
Lectura fácil
El Gobierno ha presentado un balance positivo de su estrategia contra las estafas telefónicas. Según los datos del Ministerio para la Transformación Digital, desde el pasado 7 de junio se han bloqueado casi 48 millones de llamadas fraudulentas y 2,2 millones de SMS sospechosos.
El propio ministro del ramo, Óscar López, calificó de “éxito” este paquete de medidas que busca frenar tanto el spam comercial como los intentos de suplantación de empresas e instituciones.
Un aluvión de bloqueos en pocos meses
Los registros de las operadoras de telefonía son el mejor ejemplo del alcance del plan. En estos tres meses, se han detectado y detenido de media 434.915 llamadas sospechosas al día. A ese volumen se le suman 18.666 mensajes cortos diariamente, también con intenciones fraudulentas o de engaño.
Los datos más llamativos muestran que los ciberestafadores han llegado a actuar de forma masiva en jornadas concretas. El 30 de junio, una sola compañía telefónica consiguió interceptar 1,4 millones de llamadas fraudulentas en apenas 24 horas. Algo similar ocurrió con los SMS el 25 de julio, cuando otra operadora bloqueó 60.000 mensajes en un solo día.
El ministro López quiso subrayar que este resultado no habría sido posible sin la implicación de las compañías de telecomunicaciones. “Era un problema que crecía de forma exponencial y causaba graves perjuicios económicos a familias y empresas”, recordó durante la rueda de prensa de presentación.
Las medidas han obligado a las operadoras a reforzar sus sistemas de filtrado. En la práctica, esto significa que los usuarios están cada vez más protegidos frente a intentos de fraude masivo, aunque aún quedan importantes retos por resolver.
Una de las novedades más destacadas del plan es la prohibición del uso de números de teléfono móvil en campañas de spam publicitario. Hasta ahora, muchos usuarios recibían llamadas fraudulentas comerciales supuestamente nacionales que, en realidad, ocultaban intenciones engañosas.
El nuevo marco legal marca límites claros: las empresas que quieran contactar a clientes deberán hacerlo desde números identificados por su prefijo geográfico, o bien a través de líneas 800 y 900 reservadas para comunicaciones de este tipo.
La trampa de los prefijos internacionales
A pesar de los avances, el propio Ejecutivo reconoce que aún existen vacíos que los ciberdelincuentes aprovechan. López explicó que numerosos ciudadanos siguen denunciando llamadas fraudulentas provenientes de números con prefijos extranjeros.
El problema no es solo la procedencia, sino el camuflaje deliberado. En muchas ocasiones, las llamadas fraudulentas llegan desde el extranjero, pero aparecen en el dispositivo como si fueran nacionales, con el prefijo +34. Esta manipulación induce a confianza en el receptor y aumenta las posibilidades de caer en la estafa.
El equipo ministerial aclaró que el plan ya contempla la prohibición de estas prácticas. Los operadores deben bloquear cualquier intento de presentar un número extranjero como si fuera local. Por ejemplo, las llamadas fraudulentas originadas en EEUU deberían llegar con el prefijo +1, las del Reino Unido con +44 o las de Francia con +33. Cuando estas rutas internacionales muestran un prefijo español, se interpreta como signo de manipulación y deben ser inmediatamente frenadas.
Una base de datos oficial en 2026
Otro de los pilares previstos en la estrategia es la creación de una base de datos oficial con todos los códigos alfanuméricos que utilizan las empresas y administraciones para identificarse a través de SMS.
Este sistema facilitará distinguir mensajes verdaderos de entidades bancarias, organismos públicos o compañías de servicios frente a los de origen fraudulento. Sin embargo, su desarrollo técnico requiere de un proceso complejo, por lo que el Gobierno ha fijado su puesta en marcha para 2026.
Aunque el plan ha demostrado eficacia contra campañas masivas, no elimina todos los riesgos. Los ciberdelincuentes han sofisticado sus métodos y recurren a contactos más dirigidos, como ataques de phishing personalizados, que se valen de bases de datos de información personal sustraídas en filtraciones previas.
En este terreno, la protección depende en gran medida de la vigilancia individual y de la capacidad de detectar señales de alarma en llamadas o mensajes sospechosos.
Para los casos en que los ciudadanos sigan siendo víctimas de llamadas fraudulentas en contra de las restricciones establecidas, el Ministerio recuerda que la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones tiene habilitado un canal de reclamaciones. Entre las quejas posibles se incluyen, por ejemplo, las llamadas comerciales que se sigan realizando desde números móviles, algo que ya está formalmente prohibido.
Un “éxito” con recorrido
El ministro López cerró su intervención destacando que el plan supone un cambio sustancial en la lucha contra las estafas telefónicas y los fraudes digitales. Con casi 50 millones de intentos bloqueados en pocos meses, las cifras avalan la efectividad de las medidas.
Sin embargo, reconoció que todavía queda margen para mejorar, especialmente frente a la manipulación de llamadas fraudulentas internacionales y el auge de estafas más individualizadas. En ese sentido, el Gobierno asegura que continuará reforzando sus sistemas y colaborando con las operadoras para proteger a los ciudadanos en un terreno donde las amenazas evolucionan con rapidez.
Añadir nuevo comentario