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El verano es una época esperada por muchos: viajes, desconexión, comidas fuera de casa y rutinas más relajadas. Sin embargo, esta misma relajación de hábitos puede tener consecuencias indeseadas para nuestra salud digestiva si no tomamos las medidas adecuadas.
Las altas temperaturas, los cambios en la alimentación y el ritmo de vida más irregular contribuyen a la aparición de diversos trastornos gastrointestinales que pueden amargar nuestras vacaciones.
Un riesgo poco visible: las intoxicaciones alimentarias ponen en riesgo al salud digestiva
Según datos proporcionados por noVadiet, empresa especializada en salud natural, el 20 % de la población sufre al menos una intoxicación alimentaria cada año. Y lo más sorprendente: más del 50 % de estos casos se producen en el hogar. Esto demuestra que, aunque pensemos que el riesgo está en comer fuera, pequeños errores en la conservación, manipulación o cocinado de los alimentos en nuestras propias cocinas pueden ser igualmente peligrosos.
Las altas temperaturas del verano crean un entorno propicio para la proliferación de bacterias en alimentos mal conservados. La humedad y el calor aceleran este proceso, y consumir productos en mal estado puede provocar que la salud digestiva se vea perjudicada por vómitos, diarreas, fiebre y deshidratación.
Por qué el verano afecta más al aparato digestivo
Durante la época estival, diversos factores confluyen y aumentan el riesgo de padecer problemas en nuestra salud digestiva:
- Cambios en la dieta: El consumo de platos más pesados, frituras, refrescos y alcohol puede irritar el estómago y producir acidez o indigestión.
- Horarios irregulares y picoteo constante: Comer a deshoras o de manera desordenada dificulta el proceso digestivo.
- Estrés relacionado con las vacaciones: Aunque parezca paradójico, los preparativos y desplazamientos pueden generar un estrés que afecta negativamente a la digestión a través del conocido eje intestino-cerebro.
- Mayor exposición a alimentos contaminados: Comer en la playa, hacer barbacoas o dejar alimentos al aire libre aumenta la posibilidad de intoxicaciones.
Trastornos digestivos más frecuentes en verano
Sonia Clavería, médico de familia del equipo técnico de noVadiet, identifica los problemas que afectan a nuestra salud digestiva y los más comunes en esta época:
- Acidez y reflujo: Generados por comidas copiosas o alimentos que dificultan el correcto cierre del esfínter esofágico.
- Dispepsia: Sensación de plenitud, hinchazón y digestión pesada, muy común tras ingerir comidas grasas o muy abundantes.
- Gastroenteritis: Infecciones virales o por alimentos contaminados, que provocan diarrea, vómitos y riesgo de deshidratación.
- Estreñimiento: Causado por la falta de fibra y el cambio de rutinas, especialmente durante los viajes.
- Hinchazón abdominal: Alteraciones en la microbiota intestinal, muy sensibles a los cambios de alimentación.
- Corte de digestión: Producido por la inmersión repentina en agua fría justo después de comer, puede causar mareos, náuseas o desmayos.
Claves para una digestión saludable durante el verano
Para evitar molestias digestivas y disfrutar del verano sin sobresaltos, los expertos recomiendan:
- Hidratación constante: Beber entre 1,5 y 2 litros de agua diarios, fundamental para el tránsito intestinal.
- Dieta equilibrada: Priorizar alimentos frescos, frutas, verduras y cereales integrales. Evitar grasas, azúcares y ultraprocesados.
- Respetar horarios de comida: Hacer pausas entre comidas ayuda al sistema digestivo a trabajar mejor.
- Evitar alcohol y cafeína en exceso: Ambas sustancias irritan la mucosa gástrica y pueden agravar la acidez.
- Apoyarse en suplementos digestivos: Probióticos, jengibre, calcio o magnesio pueden contribuir a mejorar el funcionamiento digestivo. Productos como Acigastril de noVadiet combinan ingredientes naturales que forman una barrera protectora contra la acidez y ayudan a proteger nuestra salud digestiva.
- Evitar duchas frías justo después de comer: Dejar al cuerpo tiempo suficiente para hacer la digestión antes de un baño refrescante.
Precauciones digestivas al viajar al extranjero
Cuando se viaja a otros países, especialmente con diferentes normas sanitarias, conviene extremar las precauciones para conservar nuestra salud digestiva:
- Consultar al médico antes de viajar: Especialmente si el destino presenta riesgos sanitarios.
- Cuidado con los alimentos crudos: Evitar ensaladas, carnes poco hechas y mariscos si no se está seguro de su procedencia.
- Higiene personal: Lavarse las manos antes de comer y usar desinfectante si no hay agua disponible.
- Botiquín de viaje completo: Incluye antidiarreicos, suero oral y probióticos.
- Prevenir la diarrea del viajero: Iniciar la toma de probióticos antes y durante el viaje puede ayudar a evitar este molesto problema.
Disfrutar sin descuidar el estómago
El verano es para relajarse, pero eso no significa descuidar la salud digestiva. Según la doctora Sonia Clavería, mantener buenos hábitos digestivos es esencial para disfrutar de nuestras vacaciones al máximo: “Prestar atención a lo que comemos, cómo lo comemos y mantenernos bien hidratados son claves para evitar molestias que puedan arruinar nuestros días de descanso.”
Con prevención, consciencia y algunos pequeños cambios, es posible vivir un verano saludable… también por dentro.
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