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En los últimos años, Europa ha experimentado un notable aumento en el número de perros de compañía. Lo que antes podía considerarse una moda se ha consolidado como una tendencia estable, con consecuencias económicas, sociales y culturales. Según datos recientes, actualmente conviven en el continente alrededor de 90 millones de perros, mientras que la población felina asciende a 108 millones. En total, se estima que cerca de 139 millones de hogares europeos conviven con al menos una mascota, lo que representa casi la mitad de todas las familias del continente.
Una fotografía general del fenómeno en lo hogares europeos
El informe de Worldostats, recopilado por Euronews, sitúa a los perros como figuras cada vez más presentes en la vida cotidiana europea. No se trata de un crecimiento concentrado únicamente en los grandes países, sino también en relación al número de habitantes. En lugares como Hungría, Portugal y Polonia, la proporción de perros por persona supera considerablemente la media comunitaria, lo que revela la fortaleza de esta relación humano-canina más allá de indicadores meramente económicos.
Este incremento responde a transformaciones sociales comunes en toda Europa: la reducción del tamaño de los hogares europeos, la postergación de la maternidad y la paternidad, la creciente adopción de modelos laborales híbridos o con teletrabajo y un mayor interés en dedicar tiempo libre a actividades familiares en las que los perros se integran como protagonistas.
El peso de la industria de mascotas
El crecimiento de la población canina europea trae consigo un fuerte impacto económico. De acuerdo con el último informe de FEDIAF, la organización que agrupa a la industria de la alimentación de mascotas en Europa, cerca de un 49 % de los hogares cuentan con al menos un animal. Solo en comida, los europeos gastan alrededor de 29.200 millones de euros al año.
A esto se suma la cifra publicada por la consultora MarketDataForecast, que estima que el mercado europeo de productos y servicios para mascotas alcanzó entre 70.000 y 75.000 millones de euros en 2024. Las expectativas señalan que para 2033 esta cifra podría superar los 111.000 millones, lo que convierte al sector en uno de los de mayor proyección en la economía europea.
El dinamismo de este mercado se refleja también en la diversificación de la oferta: desde piensos de alta gama o biológicos hasta seguros veterinarios, servicios de adiestramiento, guarderías caninas y accesorios inteligentes. Esta realidad evidencia que los perros han pasado a ocupar un rol equivalente al de otros miembros de la familia en la escala de consumo y bienestar en los hogares europeos.
Motivos sociales y culturales detrás del auge
Expertos en sociología y bienestar animal subrayan que el fenómeno no responde a una única causa, sino a una combinación de factores.
- La creciente sensibilización sobre el bienestar animal ha llevado a que cada vez más personas integren a los perros como parte del núcleo familiar.
- Los cambios demográficos, como el envejecimiento poblacional y la reducción del número de hijos, refuerzan la presencia del perro como compañero afectivo en el día a día.
- El teletrabajo y modelos laborales más flexibles permiten dedicar más tiempo al cuidado de los animales, mejorando su calidad de vida y reforzando el vínculo con sus cuidadores.
Todo ello ha contribuido a que la relación con los perros deje de ser vista únicamente como compañía práctica o funcional y pase a formar parte del entramado emocional y cultural de los hogares europeos.
Diferencias entre países: números que hablan
El impacto no se distribuye de forma uniforme entre los Estados miembros de la Unión Europea. Alemania lidera en cifras absolutas, con 10,6 millones de perros. Le siguen España (9,3 millones), Italia (8,8 millones), Polonia (8,1 millones), Francia (7,6 millones) y Rumanía (4,2 millones).
Sin embargo, la clasificación cambia cuando se analiza la relación per cápita. Hungría ocupa el primer puesto, con cerca de 29 perros por cada 100 personas. Portugal, con 27, y Polonia, con 21, también destacan por su alta densidad de población canina.
Esto muestra que el fenómeno no depende únicamente de factores económicos, sino también de cuestiones culturales, de estilo de vida y de la disponibilidad de espacios adecuados para la convivencia con animales en los hogares europeos.
Retos y oportunidades
El aumento de perros en los hogares europeos genera importantes desafíos. No basta con contabilizar millones de animales; se trata de garantizar que cuenten con los cuidados adecuados: una buena alimentación, ejercicio, asistencia veterinaria y espacios para desarrollarse de forma saludable. De lo contrario, el bienestar animal podría verse comprometido.
En el ámbito urbano, este fenómeno también obliga a repensar las políticas públicas y normativas de convivencia. Las ciudades deben adaptarse para incorporar parques caninos, entornos pet-friendly y programas de integración responsable. Gobiernos y administraciones locales se enfrentan al reto de equilibrar los derechos de quienes conviven con animales y aquellos que no, garantizando la armonía en comunidades cada vez más diversas en su composición.
En paralelo, el mercado de productos y servicios para mascotas continúa ampliándose, lo que supone nuevas responsabilidades para las empresas en términos de calidad, seguridad y sostenibilidad. De la misma manera que crece la oferta, aumentan también las exigencias de transparencia y regulación.
Una transformación que va más allá de lo privado
En definitiva, el auge de los perros en los hogares europeos no es solo una historia de números en alza. Es también el reflejo de cómo cambia la forma de organizar la vida en sociedad, cómo se redefinen los vínculos familiares y qué lugar se da a los animales en esa nueva estructura. La llamada "familia multiespecie" es hoy una realidad en crecimiento, con implicaciones que van desde la economía doméstica hasta la planificación urbanística de las ciudades, y que seguirá creciendo en los próximos años.
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