie calcinada coincide con Áreas Importantes para las
Aves y la Biodiversidad (IBA), espacios reconocidos a nivel internacional por albergar especies esenciales para la conservación. Según la organización, el 18 % de estas áreas resultaron afectadas, lo que plantea un escenario desolador para la fauna y los ecosistemas naturales.
Hasta el momento, los datos recopilados indican que Castilla y León, Asturias y Cantabria concentran la mayor parte de la superficie devastada, con un total de 110.185 hectáreas quemadas distribuidas en 23 IBA. Sin embargo, Extremadura encabeza la lista en cuanto al número de espacios dañados, con 26 IBA que vieron arder 29.206 hectáreas.
Este patrón refleja un problema de gran alcance territorial, que no se limita a un solo enclave geográfico, sino que se extiende por diferentes ecosistemas claves para la biodiversidad nacional.
Especies más castigadas por los incendios
SEO/BirdLife ha evaluado también qué especies resultaron más golpeadas por el fuego. La mayoría de ellas figuran en el catálogo de especies amenazadas, y en algunos casos, su futuro inmediato se presenta complicado.
Uno de los casos más graves es el del urogallo cantábrico. Todas las IBA que alojan la población de esta ave, que apenas cuenta con 209 ejemplares, se han visto dañadas. El fuego ha comprometido las grandes masas forestales que representan su hábitat natural, lo que supone un riesgo serio para la supervivencia de la especie.
Otras especies emblemáticas, como el águila imperial ibérica, también sufrieron un fuerte revés. Esta rapaz ha resultado afectada en 19 IBA, lo que la ONG califica como una amenaza significativa. La fidelidad de esta especie a su territorio dificulta que vuelva a ocupar zonas que han sufrido incendios intensos, lo que implica que muchos lugares podrían perderse de cara a próximas temporadas de cría.
El buitre negro, la cigüeña negra y el milano real se encuentran en una situación similar. El fuego alcanzó 13 IBA donde habita el buitre negro, 28 de cigüeña negra y otras 28 de milano real. En todos los casos, la pérdida de hábitats claves podría afectar la estabilidad de sus poblaciones a medio plazo.
Impacto en aves amenazadas y territorios clave
El análisis presentado por SEO/BirdLife también recuerda que especies como el alimoche común, el quebrantahuesos y el águila perdicera han padecido un gran impacto. Concretamente, 20 IBA vinculadas al alimoche, dos relacionadas con el quebrantahuesos y 15 esenciales para el águila perdicera fueron arrasadas por los incendios. Estas pérdidas suponen un duro golpe a las áreas de reproducción y alimentación de aves que ya se encuentran en riesgo.
Se suma a este panorama la situación de otras rapaces y aves emblemáticas: 19 IBA con presencia de águila real y 6 fundamentales para el halcón peregrino han sufrido daños, lo que podría alterar sus ciclos reproductivos y de caza.
Aves esteparias en situación crítica
El fuego no solo arrasó con bosques y montes de difícil recuperación, sino que también afectó a las especies propias de los hábitats agrícolas y esteparios, que en muchos casos ya atravesaban una situación delicada.
La alondra ricotí, una de las aves más amenazadas de la península, perdió terreno en dos IBA. El aguilucho cenizo y el cernícalo primilla también se vieron perjudicados, con once IBA afectadas en cada caso.
El sisón común, especie emblemática de las estepas cerealistas, perdió presencia en 25 IBA. La ganga ibérica ha sido golpeada en una IBA y la ganga ortega en cinco, lo que agrava la situación de estas especies de distribución limitada y en declive.
Cambios en el paisaje: un riesgo añadido
SEO/BirdLife advierte que el problema no se limita a la pérdida inmediata de superficie forestal. Los cambios provocados por los incendios alteran profundamente el paisaje, lo que puede llevar al abandono de territorios por parte de las aves.
Aunque algunas zonas con incendios menos intensos podrían ser recolonizadas, no existe garantía de que mantengan la capacidad de albergar poblaciones reproductoras en el futuro.
Con estas conclusiones, la organización alerta de que el impacto de los incendios de este verano no se mide únicamente en hectáreas quemadas, sino en la amenaza que supone para la biodiversidad. El futuro de numerosas especies de aves en España, muchas de ellas en situación de vulnerabilidad o en peligro, podría verse gravemente comprometido si no se refuerzan las medidas de conservación y recuperación de hábitats.
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