Semillas de girasol, una excelente fuente de vitaminas y minerales

¿Quién no recuerda haber comido con gusto un buen puñado de semillas de girasol, o pipas? Es uno de los aperitivos favoritos para muchos. Las consumismos desde que somos pequeños, en el parque con nuestros amigos o en el recreo, y cuando nos hacemos mayores también las hemos ido integrando en nuestra dieta, en mueslis, panes o con unas cañas en una terraza. Y es que las semillas de girasol, a pesar de tener fama de engordar, tienen muchos beneficios para nuestra salud además de estar muy ricas.

Es cierto, que como todo fruto seco o aperitivo, es importante tener en cuenta la cantidad que ingerimos de estas semillas, ya que es cierto que tienen un alto contenido oleico, aunque son de los ácidos grasos insaturados o poliinsaturados, es decir, de los buenos, es importante no ingerirlas en grandes cantidades, al fin y al cabo no dejan de ser grasa.

Propiedades y beneficios de las semillas de girasol

Pocas cosas hay en la naturaleza que de por sí pongan en riesgo nuestra salud. Ampliar nuestro consumo de productos que no sufran tantos procesos de transformación es beneficioso a la hora de mantener una dieta saludable. Las semillas han ido ganando popularidad en nuestras comidas debido a su aporte nutricional. La chía, el lino, o el sésamo son las más modernas y presentes en cualquier dieta variada, sin embargo, tenemos a una vieja conocida que además es de las favoritas: las semillas de girasol.

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), las semillas de girasol están compuestas por "Ácidos grasos insaturados y poliinsaturados, proteínas, magnesio, hierro, zinc, fósforo, potasio, selenio, vitamina E, tiamina y niacina". Una extensa lista de vitaminas y minerales que necesitamos en nuestro cuerpo para mantenerlo nutrido. Es cierto que se trata de un fruto muy graso, de ellas obtenemos también el aceite de girasol, y en 35gr. podemos tener un total de 203 kcal.

A pesar de ello, el aporte de sus nutrientes y el tipo de ácidos grasos que contienen, de los que ayudan a regular otros como el colesterol o el estrés, inclinan la balanza hacia la recomendación de su ingesta. Por ejemplo, esos mismos 35gr., nos aportan el 100 % de la cantidad de vitamina E que necesitamos a diario, o el aporte de tiamina y niacina, ambos compuestos de acción antioxidante, que ayudan a mantener la regeneración de nuestras células.

Consumir con moderación

Toda dieta sana y equilibrada no se basa en la prohibición completa de alimentos, salvo que estén cargadas de aditivos o productos perjudiciales para nuestra salud, como la popularmente conocida comida basura. Las dietas sanas incluyen todos los alimentos beneficiosos para nuestra salud con cantidades adecuadas para que no resulten desventajosas o insuficientes. En el caso de las semillas de girasol, es interesante incluirlas en nuestra dieta de forma moderada para disfrutar de todos los nutrientes mencionados.

Si bien es cierto que es preferible evitar las semillas de girasol que vienen con añadidos, como sabores artificiales o con exceso de sal. En estos casos, sus propiedades no solo pueden verse alteradas, sino que además serán un añadido al aporte calórico que nos dan, sin contar con que el exceso de sal tiene efectos perjudiciales. Es mejor consumirlas en su forma natural.