Riesgo de contagio: No ventilar, reírse y hablar sin mascarillas

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01/10/2020 - 13:23
El riesgo de contagio por no ventilar

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El riesgo de contagio por exposición al COVID-19 puede aumentar por los sistemas de ventilación de muchos edificios de oficinas y viviendas modernas. Así lo demuestra una investigación publicada en Journal of Fluid Mechanics.

Investigadores de la Universidad de Cambridge han descubierto que los sistemas de ventilación mixta dispersan los contaminantes del aire de manera uniforme por todo el espacio interior.

El caso, es que esos contaminantes pueden contener gotículas y aerosoles del COVID-19. Por ello, este estudio subraya la importancia de tener realizar una buena ventilación y el uso de mascarillas para tener bajo mínimos la concentración de contaminantes y el riesgo de contagio por SARS-CoV-2.

El riesgo de contagio es mayor a través de gotículas más grandes y aerosoles más pequeños

Es decir, el virus se transmite principalmente, a través de gotitas más grandes y aerosoles que expulsamos cuando tosemos, estornudamos, reímos, hablamos o respiramos.

Los datos de investigaciones recientes ya vienen apuntando desde hace bastante que el riesgo de contagio es mucho mayor en interior que en exterior.

"A medida que se acerca el invierno en el hemisferio norte y las personas comienzan a pasar más tiempo adentro, comprender el papel de la ventilación es fundamental para estimar el riesgo de contraer el virus y ayudar a disminuir su propagación" apuntaba el profesor Paul Linden, del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Teóricas de Cambridge, que dirige la investigación.

"Una ventilación insuficiente puede conducir a una alta concentración de dióxido de carbono, lo que a su vez podría aumentar el riesgo de exposición al virus" destaca Paul Linden.

La investigación muestra que el flujo de aire en las habitaciones es complejo y depende de dónde se ubiquen los conductos de ventilación, ventanas y puertas, y los flujos generador por el calor emitido por las personas.

A esto se suman otras variables, como el movimiento de las personas, hablar, puertas cerradas o que se abren, los cambios en el exterior... todo esto acaba influyendo al riesgo de contagio.

Además, los edificios actuales están construidos con la eficiencia energética, lo que les ha hecho más herméticos y cómodos para los habitantes.

Pero, los niveles de contaminación en el interior de estos edificios es una de las principales preocupaciones de los diseñadores de sistemas de ventilación.

"Estas dos preocupaciones están relacionadas, pero son diferentes, y existe una tensión entre ellas, que se ha puesto de relieve durante la pandemia. Maximizar la ventilación y, al mismo tiempo, mantener las temperaturas a un nivel agradable sin un consumo excesivo de energía es un equilibrio difícil de lograr" apunta el Dr. Rajesh Bhagat, también de DAMTP .

Efectos de la ventilación en la distribución de contaminantes en el aire de una habitación

De esta forma los investigadores utilizaron datos de una de las partes del trabajo realizado sobre ventilación para determinar la calidad del aire.

El estudio tocó diferentes modos de exhalación: respiración nasal, hablar y reír, cada uno con y sin mascarilla. Al ver el calor asociado con la respiración exhalada, comprobaron cómo se mueve el aire a través del espacio en cada caso.

Con estas investigaciones vieron que los flujos de las habitaciones "son turbulentos" y cambian de manera drástica según el movimiento de las personas, el tipo de ventilación, puertas abiertas y cerradas, y en aquellos sitios con ventilación natural, los cambios en las condiciones exteriores.

Los investigadores comprobaron que las mascarillas son efectivas para reducir la propagación del aire exhalado y, por lo tanto, las gotas

"Una cosa que pudimos ver claramente es que una de las formas en que funcionan las mascarillas es deteniendo el impulso de la respiración", expuso Linden.

"Si bien casi todas tendrán una cierta cantidad de fugas a través de la parte superior y los lados, no importa mucho, porque disminuir el impulso de cualquier contaminante exhalado reduce la posibilidad de cualquier intercambio directo de aerosoles y gotitas a medida que queda la respiración en el penacho térmico del cuerpo y se eleva hacia el techo. Además, las mascarillas detienen las gotas más grandes, y una mascarilla de tres capas reduce la cantidad de esos contaminantes que recirculan a través de la habitación por ventilación" explicaba en la publicación Paul Linden.

Según determina el estudio, reír "origina una gran pertubación", lo que deja ver que, si una persona infectada sin mascarilla se ríe en el interior, aumenta de manera exponencial el riesgo de contagio para las personas que estén con ella.

Linden expuso que para evitar eso hay un problema, pues "mantener las ventanas abiertas y usar mascarilla parece ser el mejor consejo. Claramente eso es un problema menor en los meses de verano, pero es motivo de preocupación en los meses de invierno".

El riesgo de contagio sigue en el aire, y ahora el equipo trabaja junto al Departamento de Transporte para analizar el impacto de la ventilación en el transporte de trenes. También están con el Departamento de Educación, de cara a realizar una evaluación de los riesgos en las escuelas durante el próximo invierno.

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