Volcán de La Palma: 7 peligros que surgen de la erupción

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23/09/2021 - 09:16
Lava del volcán de La Palma arrasando las casas

Lectura fácil

La erupción del volcán de La Palma no solo ha hecho temblar la isla y ha devorado bajo el magma miles de hogares y miles de ilusiones de sus habitantes, sino que presenta riesgos tras su despertar.

Desde el Instituto Geográfico Nacional informan que tras la erupción de un volcán suceden peligros como las coladas de lava, las cenizas, o los flujos piroclásticos, entre otros que ahora vamos a tratar.

7 riesgos de la erupción del volcán de La Palma

  • Coladas de lava: Manto de lava fluida por una erupción volcánica efusiva. Contra más viscosa sea, menor distancia recorrerá, pero ganará en altura. Pero si cuenta con menor espesor, puede llegar a ocupar grandes extensiones.

Según apuntan los expertos tras la erupción del volcán de La Palma, un centenar de casas habían sido arrasadas el lunes.

  • Cenizas: Estas pueden causar lesiones en las vías respiratorias, ojos y en heridas abiertas, así como en la piel, tal y como anunciaron desde el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca). El IGN explica que tras la erupción del volcán de La Palma, se emiten a la atmósfera una mezcla de gases y piroclastos. Dichas partículas se elevan por los gases volcánicos y dan lugar a la pluma. Una vez que la densidad de dichos gases y partículas es igual a la de la atmósfera, nace la lluvia de cenizas, que se dispersa por los vientos y turbulencias, llegando a cubrir zonas enormes.
  • Flujos piroclásticos: Esto ocurre cuando la pluma que nace la erupción explosiva no cuenta con la energía suficiente y una densidad menor que la que presenta la atmósfera. Es entonces cuando se da lugar al colapso que crear flujos densos de una mezcla de gases y partículas sólidas a temperaturas muy altas, que llegan a alcanzar los 700 º.
  • Emanaciones gaseosas: Según los cálculos realizados por Involcan, el volcán de La Palma ha emitido a la atmósfera entre 6.000 y 9.000 toneladas diarias de dióxido de azufre. Son gases emitidos de forma violenta y que pueden escaparse por pequeñas fracturas del edificio volcánico. Estos gases pueden dar lugar a la lluvia ácida al unirse con el agua del rocío o con agua de precipitaciones. Además, pueden causar en la población dolor de cabeza, vómitos, asfixia e irritaciones de ojos y piel. Y no solo eso, sino que pueden llegar a dañar las cosechas y las estructuras metálicas.
  • Lahares o flujos de lodos: Se trata de avalanchas de material volcánico no consolidado, en especial hacen referencia a las cenizas, que se movilizan por agua de lluvia, fusión de glaciares, desbordamientos o deshielo. Estas actúan igual que las riadas, y se canalizan por barrancos, amontonando todo tipo de materiales que ha ido arrastrando a su paso, según expone el IGN. Tienen un alto poder destructivo, y pueden darse durante la erupción del volcán de La Palma o meses después, cuando suceda una lluvia torrencial.
  • Deslizamientos de ladera: Esto ocurre cuando se da la superposición de materiales duros y blandos procedentes de los edificios volcánicos. El agua o la intrusión de un gran volumen de magma puede causar estos movimientos.
  • Tsunamis: Esto puede surgir por los deslizamientos, flujos piroclásticos masivos o por una erupción submarina. Las olas que se crean pueden llegar a alcanzar varios metros de altura, y penetrar en la superficie terrestre decenas o centenares de metros desde la orilla del mar.

El volcán de La Palma sigue están en el punto de mira, su poder destructivo ha dejado a muchas familias sin hogar, sin esperanzas.

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