¿Por qué se están dando últimamente tormentas de arena y polvo? ¿A qué se debe este fenómeno?

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09/07/2021 - 12:20
¿Por qué se están dando últimamente tormentas de arena y polvo?

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La pasada temporada de invierno en la región africana del Sahel fue excepcional y se caracterizó por una intensa actividad de tormentas de arena y polvo y por elevadas concentraciones de estos materiales en superficie.

Cada año se emiten 2.000 millones de toneladas de polvo a la atmosfera

Asimismo, durante el verano de 2020, la región del Caribe sintió los efectos de un histórico penacho de polvo africano (sahariano) que fue denominado Godzilla por su gran extensión geográfica y por la cantidad récord de arena que transportó.

Su superficie fue prácticamente igual a la del territorio continental de Estados Unidos, cubrió zonas de la gran cuenca del Caribe, el norte de Sudamérica, América Central, el golfo de México y el sur de Estados Unidos. Afectó a la región durante unos 15 días, en concreto, del 18 de junio al 2 de julio de 2020.

Por otro lado, una tormenta de arena y polvo barrió también Mongolia y partes del centro y norte de China del 19 al 21 de octubre de 2020. Fue el episodio más extenso del año en todo el planeta.

En Asia, las tormentas de arena suelen producirse en primavera -de marzo a mayo-, por lo que ese episodio a gran escala del pasado otoño puede considerarse un fenómeno excepcional.

Concentraciones de masa de entre aproximadamente 300 y 600 microgramos por metro cúbico

Uno de los episodios más destacados de 2020 ocurrió en Canarias, donde el 23 de febrero se produjo una intrusión de polvo sin precedentes en la historia del archipiélago español.

La concentración media anual de polvo en superficie más alta estimada en 2020 (entre 900 y 1.200 microgramos por metro cúbico) se observó en algunas zonas del Chad, en la parte norte de África central.

También se registraron concentraciones de arena elevadas en algunas regiones de la península arábiga, Asia central, la meseta iraní y el noroeste de China, con concentraciones de masa de entre aproximadamente 300 y 600 microgramos por metro cúbico.

En términos generales, la distribución espacial de la concentración mundial de arena mineral en superficie registrada en 2020 fue similar a la observada en 2019.

Es un proceso natural en mayor medida, aunque también es por actividades humanas

La atmósfera recibe cada año alrededor de 2.000 millones de toneladas de arena en suspensión, un proceso natural en mayor medida, aunque también es fruto de actividades humanas por una gestión deficiente del agua y de la tierra, según ha recordado la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua.

En la quinta edición anual del boletín de la OMM, ‘Polvo en Suspensión en el Aire’, difundido este miércoles y que se centra en la incidencia y los peligros de las tormentas de arena ocurridas en 2020, se aclara que estas tormentas se producen cuando el aire extremadamente caliente hace que la atmósfera inferior del desierto se vuelva inestable, lo que provoca fuertes vientos que remueven enormes cantidades de arena suelta y la transportan a cientos, y en ocasiones a miles de kilómetros.

Se vincula a problemas de salud

La arena en suspensión en el aire también se vincula a problemas de salud, como afecciones respiratorias o meningitis, provoca regularmente el cierre de aeropuertos y la cancelación de vuelos, y crea condiciones peligrosas en las carreteras. Además, perturba sectores socioeconómicos clave, como la agricultura o la escolarización.

Las repercusiones de estos fenómenos en la salud, el medioambiente y las economías volvieron a quedar patentes en 2020, ya que enormes penachos de arena oscurecieron los cielos y mermaron la calidad del aire en muchas partes de África, Asia, América y Europa, además de recorrer cientos de kilómetros sobre el Atlántico.

La concentración mundial de arena mineral en superficie se mantiene

Por su parte, la jefa de la División de Investigación sobre el Medioambiente Atmosférico de la OMM, Oksana Tarasova, ha apuntado que "las tormentas de polvo y arena son un peligro muy visible que entraña graves consecuencias. Solo en los últimos meses, hemos visto la nieve teñirse de marrón en las montañas europeas, la calidad del aire se ha degradado en gran parte de China hasta generar un ambiente asfixiante, y un enorme penacho se ha desplazado desde el Sáhara hasta Sudamérica. Y esos son solo algunos ejemplos".

Las concentraciones horarias de PM10 superaron los 3.000 microgramos por metro cúbico en el punto álgido del evento, provocaron la cancelación de cerca de 1.000 vuelos, deterioraron la calidad del aire y ocasionaron trastornos en la agricultura, la producción de energía solar y los sistemas ecológicos, a raíz de una irrupción sin precedentes de aves e invertebrados en las islas procedentes del continente africano.

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