El Tratado Global de los Océanos, cada vez más cerca

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14/10/2021 - 13:13
El Tratado Global de los Océanos sentará las bases para la protección internacional de las aguas

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Los que habitaron el planeta antes que nosotros navegaron en él desde la más remota Antigüedad. Numerosas civilizaciones perdieron bajo el agua restos en forma de pecios, monedas, cañones y demás utilitario de naufragio que empresas cazatesoros sacan a la superficie de cuando en cuando y cuyos millonarios valores les mantienen en disputa con gobiernos durante años.

En comparación, los humanos contemporáneos legamos mucho más que madera y metal: millones de toneladas de plástico islas enteras que también flotan por la superficie- con objetos de todos los tamaños y formas, desde bolsas que asfixian a los animales hasta microplásticos que se cuelan en las cadenas alimentarias, pasando por botes radiactivos, un sinfin de dispositivos electrónicos, combustible contaminante y elementos que no se ven pero que dejan huella, como el dióxido de carbono emitido a la atmósfera que acidifica las aguas.

El 64 % de las aguas están fuera de jurisdicción

La acción humana lleva décadas dañando el agua de forma muy grave y no para de hacerlo por momentos, principalmente por el uso extensivo del plástico y por la dificultad de hacerlo sostenible (al ritmo de 200 kilos vertidos por segundo, se calcula que en 2050 habrá más plástico en los océanos que peces), pero también por las acciones llevadas a cabo en aguas fuera de jurisdicción, el 64 % del total (oficialmente, 200 millas o 322 kms más allá de las plataformas continentales), donde no hay ley que las regule.

Sobre ese líquido apátrido donde un personaje de Los Simpson se casa con una vaca, todavía surcan barcos de piratas, aunque estos no llevan garfio sino fusiles. Sus actos vandálicos comparten escenario con navíos de pesca ilegal, un mal que suma sus redes a la sobreexplotación internacional de los recursos pesqueros.

Y es que, según Greenpeace, en el 55 % de la superficie de los mares se desarrollan actividades pesqueras. Cinco naciones gestionan el 77 % de esta actividad, España entre ellos. En base a datos de la organización, solo en las aguas de África Occidental se extraen cada año 500.000 toneladas de peces con el fin de hacer piensos para la acuicultura y la agricultura, suplementos dietéticos, cosméticos y productos para mascotas. Además, cada década el ser humano es capaz de pescar 350 metros más en profundidad, según recoge El Salto Diario, lo que pone en jaque cada vez más rincones inexplorados.

Esto se suma a los daños sobre la biosfera. El informe Planeta Vivo, de WWF, informa que entre 1970 y 2012 hubo descensos de población de hasta el 75 % de los escómbridos, familia de la que forman parte el atún y el bonito. La búsqueda de petróleo y minerales en los mares profundos también pone en riesgo la vida marina.

La nula o escasa protección que tienen los océanos en definitiva parece estar a punto de cambiar, o al menos mejorar, con la llegada del Tratado Global de los Océanos.

El Tratado Global de los Océanos pretende proteger el 30 % de las aguas marinas para 2030

Tras la última reunión en Nueva York en agosto de 2019, la Conferencia para el Tratado Global de los Océanos, organizada por Kenia y Portugal y cancelada en 2021 por el Covid-19, llegará el próximo en un momento crítico en el que las naciones unen esfuerzos para promover soluciones que permitan alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030.

El objetivo del Tratado es proteger el 30 % de las aguas marinas del planeta para el año 2030, frente al 1 % del que solo goza actualmente.

Durante la sesión informativa que ofreció el Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a los Estados Miembros el pasado 21 de enero de 2021, se refirió a la "necesidad de mantener el impulso en la aplicación del ODS14 (Vida submarina)". "Proteger nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas se deben gestionar de manera efectiva, al igual que sus recursos, y se deben poner en marcha reglamentos que reduzcan la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos", clama Naciones Unidas en su manifiesto.

Así, la conferencia para oficializar el Tratado Global de los Océanos tendrá lugar en Lisboa en 2022, "tan pronto como las condiciones de salud pública lo permitan". El medio portugués Expresso avanza que tendrá lugar en junio del próximo año, si bien Greenpeace la sitúa en marzo.

¿Cuál es el papel de España?

Según recoge Energy News, España, que se espera que forme parte como una de las naciones firmantes del Tratado Global de los Océanos, es el segundo estado de la Unión Europea (UE) en extensión de aguas y tiene, por su privilegiada posición, la mayor diversidad marina del continente. Hasta el momento, el país cuenta con el 12 % de protección de su área marina, lo que supera el mínimo de 10 % impuesto por el Convenio de Biodiversidad Biológica.

"España, en su papel dentro de la UE, debe seguir liderando la protección íntegra de las aguas internacionales, exigiendo la regulación total de las actividades más perjudiciales, como la pesca industrial de alta mar o la minería submarina", demanda Greenpeace en relación al Tratado Global de los Océanos.

Para la entidad ecologista, el Tratado Global de los Océanos ha de:

  • Instaurar un mecanismo global para el establecimiento de una red de santuarios oceánicos bien gestionados en los océanos globales, permitiendo así a la comunidad internacional cumplir el objetivo “30×30” de acuerdo con las recomendaciones científicas y los crecientes compromisos políticos.
  • Disponer, como Constitución de los Océanos similar a los Acuerdos del Clima, mecanismos efectivos de toma de decisiones que impidan que algunos países bloqueen o retrasen decisiones, como ha pasado con la creación de Áreas Marinas Protegidas en el Ártico o la Antártida.
  • Regular actividades como la pesca o la extracción de minerales, para gestionar las múltiples presiones a la que se enfrentan las aguas internacionales.

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