Cada vez más familias venden y compran material escolar reutilizado en verano

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27/07/2025 - 10:30
Material escolar que puede valer para darle nuevos usos

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Durante los meses estivales, los hogares españoles se preparan no solo para las vacaciones, sino también para el próximo curso escolar. Una tendencia cada vez más consolidada es la compraventa de material escolar de segunda mano, que representa una oportunidad tanto para ahorrar como para fomentar un consumo más responsable.

Así lo revela un reciente estudio elaborado por la plataforma de compraventa Wallapop, que pone de manifiesto un cambio de mentalidad entre estudiantes y familias.

Reutilizar material escolar como hábito creciente

Según el informe, el 80 % de las familias españolas aprovecha el verano para desprenderse del material escolar que ya no necesita y, a su vez, adquirir los elementos necesarios para el próximo curso.

Este comportamiento se intensifica especialmente entre los meses de julio y principios de septiembre, un periodo en el que las ventas de material escolar en Wallapop se incrementan en un 125 %. Esta cifra demuestra que el verano se ha convertido en la temporada clave para el intercambio de artículos escolares usados.

El estudio también destaca que más de la mitad de los encuestados ya opta por comprar productos escolares reutilizados. Esto refleja una clara tendencia hacia la economía circular, aunque también pone en evidencia que aún queda margen de mejora: solo uno de cada tres usuarios se anima a vender el material escolar que ha dejado de usar, lo cual representa una oportunidad latente en un mercado que demanda mayor oferta.

El incentivo económico también desempeña un papel relevante en esta práctica. Las familias calculan que podrían obtener, de media, hasta 111 euros por curso y por alumno vendiendo el material escolar que tienen en buen estado pero ya no utilizan. Este ingreso extra puede marcar una diferencia a la hora de afrontar los gastos del nuevo curso.

Más allá del ahorro, los motivos que impulsan a los usuarios a vender o adquirir material escolar de segunda mano son diversos. Un 59 % de las familias señala que su principal motivación es dar una segunda vida a objetos aún útiles, mientras que un 51 % menciona la intención de ayudar a otras familias a reducir sus gastos. Por otro lado, un 39 % reconoce que lo hace para conseguir un ingreso adicional que les facilite la compra de nuevos materiales.

Junio: el mes ideal para comenzar

La plataforma también destaca la importancia de adelantarse a la temporada alta. Junio se presenta como el mes idóneo para subir a las plataformas los artículos escolares en desuso. De hecho, el día siguiente a la finalización de las clases ya se observa un repunte notable en la actividad: las publicaciones de libros escolares en Wallapop aumentan hasta un 95 % respecto a los días anteriores, lo que demuestra que muchas familias están empezando a adoptar esta estrategia con antelación.

Dentro del catálogo de artículos escolares, los libros de texto lideran la lista de productos con mayor demanda. Un 87 % de los encuestados considera que estos son los más fáciles de revender, gracias a su alto coste original y al buen estado en el que suelen encontrarse al finalizar el curso. A estos les siguen los uniformes escolares, con un 43 % de aceptación, y las mochilas, mencionadas por un 42 % de los usuarios.

Los dispositivos electrónicos, como tablets y calculadoras, también ocupan un lugar relevante, siendo considerados por un 37% de los participantes como opciones atractivas por su durabilidad. Este tipo de artículos, aunque menos comunes que los libros, están ganando terreno por su utilidad transversal a lo largo de los cursos.

Un mercado con futuro

En definitiva, el mercado del material escolar reutilizado en España está en plena expansión. La combinación de conciencia ecológica, necesidad de ahorro y voluntad solidaria está impulsando a cada vez más familias a sumarse a esta tendencia.

Aunque aún existe margen para que más personas den una segunda vida a los artículos escolares, los datos muestran una evolución positiva hacia un consumo más sostenible y colaborativo. Y todo indica que, con el paso de los años, esta práctica no solo se consolidará, sino que también contribuirá a cambiar la forma en que afrontamos el inicio del curso escolar.

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