Urgencias duplica los casos de conducta suicida en adolescentes en última década

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02/10/2025 - 08:30
Chico con depresión

Lectura fácil

La salud mental de los jóvenes se enfrenta a una crisis sin precedentes, marcada por un alarmante aumento en las consultas de urgencias relacionadas con la conducta suicida. Expertos reunidos en un acto convocado por la Plataforma Control Z y celebrado en el Colegio General de la Psicología de España, han puesto de manifiesto que este fenómeno se ha multiplicado por cuatro, con una fuerte influencia de las redes sociales. Según los especialistas, estas plataformas exponen a los menores a contenidos perjudiciales que deterioran su bienestar psicológico y los empujan hacia situaciones de riesgo extremo.

El doctor Francisco Villar, experto en suicidio en la infancia y adolescencia, ofreció una perspectiva sombría sobre la situación. “Hemos pasado de tener 250 consultas en urgencias por conducta suicida en 2013 a superar las 1.000 en la actualidad,” afirmó. Este aumento vertiginoso, que representa un incremento del 400 %, subraya la urgencia de abordar los factores subyacentes que están contribuyendo a esta epidemia.

Villar señaló que el uso masivo de dispositivos conectados es un factor clave, provocando daños en la salud mental de toda la población, pero especialmente en los más jóvenes. Mencionó el caso de niñas de apenas nueve años que ya manifiestan una preocupación desproporcionada por el envejecimiento, un reflejo de los estándares de belleza y las presiones que se promueven en línea.

La burbuja digital y el riesgo de la conducta suicida

Mar España, directora de la Plataforma Control Z, advirtió sobre la falta de control en los contenidos que se difunden en las redes sociales. Destacó que, a pesar de las políticas declaradas, estas plataformas continúan sirviendo material sobre autolesiones a jóvenes con problemas, lo que agrava su estado psicológico y los deja más vulnerables. “Es como un empujón más hacia el abismo,” lamentó España. Esta exposición constante a contenidos dañinos crea un ciclo vicioso que normaliza el sufrimiento y las ideas autodestructivas.

Milagros, una mujer de 50 años que ha vivido en carne propia la desesperación, compartió su experiencia personal, describiendo cómo la tecnología puede convertirse en un refugio tóxico. “Las redes te convierten en pequeñito, te vuelven de cristal,” afirmó. Ella explicó que los problemas personales la llevaron a buscar consuelo en línea, donde interactuó incluso con inteligencias artificiales, pero la experiencia no fue positiva.

En lugar de encontrar apoyo, su exposición a los algoritmos de las redes sociales le mostró una cascada de anuncios e imágenes negativas, incluyendo accidentes y epidemias, lo que deterioró aún más su estado mental. “Deberían filtrar el contenido que muestran a las personas vulnerables,” subrayó, en referencia a la necesidad de proteger a quienes se encuentran en situaciones de fragilidad emocional. La normalización de las ideas de suicidio es uno de los efectos más peligrosos, ya que la conducta suicida deja de verse como una señal de alarma para convertirse en algo que se acepta dentro de una "burbuja digital" dañina.

Un llamamiento a la acción y a la conducta suicida como un problema de salud

Los expertos enfatizaron que la sociedad no puede ignorar el creciente número de casos de conducta suicida. José Antonio Luengo, vicepresidente del Consejo General de la Psicología de España, hizo un firme llamamiento a la acción basada en el conocimiento científico. “La voz de la ciencia es la primera que hay que oír en temas de salud,” afirmó. El consenso de los profesionales de todas las especialidades de la salud es unánime: las pantallas conectadas están causando un daño significativo tanto en la salud mental como física de la población.

La preocupación no se limita a la conducta suicida en sí misma, sino que abarca un deterioro más amplio del bienestar que requiere una respuesta coordinada.

Esta situación crítica exige una reflexión profunda sobre el papel que la tecnología y las redes sociales juegan en la vida de los jóvenes. Los expertos subrayan que es fundamental que los padres, educadores y la sociedad en general se conciencien sobre los riesgos y tomen medidas para proteger a los menores de la exposición a contenidos perjudiciales.

Es crucial fomentar hábitos digitales saludables y proporcionar a los jóvenes, herramientas para gestionar sus emociones de manera positiva, en lugar de permitir que se sumerjan en un entorno en línea que puede ser tóxico para su desarrollo psicológico y llevarlos a una conducta suicida.

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