¿Qué hacer si te pica una avispa asiática?

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13/12/2025 - 10:00
Picadura de avispa asiática

Lectura fácil

Mucho más grande, más oscura y mucho más agresiva que las avispas de jardín que siempre conocimos, la Vespa velutina, popularmente conocida como avispa asiática, se ha convertido en una preocupación ambiental de primer nivel en España. Este insecto invasor, originario del sudeste asiático, fue detectado por primera vez hace algunos años en el norte del país y, desde entonces, su expansión no ha dejado de aumentar. Hoy su presencia se extiende por amplias zonas del norte y comienza a ganar terreno hacia regiones más meridionales, donde el clima cada vez más cálido parece favorecer su avance.

El impacto de su llegada va mucho más allá del simple malestar que puede causar una picadura. La avispa asiática constituye una amenaza directa para las abejas autóctonas, esenciales para la polinización de cultivos y ecosistemas. Al alimentarse de ellas y de otros insectos, altera el equilibrio natural y afecta directamente la biodiversidad.

La avispa asiática, un depredador implacable

La avispa asiática se distingue fácilmente de las avispas comunes por su coloración y tamaño. Su cuerpo es de un tono oscuro casi negro, con el abdomen marcado por leves franjas anaranjadas o amarillas, lejos del patrón característico de las avispas europeas tradicionales. Además, puede alcanzar entre 2,5 y 3 centímetros de longitud, lo que la convierte en un insecto imponente y fácilmente identificable para quien la observe de cerca.

Pese a su aspecto intimidante, lo más peligroso de esta especie no es su tamaño, sino su comportamiento territorial. Son muy protectoras de sus nidos, y cualquier intento por destruirlos o acercarse demasiado puede provocar un ataque colectivo. A diferencia de las avispas comunes, las asiáticas pueden clavar el aguijón varias veces, lo que incrementa el riesgo y el dolor que producen.

Peligros y reacciones ante su picadura

Una de las equivocaciones más frecuentes es subestimar las consecuencias de su picadura. No siempre se trata de un simple escozor o una molestia pasajera. Su veneno contiene componentes que pueden desencadenar reacciones intensas, especialmente en personas alérgicas.

El contacto con una avispa asiática puede provocar una reacción en cadena. Al picar, libera feromonas que incitan a otras avispas del mismo nido a sumarse al ataque. Esto significa que, en cuestión de segundos, varias decenas pueden dirigirse simultáneamente hacia un mismo objetivo. Este comportamiento colectivo multiplica el peligro.

Los síntomas más comunes tras una picadura incluyen dolor agudo, picor y enrojecimiento local. Sin embargo, en algunos casos, los efectos pueden escalar hasta urticaria generalizada, ansiedad, náuseas, vómitos o mareos. En situaciones más graves, la persona puede experimentar dificultad para hablar o respirar, hinchazón de las mucosas, hipotensión, pérdida del conocimiento e incluso riesgo vital si no recibe atención inmediata.

Qué hacer y qué evitar en caso de picadura

En la mayoría de los casos, las picaduras de avispa asiática no derivan en complicaciones graves, pero siempre requieren atención. Lo primero es mantener la calma y alejarse del lugar del ataque para evitar nuevas picaduras. Aplicar frío local ayuda a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Si las molestias son intensas, se puede recurrir a pomadas con corticoides o antihistamínicos, siempre bajo indicación médica.

Conviene evitar los remedios caseros y, sobre todo, no apretar ni pinchar la zona del aguijón, ya que eso solo favorece la dispersión del veneno. Tampoco debe intentarse extraer el aguijón con pinzas, pues este insecto, a diferencia de las abejas, no lo deja clavado.

Si una persona sufre múltiples picaduras, si estas se localizan en el cuello, la cara o cerca de la boca, o si aparecen síntomas respiratorios, lo más recomendable es acudir de inmediato a un centro médico o llamar al 112. Esto es aún más urgente si se conoce una alergia al veneno de las avispas. En estos casos, llevar siempre un autoinyector de adrenalina puede ser una medida salvavidas.

Convivir con una nueva realidad

El avance de la avispa asiática evidencia cómo los cambios climáticos y la globalización de mercancías han abierto sin querer las puertas a especies invasoras en Europa. Su control no es sencillo: los nidos suelen localizarse en zonas altas, como copas de árboles o estructuras urbanas, lo que dificulta su retirada segura.

Mientras se estudian estrategias eficaces para frenar su propagación, lo esencial es la prudencia ciudadana. No acercarse a los nidos, no intentar eliminarlos por cuenta propia y avisar a las autoridades locales son los pasos más responsables. La población debe aprender a reconocerla, distinguirla y saber cómo actuar ante su presencia. Solo así será posible convivir, con el mínimo riesgo posible, con uno de los invasores más temidos del ecosistema europeo.

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