Los vencejos, aves que conviven con nosotros y que el calor extremo está aniquilando

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23/07/2022 - 08:30
Un vencejos recuperado ante la ola de calor

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La segunda ola de calor de este 2022 trajo consigo la muerte de cientos de crías de vencejos. El calor extremo da lugar a que los polluelos salten del nido para evitar las altas temperaturas, que les asfixia y no les deja sobrevivir en los pocos huecos que la ciudad les deja para críar.

Esperanza Portillo, vicepresidenta de la ONG Ecourbe, informa de que el 90 % de la nidada se ha perdido, y además, detalla que dicha situación también se extiende a otras aves urbanas.

Que sucedan estas cosas nos deja muy claro lo vulnerables y expuestos que estamos ante un planeta que sufre y que se desgasta por nuestras acciones. Que los vencejos vayan muriendo, podría pasarnos una factura muy cara a los seres humanos.

Vencejos, aves urbanas que están desapareciendo

Los vencejos son una especie que se encuentra incluida en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial, igual que las golondrinas o los aviones.

Esta especie en concreto ha experimentado un declive del 27,2 % en nuestro país durante los últimos 20 años, así lo demuestran los datos recogidos desde el año 1998 hasta el pasado 2020.

Los polluelos de vencejos que se han conseguido salvar ha sido fruto de la labor de voluntarios, que han querido dedicar su vida y tiempo a cuidar de estas pequeñas aves.

El caso, es que el esfuerzo voluntario que realizan estas personas no debería solo repercutir en ellos, sino que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto, y más cuando estamos hablando de especies protegidas e indispensables para la conservación de ciudades.

Por su parte, Beatriz Sánchez, responsable de biodiversidad urbana de SEO/BirdLife, expone que la pérdida de vencejos y otras especies de aves urbanas desembocaría en un desequilibrio muy peligroso.

Y es que, según afirman los expertos, de todas las aves del mundo, un 20 % habitan en las ciudades. Pero las urbes cada vez aumentan su desigualdad.

El programa de Seguimiento de Aves Comunes en Primavera (Sacre) de esta organización muestra, por ejemplo, que desde 1998 y hasta 2013 se han perdido diez millones de golondrinas.

Asimismo, en Europa el 60 % de los gorriones que había en 1980 ha desaparecido. Los motivos son variados, pero todos tienen detrás la huella humana.

Vencejos y otras aves que anidan entre los huecos de los edificios ven como el cambio climático causado por los humanos les acribilla constantemente, además de que las construcciones emplean el hormigón, un gran enemigo para dichas aves.

Este tipo de material absorbe el calor, y lo va desprendiendo durante todo el día, causando las caídas del nido de los polluelos, que no pueden respirar a ninguna hora.

Si no se construye con sostenibilidad, las ciudades son una trampa mortal para muchas especies

Otras causas por las que las crías de estas aves urbanas perecen es porque los climas son cada vez más extremos, dando lugar a situaciones extremas.

Los padres de estos polluelos pueden decidir no alimentar a sus crías por la escasez de comida causada por la sequía, o porque morirían si se adentran en los nidos con tan altas temperaturas.

Por otro lado, estas otras acciones humanas también contribuyen a la extinción de las aves urbanas:

  • Rehabilitación nada sostenible de edificios y que muchas veces comienza con aves dentro.
  • Actividades de poda masivas en épocas de cría.
  • Edificios con diseños que dan lugar a colisiones.
  • Depredación de los gatos domésticos.
  • La construcción de carreteras.
  • Destrucción ilegal de colonias de especies protegidas
  • Ausencia de espacios verdes.
  • El uso de pesticidas en zonas rurales.

Pero claro está que los vencejos y otras aves urbanas de alta relevancia para la salud del planeta, tienen a su máximo enemigo en el cambio climático. Se aproxima otra nueva ola de calor, porque sería recomendable contar con la ayuda de expertos si encontramos a crías de esta y otras especies por las aceras y suelos de nuestra ciudad. Cualquier ayuda, no es cosa de poco.

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