6 de cada 10 personas en Siria no saben cómo lograrán su siguiente comida

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15/03/2022 - 09:14
Niños refugiados en Siria

Lectura fácil

Tras 11 años de conflicto, los habitantes y sobre todo, los niños de Siria continúan sufriendo condiciones catastróficas, viviendo en campamentos inseguros y antihigiénicos, expuestos a bombardeos y padeciendo hambre, enfermedad y malnutrición.

Y es que seis de cada diez personas en Siria no saben cómo conseguirán su próxima comida, según alertó Oxfam Intermón ante el aniversario del inicio de la guerra en el país.

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En un comunicado, la organización de protección de la infancia recuerda que el conflicto en el norte de Siria sigue ocasionando bajas civiles y obligando a familias a abandonar sus hogares.

En 2021, Save The Children y la organización Hurras Network documentaron 15 ataques contra escuelas en el noroeste del país y en octubre de ese año, tres niños y un profesor fueron asesinados en un ataque cuando iban camino del colegio.

Malnutrición

Oxfam ha entrevistado a 300 personas en zonas del país controladas por el Gobierno. De estas, cerca del 90 % declaran que solo pueden permitirse comer pan, arroz y, ocasionalmente, algunas verduras.

Por todo el país, 6,5 millones de niños necesitan ayuda humanitaria, 2,5 millones no van al colegio y casi 800.000 niños están malnutridos.

Siria se encuentra en medio de una crisis económica, lidiando con la pandemia de covid-19 y expuesta a la escasez de bienes básicos.

Pero toda la atención ahora mismo se la llevan los refugiados de Ucrania.

El coste de la comida ya se ha multiplicado por dos en Siria

El precio promedio de la cesta de la compra se incrementó en un 97 % desde diciembre de 2020 a diciembre de 2021, lo que implica que para finales de año, un hogar promedio se gastó el 41 % de sus ingresos en alimentos para asegurar la supervivencia familiar, mientras que alrededor de 12 millones de personas -un 55 % de la población- sufren inseguridad alimentaria.

En los alrededores de Damasco, la gente hace cola durante horas para conseguir pan subvencionado en las panaderías estatales, mientras que niños y niñas rebuscan restos de comida.

La población está al borde del abismo

Los esfuerzos por poner comida en la mesa hacen que muchas familias recurran a medidas extremas: endeudarse para comprar alimentos, sacar a los niños y niñas de la escuela para que trabajen y reducir el número de comidas diarias.

Casar a las hijas jóvenes es otra forma negativa de hacer frente a la situación, ya que es una boca menos que alimentar.

Todo ello sucede en un contexto en el que el 9 de cada 10 personas viven en la pobreza, la tasa de desempleo es del 60 % y el salario mínimo mensual en el sector público ronda los 26 dólares estadounidenses.

Ahora que la crisis en Ucrania ha provocado el crecimiento más rápido en el número de refugiados en Europa desde la II Guerra Mundial, aquellos que han abandonado Siria no deberían ser olvidados y los Estados deberían proteger los derechos de todos los refugiados.

A causa de la ausencia de agua limpiamuchas madres se quedan sin comer para destinar el dinero a agua potable y, según un estudio reciente de Save the Children en cinco comunidades en el norte de Siria, casi un tercio (un 30 %) de las mujeres que amamantan a sus bebés dijeron que no podían producir suficiente leche materna para sus hijos, y cuando lo hacían, no era de buen calidad.

En un momento en el que el mundo pone su atención en la violencia en Ucrania, no podemos permitir que los niños de Siria queden olvidados.

11 años de conflicto es una barbaridad. Los refugiados que han huido de Siria tienen que ser protegidos, y es la obligación de los Estados bajo la legislación internacional.

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