La pobreza menstrual: Un problema de sanidad global que afecta a niñas y adolescentes

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10/03/2021 - 09:46
Mujer en la cama con dolores menstruales / Imagen de ABC

Lectura fácil

El acceso a la higiene no debería ser un privilegio. Aunque la gran mayoría de las personas con útero sangramos cada mes, la pobreza menstrual es la clave para entender que no todas lo hacemos en las mismas condiciones.

La llegada del periodo o la regla para muchas mujeres significa no tener acceso a los productos sanitarios básicos, sin agua, a ser excluidas de las actividades diarias y a no contar con la información necesaria para conocer más sobre la menstruación.

Debemos romper el silencio, crear conciencia para cambiar las normas sociales negativas que rodean a la menstruación. Es necesario que cuando hablemos de menstruación, también se hable de las desigualdades sociales que viven las mujeres y las niñas que impiden que su periodo lo vivan sin tabúes, en libertad y sin exclusión.

¿Qué es la pobreza menstrual?

La pobreza menstrual es la pobreza derivada de una pobreza económica. Significa tener que elegir entre comprar comida o comprar compresas.

Hay quienes no pueden gastarse lo que no tienen, recurriendo a métodos para gestionar su menstruación impensables en nuestra sociedad como por ejemplo: cartones, periódicos, telas.

La pobreza menstrual se agrava al no tener acceso a un baño o a una ducha.

Este tipo de pobreza afecta a muchas mujeres en todo el mundo. En Kenia, por ejemplo, el 65 % de las mujeres sufren pobreza menstrual, no solo por carecer de recursos económicos, sino también por falta de educación en esta materia. Además, muchas niñas de este país tampoco tienen los conocimientos necesarios para poder afrontar los cambios corporales y hormonales que van a sufrir.

Pero la cosa no queda en Kenia u otros países que se pueden considerar del Tercer Mundo. Se calcula que, en Europa, 1 de cada 4 mujeres debe decidir entre la compra de productos de higiene íntima y alimentos por problemas económicos. Y un 46 % de las mujeres admite haber faltado a la escuela por tener la regla.

En España 2 de cada 10 mujeres viven bajo el umbral de la pobreza; lo que implica que 2 de cada 10 viven una menstruación antihigiénica.

El analfabetismo menstrual hace referencia a una pobreza educativa, cultural y social 

El ciclo menstrual lo conforman cuatro fases: menstruación, preovulación, ovulación y premenstruación. Estas cuatro fases deben ser conocidas por todas las mujeres del mundo.

Repiten los mismos patrones que las cuatro estaciones: invierno, primavera, verano y otoño. No conocer estos aspectos de la mujer es un problema estructural de género que nos lleva a una situación de desigualdad inaceptable en pleno siglo XXI. 

Conocer tu ciclo menstrual te da la oportunidad de conocerte mejor y te ayuda a capitalizar mejor cada fase de tu ciclo.

Uno de los principales problemas que rodean a la pobreza menstrual es el elevado coste de los productos de higiene íntima

En la mayor parte del mundo, se consideran bienes de lujo, y se les aplican los impuestos correspondientes, lo que supone que sean aún más inaccesibles.

No existe justificación para que en un país como el nuestro la Viagra se considere un producto de primera necesidad con un IVA del 4 %, y una compresa tenga un IVA del 10 %, por no considerarse un producto de primera necesidad.

El Gobierno escocés ha aprobado unánimemente el acceso gratuito a productos de higiene menstrual. España ahora debería hacer lo mismo. 

Antes de Escocia lo hizo en 2015 Canadá . A día de hoy se les suman Colombia, India, Malasia, Sudáfrica, Ruanda e Irlanda.

El uso de las copas menstruales puede ayudar a acabar con la pobreza menstrual

Con un precio medio de 30 euros, la copa menstrual puede durar hasta 10 años al estar fabricada en silicona de grado medio biocompatible.

La sociedad está muy concienciada de la importancia que tienen combinar productos que son buenos para el cuidado íntimo y que además sean sostenibles.

El 2021 tiene que ser el año que nuestro país consiga erradicar la pobreza menstrual y que no haya una sola persona que no pueda vivir con dignidad su ciclo menstrual. La gratuidad de los productos de higiene menstrual para las personas que no tienen recursos o acceso a ellos es urgente. 

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