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Israel ha dado inicio a una invasión terrestre en la ciudad de Gaza tras una noche marcada por intensos bombardeos. El primer ministro Benjamin Netanyahu describió el momento como “decisivo”, indicando que el objetivo principal es liberar a los secuestrados y erradicar a Hamás. Se estima que en Gaza dentro de la Franja de Gaza aún residen entre 500.000 y 600.000 personas.
Según informes del corresponsal de COPE en Oriente Medio, Mikel Ayestarán, al menos dos divisiones del ejército israelí ya han entrado en las calles de la ciudad. Acompañando esta operación, se ha realizado una campaña de bombardeos “brutales” que han transformado la noche en un escenario plenamente iluminado por explosiones.
Objetivos declarados por Israel
La estrategia israelí, tal como la ha expuesto Netanyahu, persigue dos metas fundamentales:
- Liberar a los rehenes que Hamás mantiene cautivos.
- Desmantelar la organización, especialmente sus estructuras escondidas, entre ellas túneles utilizados por aproximadamente 2.000 milicianos.
Impacto sobre la población civil
Miles de personas se esfuerzan por huir hacia el sur de la Franja, obedeciendo órdenes de evacuación forzosa emitidas por las autoridades israelíes. Sin embargo, abandonar la ciudad se ha convertido en una tarea casi imposible. El coste del transporte se dispara: alquilar cualquier medio para recorrer entre 20 y 30 kilómetros puede superar los 800 euros.
En el sur, las “zonas humanitarias” prometidas se encuentran severamente saturadas. Carecen de servicios adecuados y, además, sufren también bombardeos por parte de Israel.
Según relata el padre Carlos Ferrero, quien permanece en la parroquia de la Sagrada Familia cuidando de unas 450 personas refugiadas, la situación es desesperada. Ya se ha declarado oficialmente una hambruna por las Naciones Unidas. Ante la falta de alimentos, la población recurre a métodos extremos como quemar sus propios muebles para cocinar.
Además, se han registrado ataques directos a lugares sensibles. Uno de ellos fue el bombardeo de la casa de las Hermanas de la Madre Teresa, donde vivían niños con discapacidades. También murieron dos mujeres alcanzadas por disparos de francotirador en circunstancias que aún generan mucha preocupación.
El padre Carlos Ferrero ha compartido varios testimonios directos de personas atrapadas en Gaza. Uno de los ancianos refugiados expresó: “No hay ningún signo de esperanza”. Muchos sienten miedo, particularmente después de los bombardeos directos y los ataques indiscriminados. Ferrero mismo advierte que la población vive en constante temor.
Obstáculos para la comunicación y el acceso
Uno de los problemas más acuciantes ha sido el fuerte control sobre la información. Ayestarán denuncia que los medios no sólo tienen dificultades para moverse dentro de Gaza, sino que muchas veces se les impide el acceso al terreno, lo que implica una censura severa.
El corresponsal asegura que esta situación representa el “grado máximo de censura”, ya que Israel administra quién entra y quién sale, controlando los puntos de acceso, mientras que algunos colegas han sido asesinados dentro de Gaza.
Evaluación: ¿cumple Israel las normas de guerra?
Aunque la noticia no ofrece una conclusión definitiva legal ni jurídica sobre si Israel está cumpliendo estrictamente con las normas del derecho internacional humanitario, los testimonios y los datos recabados apuntan a tensiones claras entre las acciones militares y los principios básicos de protección civil.
Dichos principios exigen, entre otras cosas, evitar daños excesivos a la población civil, garantizar espacios seguros para los desplazados, mantener acceso humanitario y transparencia informativa.
Los hechos recogidos en Gaza, tales como bombardeos nocturnos, dificultades para la evacuación, zonas humanitarias saturadas, carencia de suministro básico, y restricciones severas al ingreso de periodistas, ponen en duda si se está respetando plenamente ese marco por parte de Israel.
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