24/08/2020 - 18:00
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Michelle Muschett es exministra de Desarrollo Social de Panamá, quien estuvo a cargo del diseño y lanzamiento del IPM Nacional y del IPM para Niños, Niñas y Adolescentes de ese país.
Hace un par de días publicaba un artículo en el blog 'Planeta Futuro' de EL PAÍS. En su texto, la exministra afirma que dependiendo de las prioridades que pongamos al centro de los planes de respuesta y recuperación ante los efectos de la pandemia, podríamos lograr reducir la pobreza en todas sus dimensiones o podría perderse hasta una década del progreso alcanzado.
El número de niños que viven en hogares pobres aumentará hasta en 86 millones para finales de este año
En el 2010, la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentaron los resultados del primer Índice de Pobreza Multidimensional Global (IPM Global).
Este mes de julio de 2020, 10 años después, se presenta el primer análisis de las tendencias de pobreza multidimensional en el mundo, abarcando cinco billones de personas.
[Puedes leer el análisis completo en este enlace]
Los resultados de este análisis ponen sobre la mesa una importante reducción en 65 de los 75 países incluidos en este estudio. Nuevos datos muestran que antes de la pandemia de la COVID-19 se estaban registrando avances en la lucha contra la pobreza multidimensional.
Sierra Leona presentó el progreso más rápido en la reducción del valor global de su IPM. Este es uno de los siete países subsaharianos que más rápido están avanzando, junto con Côte D’Ivoire, Guinea, Liberia, Mauritania, Rwanda, y Santo Tomé y Príncipe.
India es el país en el que más personas salieron de la pobreza multidimensional, unos 270 millones entre 2005/2006 y 2015/2016. En China, 70 millones de personas dejaron la pobreza multidimensional entre 2010 y 2014. Y en Bangladesh, fueron 19 millones entre 2014 y 2019.
“La COVID-19 está teniendo profundas consecuencias en el panorama del desarrollo. Pero estos datos, de antes de la pandemia, son un mensaje de esperanza. Las historias de éxito anteriores sobre la forma de abordar las múltiples formas en que las personas experimentan la pobreza en sus vidas cotidianas pueden enseñarnos a reconstruir mejor y a mejorar las vidas de millones”, dice Sabina Alkire, Directora de OPHI en la Universidad de Oxford.
Los avances destinados a reducir la pobreza están en peligro
Nos encontramos a 10 años de la fecha estipulada para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a los que se han comprometido los 193 países que conforman las Naciones Unidas.
El primero de estos objetivos, que consiste en poner fin a la pobreza en todas sus formas. Este objetivo es el reflejo de un cambio de paradigma.
A día de hoy la pobreza es reconocida como un fenómeno multidimensional que resulta de deficiencias en distintas áreas del bienestar como salud, educación, vivienda, acceso a servicios básicos o trabajo y no únicamente como la falta de ingresos.
La tendencia de pobreza multidimensional publicada por el IPM no coincide con las tendencias de pobreza monetaria, ni con el crecimiento económico.
Reducir la pobreza multidimensional a la mitad en 10 años o menos, es posible, tal y como ha sucedido países como India y Armenia.
La pobreza puede reducirse simultáneamente en todas las regiones subnacionales, como sucedió en Bangladés, Bolivia y Nepal.
¿Cuáles son tus prioridades?
Reducir la pobreza es una cuestión de prioridades ante los planes de recuperación, de la capacidad de los Estados, de las políticas públicas y de las alianzas que se celebren con los demás sectores de la sociedad en torno a este objetivo.
Podemos erradicar la pobreza extrema, de eso no hay duda. Los datos del IPM lo evidencian y además, en la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) desde 1990, afirman que el mundo ha reducido a la mitad la población en situación de extrema pobreza. Sin embargo, quedan unos 767 millones personas que viven con menos de 1,90 USD al día.
Los países se han comprometido a erradicar la pobreza extrema y el hambre de aquí a 2030. Invertir en la agricultura ha sido, y sigue siendo, una estrategia eficaz. Sin embargo, no es la única. Debemos animar a los Estados a que inviertan en soluciones a través de:
1. Medidas de desarrollo y nutrición en la primera infancia
2. Acceso universal a educación de calidad
3. Cobertura universal de salud
4. Diseñar sistemas tributarios que permitan reducir la desigualdad
La ONU recomienda 10 acciones diarias que todos podemos llevar a cabo para contribuir a la consecución del ODS 1 y luchar para reducir la pobreza:
- Trabaja en la medida de lo posible para involucrar a todo tu entorno, por ejemplo, organizando excursiones periódicas para pasar un día en áreas necesitadas y ayudar a mejorar sus condiciones de vida.
- En las celebraciones en las que se entregan regalos, ofrece la posibilidad de sustituirlos por donaciones a una organización que luche contra la pobreza y a favor de los más desfavorecidos.
- Consume de manera responsable comprando productos de comercio justo que ayuden a crear un sistema de comercio sostenible, el cual pueda proporcionar a los trabajadores una retribución adecuada.
- Más consumo responsable y sostenible: compra cualquier tipo de producto en establecimientos que donen una parte de sus ingresos a obras de caridad.
- Aprovecha tus cualidades y habilidades personales realizando cursos o actividades en centros comunitarios y sociales, compartiendo tus conocimientos con personas que no se pueden permitir obtenerlos de otra manera. Por ejemplo, informática, redacción de currículos, preparación de entrevistas de trabajo, idiomas…
- Puedes apadrinar a un niño o una niña para facilitar su acceso a alimentos, educación y sanidad.
- Hay bancos de alimentos que se ocupan de recolectar productos alimenticios para hacérselos llegar a quienes los necesitan: dona alimentos no perecederos.
- Aprovechas las herramientas digitales y tradicionales para promover debates sobre la pobreza: en redes sociales, escribiendo artículos en un blog al que puedes invitar a otras personas a escribir, buscando periódicos locales que lleguen de manera más directa a los lectores…
- Utiliza tu tiempo libre para voluntariado, por ejemplo, en refugios de personas sin techo.
- Intenta ayudar con alimentos, agua o ropa a quienes viven en la calle, además de buscar soluciones para acabar con esta situación.
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